■ Soy uno de muchos jóvenes que no se sienten representados por los partidos, enfatiza
■ Con 25 años y 18 mil pesos es el primer diputado independiente de Jalisco
Los muros del sistema político mexicano tienen grietas; resquebrajaduras con nombres y apellidos que hace cuatro días lograron derribar esas fachadas. Esta analogía y el consecuente lema “los muros sí caen”, fueron las banderas de Pedro Kumamoto Aguilar, quien desde el pasado domingo 7 de junio es el primer diputado independiente en el Congreso del estado de Jalisco.
Con 25 años, es egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) y no tiene afiliación partidista, ni presente ni pasada. Sus números en esta campaña electoral fueron 18 mil pesos de financiamiento público, 8 mil 500 firmas de apoyo al inicio y 52 mil votos de respaldo dos meses después.
Su función al interior de la Legislatura será convertirse en el “caballo de Troya (de la gente) para poder abrir las puertas del Congreso y que podamos hacer que ese espacio esté habitado por la ciudadanía”.
Destinar 70 por ciento de su salario a programas de empoderamiento ciudadano en su distrito, así como hacer pública su agenda diaria y rendir cuentas cada seis meses en espacios públicos de la ciudad; son algunos de sus compromisos.
El ya legislador aseguró en entrevista telefónica que él era y sigue siendo uno de los muchos jóvenes que en el país no se sienten representados por los partidos políticos.
Ésa, sostuvo, fue la razón que le llevó a buscar una curul en el Congreso de Jalisco por la vía de la candidatura independiente; porque, así, “no le tenemos que pedir permiso a los partidos, a sus grupos de poder ni a ningún tipo de estructura partidista”.
El camino, recordó, lo iniciaron 18 jóvenes que participan en una organización no gubernamental llamada Wikipolítica y que tiene como objetivo “mejorar la calidad de la democracia”. En el transcurso de la campaña, sin embargo, pasaron de ser “18 locas y locos” a conformar un grupo de mil 500 voluntarios.
En cuanto al financiamiento público, explicó, la autoridad electoral de su entidad les asignó para la campaña 18 mil 626 pesos. No obstante, a través de un sistema de microfinanciamiento con 130 donadores obtuvieron 220 mil pesos.
Esa cifra, junto con los casi 20 mil pesos públicos, fue el total de dinero que gastaron para difundir sus propuestas; un monto que es menos a 20 por ciento de lo autorizado como tope de sus gastos de campaña.
“Demostramos que con una quinta parte de lo que los partidos políticos estiman que se puede gastar en una elección se pueden ganar elecciones, se puede ser competitivo y que no se necesitan espectaculares o vallas o perifoneos, sino que se necesitan buenas ideas, buenas perspectivas y sobre todo honestidad y claridad en las cosas que se hacen”, señaló Kumamoto.
Explicó que, aparte de las redes sociales, el principal trabajo para promocionar sus propuestas y compromisos fue el de campo, “tocando muchas puertas, estando en los cruceros, platicando acerca de esta candidatura y no ensuciando la calle o la ciudad”; “estamos muy morenos”, bromeó el diputado jalisciense.
Aseveró que el cambio generalizado que se necesita en el país se dará cuando “las no instituciones”, es decir, los movimientos y las organizaciones sociales, las fundaciones, las comunidades autogestivas, entre otras instancias, se articulen para actuar en conjunto.
Es importante también, agregó, tener “tentáculos” en la administración pública mediante caballos de Troya que abran las puertas de las instituciones y permitan que la ciudadanía se apropie de esos espacios.
“Yo diría que hay muchos motivos para tener fe, de que cuando nos articulamos y trabajamos en conjunto podemos lograr grandes cosas. (…) Insisto en que iniciamos 18 personas, nos dijeron que estábamos locos, que no lo íbamos a lograr e imagínate si eso lo lograron 18 jóvenes, qué no pueden lograr 20 vecinos en una misma colonia, 30 empresarios, 40 activistas; creo que los cambios pueden ser muy grandes”, concluyó Kumamoto.
