Hace algunos años leí un libro de Lorenzo Meyer que se llamaba ‘el Estado en busca del Ciudadano’, lo leí a recomendación de el Diputado Federal Jorge Álvarez Máynez, de quien tengo que decir, es un hombre preparado y más allá de los vaivenes de la política y si por currículo se refiriera, el “calcio” como lo conocemos los amigos, tendría un lugar de primera fila en la escena política.
Al punto, resulta entonces que el libro de el Doctor Lorenzo versaba en asuntos de menester ciudadano, describía a la perfección el perfil del ciudadano a nivel mundial y lo aterrizaba en lo local, es decir, el ciudadano en México del cual, generaba una premisa: ¿existe el Ciudadano en México? ¿O es solo el soporte de un sistema “democrático” que aparenta representatividad? La respuesta a ese planteamiento pone las bases de un gran debate siempre presente en México y es que si nos vamos al sentido estricto de las condiciones que debiese llevar una democracia cumplimos a medias, efectivamente las mayorías deciden en este país, pero cuando estas mayorías se ven opacadas por fraudes o son ficticias dejan ver la debilidad del sistema político mexicano.
La democracia debe ser desde mi punto de vista representativa, si no cumple esta condición para mí no es democracia, no es posible que el 50 % en el mejor de los casos y según las últimas elecciones y sus estadísticas, este decidiendo quien nos gobierna y quien nos conduce, la gente desalentada por los resultados compra una quimera llamada abstencionismo que para nada es una solución, en todo caso volviendo a la pregunta inicial de Lorenzo, ¿Qué no es una característica obligatoria votar para ser un ciudadano? Pues bien, llegamos a la conclusión del engaño premeditado que nos pone el sistema político, por un lado te concede la posibilidad de votar por uno de los amañados partidos pero a la vez acota las candidaturas independientes y gira constancias de “mayoría” para aquellos que no representan a sus representados.
Dos temas urgentes en la agenda legislativa nacional son el plebiscito y/o revocación de mandato y la segunda vuelta, es completamente increíble que en esta democracia ni las mayorías representen, ni las minorías estén representadas, lanzo al aire otra pregunta ¿la gente que conforma las minorías políticas en este país, no son ciudadanos entonces?
Un escritor francés de apellido Toqueville decía que en algunos países como EUA era muy común que a la par de los partidos de siempre los Ciudadanos organizados en asociaciones civiles se manifestaran en el congreso para plantear iniciativas de ley, cumplían su deber cívico, no se limitaban a votar el día de las elecciones. Este tipo de países tienen la característica de entender que el poder emana del pueblo y es para el pueblo, entienden también que los políticos son agentes emanados de la misma sociedad que los forma y que obedecen a los intereses de la gente, una vez ungidos como representantes populares. El Ciudadano debe hacerse valer, debe causar estragos en los gobiernos corruptos, aunque tal vez con ciudadanos de verdad, estos gobiernos no debieran existir, las condiciones son prácticamente las mínimas para un país civilizado, la participación en la sociedad es fundamental, por ejemplo la denuncia en el tema de servicios básicos públicos, si existe un bache, una fuga, no pasa el camión de la basura, si el vecino se quedo dormido y deja sus bolsas afuera de su casa y no las lleva hasta el camión, todo eso es participación social, es la cohesión la que fortalece a nuestro sistema pero sin ella no existe, no tiene soporte lo que vemos como Democracia.
El deber del Ciudadano sin lugar a dudas es elegir bien a sus representantes populares, este año en Zacatecas hay elecciones a Gobernador y es menester de todos los que somos parte de esta comunidad decidir con responsabilidad quien será el mandatario o mandataria que lleven los destinos de nuestro estado a buen o mal puerto, por lo pronto se me ocurren algunas cuestiones básicas que nos podrían ayudar a decidir mejor y no tomar el camino del abstencionismo, que en todos los casos se suma a las mayorías ficticias de las que ya hablamos.
Exijamos 3 de 3, declaración patrimonial, de impuestos y de intenciones, si no tenemos certeza de quien es el candidato y como ha construido su patrimonio, además de las ideas o plan de acción que tenga para regir el cargo al que se postula, no podríamos tomar una adecuada decisión. Exijamos además, la información pertinente para saber quien lo rodea. Es importante conocer quién será el equipo de trabajo del próximo gobernador o diputado, es muy común que los salientes dejen enquistes con los entrantes y normalmente son la manzana podrida, esos que se columpian de un sexenio a otro, como es cosa habitual en Zacatecas, tal vez con estas ideas podamos tomar una decisión Ciudadana.
Es momento de ser CIUDADANOS. ■
