■ Calidad de la superficie, afectada por mal manejo de cultivos y falta de regulación para su cuidado
■ Imparte conferencia Alfredo Lara Herrera, investigador de Agronomía de la UAZ
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estableció en menos de 1.5 toneladas anuales por hectárea el límite para la pérdida del suelo por erosión, pero en Zacatecas el promedio se encuentra entre 7 y 8 toneladas. Además de los efectos de la lluvia y el viento, la calidad de los suelos zacatecanos se ve afectada principalmente por el mal manejo de cultivos, la falta de una mejor regulación para su cuidado y las deficiencias en capacitación de los campesinos en el uso de tecnologías, expuso para La Jornada Zacatecas, Alfredo Lara Herrera, docente e investigador de la Unidad Académica de Agronomía de la UAZ.
El maestro ofreció en el contexto de la 22 Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, la conferencia Propiedades de los suelos de Zacatecas, en la que frente a jóvenes estudiantes de educación media superior expuso la preocupación de la ONU por el cambio que a nivel global están teniendo los suelos, por lo que definió este 2015 como Año Internacional de los Suelos.
El suelo, además de ser el sustento de 95 por ciento de la producción de alimentos, es el “reactor” natural más importante de los ecosistemas, pues ocurren en él una serie de fenómenos físicos, químicos, físico-químicos y biológicos. Estos procesos, no obstante, se están viendo afectados por su degradación.
El deterioro de la calidad de los suelos impacta no sólo la productividad agrícola, sino interfiere en el ciclo de carbono, pues luego de los océanos, es éste el más grande receptáculo del elemento cuya captura es de gran importancia para evitar el cambio climático.
El suelo es fuente de nutrientes, pero también de agua, y opera asimismo en la filtración del vital líquido para la recarga de los acuíferos subterráneos.
En Zacatecas las afectaciones se deben principalmente a las erosiones ocasionadas por la lluvia y el viento, dijo.
Las precipitaciones pluviales que ocurren en el suroeste del estado representan pérdidas de más de 10 toneladas de suelo, anuales, y con él, su capa externa en la que se encuentran los nutrientes y la materia orgánica.
En la zona del Altiplano, la parte central del estado, por contraste, es el viento el que ocasiona la erosión de 5 toneladas por hectárea en promedio, que se deben a la falta de cobertura vegetal del mismo.
También la agricultura intensiva y centrada en un solo cultivo y su mal manejo, representa uno de los factores más degradantes del suelo zacatecano, esto respecto a la pérdida de la materia orgánica, fundamental para la retención del agua y los nutrientes.
Zacatecas ha tenido superficies destinadas al cultivo de frijol del orden de las 700 mil hectáreas, una gran superficie pero con baja productividad, de 600 kilos por hectárea. Esto dijo, “es un crimen, un atentado ecológico, es deteriorar suelos para producir esta cantidad”.
De esta manera se han perdido hasta 15 toneladas de suelo por año para producir 600 kilos de frijol, lo que calificó como una aberración. Comentó asimismo que para solucionar esto, la Sagarpa ha buscado modificar los patrones de cultivo con la reconversión productiva.
En este momento debido a este proceso se siembran 400 mil hectáreas de la leguminosa, mientras que el área restante que antes se destinaba para su producción, se siembran otros productos.
Con datos de Inifap sostuvo que en Zacatecas se tiene una pérdida cada 10 años, de 0.1 por ciento de materia orgánica, lo que equivale a perder 2.4 toneladas por hectárea de este componente fundamental.
Respecto al criterio de la FAO que establece la pérdida de suelo en 1.5 toneladas por año, como el máximo, sólo sucede en Zacatecas en las zonas de agostadero donde no hay presencia intensiva de ganado, expuso.
En Concepción del Oro, Pánuco, Tlaltenango, Juchipila, Pinos y Sombrete hay productores que han solucionado este problema al cumplir con las normas que se establecen para conservar los suelos, “pero son intentos individuales, no es la generalidad, son personas o a lo más, grupitos de productores”.
Para lograr mejor cuidado del suelo en Zacatecas dijo, se requiere no sólo sujetarse a las normas, sino reestructurar las mismas, “porque no son suficientes”.
Dijo asimismo, falta personal en la Profepa para la vigilancia de la aplicación de las normas o bien que se apliquen tecnologías para que verifiquen el apego que los productores hagan a las mismas.
Respecto al consumo de agua en el campo zacatecano, precisó que es en este ámbito donde se ocupa 80 por ciento de la disposición del líquido. Indicen en esta cifra, fundamentalmente, la falta de capacitación para el uso de las tecnologías, el acceso a recursos para la tecnificación y el aspecto cultural.
Estimó que actualmente 75 por ciento de los productores ha incluido tecnologías para el riego, pero el problema reside, justo, “en que se está usando mal la tecnología”.
“Por ejemplo la lámina de oro que se está aplicando en algunos cultivos, se están regando con 8 mil metros cúbicos por hectárea cuando es suficiente que con 5 mil metros cúbicos pudiéramos tener incluso más rendimiento”, puntualizó.
