Ante la convocatoria de Rodrigo Reyes Mugüerza, secretario general de Gobierno, a los docentes de Preparatoria Estatales que se han mantenido en paro laboral casi tres semanas, para entablar una mesa de diálogo este lunes a cambio de que reanuden actividades escolares, los profesores solicitaron que no haya condicionamientos para que pueda haber acuerdos formales.
El movimiento Fuerza Magisterial de Prepas Estatales, que es el que encabeza las protestas para solicitar bases, incrementos salariales y recategorizaciones para los trabajadores de ese subsistema, consideraron que para que se establezca una mesa de diálogo seria y que los beneficie sólo se necesita un acuerdo por escrito, en donde las autoridades educativas y la coordinación del movimiento expresen compromisos concretos en el avance del pliego petitorio, metas y fechas de cumplimientos.
Señalaron que, tras dos semanas de firme determinación con la toma de más de 20 preparatorias y luego de la “manifestación esperanzadora que recorrió majestuosamente el bulevar”, su propósito no es perturbar la armonía social ni interrumpir las funciones de las oficinas gubernamentales; sin embargo, “la miopía de las autoridades educativas ante nuestra situación nos ha llevado a tomar medidas más drásticas”.
El movimiento Fuerza Magisterial se mantiene entonces en la postura de que sus demandas son justas y se limitan a lo que las propias autoridades han reconocido como legítimas en el resto de los subsistemas de educación media superior.
De igual manera, los inconformes, a través de un pronunciamiento público, dijeron rechazar la corrupción y la injusta ventaja que se concede a ciertos individuos en posiciones de confianza, quienes ascienden con facilidad en detrimento y desequilibrio de la igualdad de oportunidades en la carrera profesional del magisterio.
Se negaron por tanto a cesar el paro porque las autoridades no ofrecen garantías concretas. “En el pasado, hemos cedido, abandonando la lucha con la esperanza de que atenderían nuestras peticiones, pero nunca se materializaron. Persisten en su deseo de que renunciemos a nuestras demandas, pero si algo hemos aprendido, es que la confianza en las promesas del gobierno debe de ponerse en duda”.
