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jueves, 2 mayo, 2024
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Los poetas del Festival Internacional de Poesía visitaron Jerez, cuna de Ramón López Velarde

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Por: UZIEL GUTIÉRREZ DE LA ISLA* • admin-zenda • Admin •

■ El Mirador de Heródoto

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La traducción abre el camino hacia la universalidad con la que sueñan

todos los creadores y es el medio más apto para trasladar una cultura a otra.

 El lector italiano puede ahora, gracias a esta traducción,

 adentrarse en la obra del magnífico y singular poeta jerezano.

Emilio Coco

El Festival Internacional de Poesía “Ramón López Velarde”, uno de los más prestigiados en Latinoamérica, es convocado anualmente por la Universidad Autónoma de Zacatecas  para contribuir de manera sobresaliente al cumplimiento de sus altos fines en el rubro de la difusión de la cultura, y en este caso, para homenajear la obra del máximo exponente de la poesía en el país, autor de “La Suave Patria”, poema en el que “se plasma la expresión máxima de la mexicanidad”  cuya  obra, en parte, ha sido traducida a varias lenguas, vale mencionar, entre otras: al inglés, por Margaret Sayers Peden, bajo el título “Song of the heart: selected poemas by Ramón López Velarde”; al neerlandés, por Stefaan van den Bremt; al griego, por el poeta Rigas Kappatos; al francés, por Martha Canfield, y más recientemente al italiano, por Emilio Coco.

Este Festival que otorga dos premios, en su edición 2016, como ya se sabe, otorgó el Nacional, por su obra inédita, al jalisciense León Plascencia Ñol, y el Internacional, por su obra consolidada, al italiano Emilio Coco. La programación general incluyó las ceremonias de bienvenida y de premiación, seis mesas de trabajo para la presentación de las obras de los poetas participantes y un extenso programa cultural. Finalmente, el pasado día 3 de diciembre, la tradicional recepción en Jerez, Zacatecas, respecto a la cual haré referencia a continuación.

En términos generales puede decirse que la captación del genuino significado de este Festival en el campo de la cultura zacatecana se desprende principalmente de la vivencia. Los poetas visitantes son espíritus luminosos que irradian y contagian entusiasmo en el entorno.

En un ambiente cordial José de Jesús Sampedro y su excelente equipo de colaboradores, propician la convivencia entre los asistentes. Son días en que la UAZ se vuelve un espacio internacional propicio para compartir experiencias creativas, sentires y sueños. Ese espíritu prevaleció también en la visita al Pueblo Mágico de Jerez, Zacatecas, cuna de nuestro ilustre poeta.

De entrada, como una forma de contribuir a la mayor valoración mundial del autor de “La Bizarra capital de mi Estado”,  el  H. Ayuntamiento del Municipio de Jerez en pleno, -encabezado por Fernando Enrique Uc Jacobo, su presidente municipal, dio una cálida bienvenida a todos los poetas, principalmente a Emilio Coco, a quien le otorgó un reconocimiento por difundir internacionalmente, a través de sus traducciones, la obra poética de RLV.

Enseguida nos trasladamos al jardín Rafael Páez, donde está un busto de RLV en el que se colocó una ofrenda floral y se tomó la foto oficial; caminando, recorrimos las calles mientras el Cronista adjunto de Jerez, Héctor Manuel Rodríguez Nava, contaba la historia de los edificios cercanos hasta llegar al Teatro Hinojosa, emblemático inmueble decimonónico sede de relevantes eventos culturales.

De ahí nos dirigimos al Museo Interactivo Casa Ramón López Velarde, donde pasó sus primeros años el bardo jerezano. Cada sala exhibe muebles, fotografías y objetos a través de los cuales se da a conocer su vida y obra. Cada universitario, a modo de agasajo cultural, debe recorrerlo.

En uno de los patios, los poetas Héctor Hernández Montecinos, -Chile- y Cinzia Marulli   -Italia-, leyeron sus poemas y expresaron su emoción al estar en la casa del poeta. La foto oficial en este espacio fue junto al “viejo pozo de la vieja casa”.

Una de las tradiciones que no debe perderse quien guste participar en este Festival, es el paso por la cantina Galería “Tizoc”, en la que se muestran obras de arte de diversos artistas, siendo el principal atractivo ver a los galardonados del año en el certamen, convertidos en cantineros. Esta vez, ante la ausencia de León Plascencia Ñol, quien se retiró por motivos de agenda, solamente tuvimos la oportunidad de tener a Emilio Coco como nuestro anfitrión en la barra. Después de recibir breves explicaciones sobre cómo atender a los parroquianos, el traductor y poeta dio rienda suelta a su espíritu escondido de cantinero, la multitud -entre la que se encontraba su esposa Erminia-, solicitaba sus bebidas y el nobel cantinero hacía su trabajo lo mejor posible. Los asistentes disfrutaban de ricas botanas, en tanto un mariachi entonaba música mexicana en el exterior del local.

Luego de una comida ofrecida por el municipio, regresamos a la ciudad de Zacatecas para asistir a una cena baile de despedida. La tradicional rifa de obras de arte de auspiciadores del Festival tuvo como animador a Alain Derbez – de la Ciudad de México-; después de la cena el espacio musical estuvo a cargo de Iván Oñate, poeta ecuatoriano, quien acompañándose con la guitarra deleitó a los asistentes.  Posteriormente, la reunión se convirtió en baile.

Entre fotos de despedida, abrazos y firmas en el libro: “Para que así conste en la historia de la UAZ”, la noche fue diciendo a los poetas, hasta pronto, los esperamos el año próximo.

Así se observa el mundo desde El Mirador de Heródoto ■

 

*Docente investigador de la UAZ

[email protected]

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