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lunes, 27 mayo, 2024
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Jon Fosse: Blancura

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Por: ÓSCAR GARDUÑO NÁJERA •

Como ocurre siempre con los premiados del Nobel de Literatura nos lanzamos al ataque. Una vez que se traducen sus obras las adquirimos más por el morbo que por un interés realmente literario. Aquí, en estos momentos, lo que menos importa es la literatura; al contrario: vamos en busca de pretextos, de objeciones, de motivos. Como jueces somos mucho más duros que los de la Academia, inmediatamente decimos me gustó, no me gustó, como si de comida china se tratara, y como lectores somos, en ese momento, mucho más exigentes que con nuestros propios autores, me refiero a los mexicanos, a los actuales, a los que publican en este momento. 

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Y entonces tenemos al fin lo que queremos del Premio Nobel de Literatura: tema de conversación para la comida o las chelas del sábado, porque a nosotros nadie nos va a agarrar desprevenidos cuando nos pregunten si hemos leído algo del nuevo (y dicen “nuevo” como si se tratase de un refrigerador o de un comedor) Nobel de Literatura. Claro que sí, aclaran en la mesa o al destapar la quinta caguama, no solo lo hemos leído (casi nos hablamos de tú con Fosse), ya lo conocíamos porque, aclaramos con aires intelectuales, leímos algunas de sus obras antes de que se publicaran acá, en México, en inglés (las compramos en Amazon, ¿dónde más?), es mentira porque nuestro inglés es defectuoso, claro, pero hay que ser ostentosamente culto frente a nuestros amigos y parientes, y hacemos juicios literarios de la obra de Fosse tomando como referencia lo que dicen las notas de los periódicos en internet, lo que dicen en Facebook (donde casi nadie lo ha leído, pero a la vez “todos” lo han leído), las cuartas de forros de sus primeras traducciones, que leemos mientras esperamos a alguien en Sanborns o en esos paseos sabatinos que damos a la librería solo para admirar las novedades sin comprar nada, o lo que opinan los expertos que según saben mucho de autores y de libros, por ejemplo, el periódico francés “Le Monde” dice algo que a mí me parece una tremenda tontería: “Jon Fosse es el Beckett del siglo veintiuno”, y no porque Fosse sea malo, que yo ni siquiera conozco toda su obra, sino porque por muy bueno que sea, por muy buena propuesta y prosa que tenga, no se le puede comparar a un monstruo gigantesco de la talla de Beckett, y les aseguro que el mismo Fosse sería el primero en negarlo, que no tiene una prosa sino un mundo infinito de posibilidades interpretativas, de lecturas, y si uno cita al periódico para quedar bien en una reunión comete el riesgo de quedar como estúpido, Karl Ove Knausgard señala algo que me parece más coherente, que Fosse es “uno de los más importantes escritores europeos”, y claro, habría que ver si lo dijo antes o después de que a Fosse le diesen el Nobel de Literatura. 

Por eso hay que tener cuidado con opinar sin saber de lo que se habla y acercarse a la obra de Fosse que, para fortuna de los lectores, Random House poco a poco pone a nuestro alcance. 

“Blancura” (Random House, 2023) me parece una lectura indicada para iniciar con Jon Fosse. Es un relato breve, pero de una contundencia y una belleza demoledoras. Si ustedes quieren comprobar realmente las cualidades de la prosa de Jon Fosse esta es una muy buena oportunidad. No solo eso: en sus pocas páginas, apenas 89, Fosse consigue una magistral obra llena de simbolismos y de principios filosóficos existencialistas. ¿No les parece realmente sorprendente? Tomen en cuenta un punto extra: si hablamos de una supuesta “realidad” dentro del relato únicamente hay como personaje un hombre, nada más, Jon Fosse no necesita de cientos de personajes para darnos a entender que la esencia de la vida parte de uno mismo, que la vida, o lo que conocemos y experimentamos como tal, es enfrentarnos al vacío, al abismo, saber que vamos inminente hacia él y aun así no dejar de caminar hacia el desastre, la desgracia, la terrible fatalidad del ser humano. 

