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jueves, 23 mayo, 2024
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Fin del empleo

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Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

Qué lejos están los días en los que la preocupación de los jóvenes era qué hacer cuando estuvieran grandes, como cantaba Miguel Mateos. Hoy eso de ser “perro fracasado” como decía la canción, es la realidad para casi todo profesionista, quien compró el cuento de que la universidad significaba el camino que garantizaba la movilidad social, como sí lo era para quien fue joven en los años sesenta y setenta cuando se vivían las últimas mieles del “milagro mexicano”.

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Una situación igual viven muchos de quienes además de una licenciatura, estudiaron también una maestría y un doctorado, para ahora enterarse que en este país, a diferencia de muchos otros, cursar un posgrado hace más difícil la obtención de un empleo. 1

En ese contexto, una de las pocas esperanzas de tener un trabajo digno, con prestaciones, crecimiento profesional y económico, y con la expectativa de que fuera permanente hasta permitir una jubilación, era la Universidad Autónoma de Zacatecas, al menos para los profesionistas. Sin embargo, la máxima casa de estudios además de cerrar las oportunidades de contratación, hoy se encuentra despidiendo gente que muy probablemente se sentía en terreno seguro por el resto de sus días pese a las condiciones en que laboraba (si por tiempo determinado, contrato, etcétera).

No obstante, la UAZ que dio oportunidad laboral a varias generaciones muy probablemente menos preparadas que las actuales (debido a la diferencia en las exigencias de la época), ya no es tampoco lo que era para quienes trabajan en ella.

De acuerdo a una nota de Martín Catalán en La Jornada Zacatecas (30 de octubre de 2014) entonces cerca del 20 por ciento de los docentes tenía contrato por tiempo determinado con salarios quincenales que oscilaban entre 311 pesos (para quien tenía tres horas a la semana), a 1438 pesos (para quien tenía 10 horas) en diversas categorías.

Un profesor de base de tiempo completo tenía (en 2014) “un salario que oscila entre 3 mil 834 y 5 mil 113 pesos quincenales, mientras que en la categoría de medio tiempo, el personal de base (tenía) un ingreso entre mil 917 y 2 mil 556 pesos por quincena.”

Es decir, de acuerdo con la información publicada en 2014 por Martín Catalán “un docente (de la UAZ) con 30 horas gana aproximadamente 9 mil pesos mensuales”.

Para un país como este, donde sólo 7 por ciento de la población gana más de 10 mil pesos al mes (en 20142) la cifra pudiera parecer buena. Sin embargo, si consideramos que el salario mínimo ideal, es de  8 mil pesos al mes3, esto significa que los profesores universitarios (calificados, con estudios profesionales y quizá de posgrados) tienen el poder adquisitivo de un salario mínimo de hace cincuenta años.

Y ahora ni este triste panorama es una opción para los profesionistas, muchos de los cuales quizá guarden sus esperanzas de empleo digno en ingresar a la burocracia, para lo cual tendrán que ser de los privilegiados “hijos de”, “hermanos de”, “amigos de”, “conocidos de” o, en el mejor de los casos “participantes en la campaña de…”.

El favor personal o el pago político son la principal razón por la que ingresa alguien a trabajar en las presidencias municipales o en Gobierno del Estado, pues pese a poder ofertar las vacantes que requieren a través de las ferias de empleo, convocatorias públicas, o mínimo el Servicio Estatal del Empleo, es bien sabido que optan por ingresar a uno de los muchos recomendados que tienen en fila antes de hacer algún llamamiento público para que se elijan a los más capaces.

Donde sí se abren las convocatorias en busca de personal es en los espacios educativos que la ley obliga a concursar, y también en los cuerpos policiacos bastante mermados por los impasables controles de confianza que no sabemos bien a bien para qué sirven, quién los evalúa, y qué tan “confiables” (vaya paradoja) son, pero sabemos que pocos pasan y cuestan 8 mil pesos por prueba.

Además, estos puestos son poco atractivos debido a que ofrecen pocas posibilidades de crecimiento, requieren disposición para cambiar de residencia, y no garantizan certidumbre al trabajador; pues en el caso del docente las vacantes son generalmente de un ciclo escolar, y en el del policía están susceptibles de ser despedidos en dos años que tenga que repetir los exámenes.

No faltará quien piense que hasta ahora, nos hemos concentrado en querer vivir de “papá gobierno”, pero lo cierto es que tampoco la iniciativa privada ofrece muchas opciones, menos aún en las condiciones en las que se le estimula.

Las grandes empresas, esas que gustan inaugurar con bombo y platillo y de las que tanto se enorgullecen por su atracción, requieren poca mano de obra debido al desarrollo tecnológico, y en todo caso, necesitan técnicos capaces de operar máquinas. No es por tanto, un espacio de inserción para profesionistas.

Así, siguiendo el razonamiento de “vaciar la bañera con todo y niño”, la respuesta gubernamental a este panorama es incentivar que se estudien carreras técnicas y se abandone la opción universitaria. Se asume, quién sabe por qué, que ya no hay analfabetas, por tanto no se requieren maestros; que la salud mental de la población es de primer mundo, por tanto no se necesitan psicólogos, y que no hay sobrecarga en los trabajadores del sector judicial y procuración de justicia, por tanto ya no hacen falta abogados. Por citar algunos ejemplos.

Si todo esto no funciona, no hay mejor opción que culpar a quien vive esta precariedad laboral, por ello es importante inocular la idea de que ese “perro fracasado” lo es además porque no tiene mentalidad de ganador, no ha leído suficientes libros de Robert Kiyosaki, no ha asistido a suficientes conferencias de juniors que heredaron las empresas paternas, o no ha aprendido los suficientes anglicismos para entender el mundo de los start ups y los entrepreneur.

Omiten sin embargo, aclarar que según el ochenta por ciento de los empresarios, “sin soborno no hay negocio”4 y que el noventa por ciento de las empresas cierran en el primer año de su creación. 5

Mientras todo esto sucede en nuestro país, y México desperdicia el bono demográfico, es decir el momento histórico con más jóvenes que pueden trabajar y producir lo suficiente para la manutención de quienes no están en edad y condiciones de hacerlo, el primer mundo se engrandece con la fuga de cerebros mexicanos capaces lo mismo de dirigir la invención de Google que la píldora anticonceptiva.

 

1 http://aristeguinoticias.com/0909/mexico/con-mas-estudios-menor-oportunidad-de-empleo-en-mexico-ocde/

2 http://www.elfinanciero.com.mx/economia/solo-gana-mas-de-10-mil-pesos-o-mas.html

3 https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2011/06/13/ocho-mil-pesos-mensuales-el-salario-minimo-ideal.html

4 http://www.milenio.com/negocios/sin_soborno-no_negocio-empresarios-corrupcion-encuesta_global_sobre_fraude-milenio_0_963503647.html

5 http://www.frontera.info/EdicionEnlinea/Notas/Noticias/01082016/1110505-En-Mexico-fracasan-9-de-cada-10-empresas-en-su-primer-ano-de-funcionamiento.html

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