La Gualdra 249 / Quinto Aniversario
No había amanecido ni un solo centímetro,
y entonces,
en medio de la plena noche,
casi sin aviso:
amaneció.
Érase una costa rendida de madrugada
-pensaban en un océano más salino que nunca-
las olas despiadadas lloraban una derrota antes de tenerla
la luz, era ya lo que hoy
y -casi siempre- fue:
ciencia, fuego esperanza y progreso,
(pero también, muerte)
y -probablemente- también,
amor.
Alguien encendió esa noche junto al campamento:
el fuego devoró las naves de los que ya no partirían.
Se quedaban, luchaban y vencían
o morían en tierra ajena.
La luz y la victoria eran sangre,
gritos y piedad, clemencia.
Es una historia antigua pero vigente,
y da lo mismo guerras que mujeres:
se busca el justo medio,
lo esencial y lo perfecto, vencen.
Es un pentagrama:
cinco sentidos,
la suma del número que fusiona:
la mujer dual y el hombre triángulo,
la síntesis de los cuatro elementos
en el quinto perfecto
Da Vinci lo sabía
y quiso decirlo en su Hombre de Vitrubio
el cinco es, si la unión y el centro
funcionan en una misma idea:
Dios
pero, un dios completo,
y acompañado,
de ninguna forma solo
como incluso él nos ha mentido.
Hay fuego en la costa,
casi amanece.
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