Son 89 páginas de una belleza estilística. Hay autores a los que les aprendes desde la primera palabra, desde la primera línea, y créanme, “Blancura” y Jon Fosse es de ellos: por favor, cuando la adquieran, cuando empiecen a leerla, recuerden esto que les señalo: sigan ustedes el ritmo que Fosse emplea en su prosa, vean como a fin de cuentas se trata de breves piezas de vals, y algunas de ellas son más largas que otras, y aprendan como esto tiene una relación directa con la intensidad dramática de la escena que nos está contando el personaje, y sí, sabemos que existen ciertas reglas para el uso de la coma, del punto y seguido, del punto y aparte, pero aquí, con Fosse, en “Blancura”, es donde aplica lo del estilo, porque una vez que se ha propuesto contar lo que quiere y a partir del punto que quiere, lo que sigue es meter esa historia en una caja donde están las comas y los puntos y luego hacer la magia que lo llevó a ganar el Premio Nobel de Literatura, y está bien, no se trata de magia: es mucho trabajo con las palabras, pero, sobre todo, con el oído, con la musicalidad de cada una de las palabras y con su propio movimiento, es reconocer que las palabras están vivas y que cada que las pasas a una hoja en blanco se revuelcan, se persiguen, se atrapan, se sueltan, buscan, inquietas, su propio espacio, y es cuando de alguna forma tienes que aprender a domarlas, y quizás en muy pocos casos realmente se consigue, pero cuando casi se logra, cuando puedes al menos bailar con ellas uno y otro vals es cuando da como resultado trabajos narrativos como “Blancura”. 

Las apariciones han sido una temática muy recurrente en la historia de la literatura desde la literatura medieval, pasando, claro está, por los fantasmas de Shakespeare, hasta llegar a nuestros días, obvio no podemos dejar de mencionar las apariciones de Juan Rulfo, y Jon Fosse nos vuelve a demostrar que las apariciones en la literatura no están para asustar a nadie sino para transmitir un mensaje que puede ser verbal o simbólico, cuando su mera presencia es ya la que transmite el mensaje. 

Todo en “Blancura” está dominado por los simbolismos, desde la esencia y la pureza de la nieve donde se desarrolla todo el relato, hasta el final, donde se produce, por así decirlo, una especie de liberación del personaje principal, quien es, a su vez, la voz que narra la historia, y la voz que nos lleva, con un asombroso tacto, de la tranquilidad a la desesperación, pero también, y esto en el terreno existencialista es importante señalarlo, a la angustia, a la nada, ahí donde para él parece terminar el mundo y con ello su vida. Cuando encuentra a sus padres no es sino un regreso a los orígenes, a la infancia, porque la inocencia ya está en el marco del entorno, a través de la blancura de la nieve, que es la atmósfera donde se desarrolla todo el relato y de ahí su título.

Me parece que hay que destacar también el trabajo magno de los traductores: Cristina Gómez-Baggethun y Kirsti Baggethun, ya que es gracias a su labor con las palabras, con ese traslado que hacen de una lengua a otra, y sé que no es nada fácil, que llega hasta nosotros el trabajo literario de Jon Fosse en una traducción que a mí al menos me parece implacable. 

¿Qué otros puntos les puedo señalar de “Blancura” para que la lean?, su lectura no les va a quitar de una tarde, pero como no estamos convocando a unas carreras para ver quién lee más rápido, les pido que la disfruten con calma, que vayan despacio, que marquen todo aquello que les llame la atención y que, una vez que finalicen la lectura, vuelvan a leer ahora mucho más despacio, que pongan mucha atención a las palabras, que se admiren al ver cómo las palabras se enlazan y cómo forman oraciones de una gran belleza, subrayen esas oraciones, las que a ustedes les parezcan bellas y luego léanlas a distintas horas del día, porque hasta eso cambia en nuestra lectura, no es la misma sensación leerlas al despertar, que leerlas antes de dormir, sepárenlas de relato completo y léanlas independientes, entonces van a aprender un poco más de Jon Fosse, van a poder hacerse un juicio de las características literarias de su prosa y tal vez mañana, en la reunión con los amigos, ustedes puedan asegurar que ya le hablan a Jon Fosse de tú, y también me lo cuentan a mí, por favor, y me platican qué tal les fue con la lectura: [email protected] 

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