28.6 C
Zacatecas
jueves, 2 mayo, 2024
spot_img

Joshúa, una historia de maltrato por un taxista

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Joshúa Esaú Torres Pérez tiene 18 años y es alumno del segundo semestre de la Licenciatura en Derecho de la UAZ; padece discapacidad múltiple y, de acuerdo con el portal incluyeme.com, se llaman así por la combinación de varias discapacidades, no solo a nivel intelectual, auditivo, visual y motor, sino también otras condiciones como: la parálisis cerebral, epilepsia, escoliosis, autismo, hidrocefalia, y problemas conductuales. Además, tienen un rango que puede variar, dependiendo de la edad, la combinación de condiciones y cuan severas son las discapacidades, por lo que no solo se trata de la presencia de varias discapacidades, sino de cómo inciden juntas sobre la persona. Es el caso de que Joshúa, hace un gran esfuerzo por ir avanzando en sus estudios, goza del reconocimiento de alumnos y maestros, ahora sabemos que cursó la educación preescolar en silla de ruedas y, al sentirse incluido y a sus ganas de superarse, abandonó la silla y poco a poco caminó por sí mismo aunque con cierta dificultad. Nuestro amigo, habla muy pausado pero puede expresarse, para lo cual, su interlocutor debe tener la tolerancia debida para poder entablar una plática con él. Es el caso de que el pasado 20 de Marzo a las 10 de la mañana, el joven Joshúa, abordó un taxi de Zacatecas del cual, no expongo el número por existir un litigio pendiente, del BANAMEX de la Colonia La Florida a la Escuela de Derecho, junto con su Madre la Sra. María Guadalupe Pérez Esparza, quienes recibieron un trato indigno y prepotente por parte del conductor, quien se molestó por no poder expresarle bien donde sería el destino del viaje, ya que incluso, les dio varias vueltas y se enojó porque según él no le especificaban en cual estacionamiento de la Escuela de Derecho sería la dejada, si en el de arriba o el de abajo o el de en medio y, aunque la Sra. María Guadalupe Pérez le pidió disculpas, no cesó el maltrato contra ambos, lo cual vulneró aun más a nuestro querido alumno. Sin duda alguna, no hubo la tolerancia debida ni el buen trato por parte del operador del taxi para con los usuarios mencionados ya que incluso, el joven Torres, argumenta que el chofer no paraba de discutir, además les decía que no era adivino para saber donde dejarlos y que incluso, los dejó mucho antes del estacionamiento, quedando Joshua y a su madre muy dolidos por esta situación. En este sentido, Joshúa y yo nos encontramos en la dirección de la escuela, el sabía que el semestre pasado habíamos defendido la causa de los estudiantes a quienes arrebataban la credencial de estudiante o no les hacían el descuento correspondiente violando sus derechos a lo que recabamos firmas y acudimos a denunciar el maltrato a la Subsecretaría de Transporte Público, donde afortunadamente obtuvimos el apoyo de la autoridad y el respaldo de los concesionarios. Joshúa sabía esto y acudió a solicitar mi asesoría, con mucha dificultad se expresó, le ganaba el sentimiento y de momento sentí que lloraba, yo quería llorar con él, me mantuve sobre todo cuando supe que su verdadero dolor emocional no era por él sino por su mamá, pues le preocupaba que había hecho coraje y que padecía de presión alta, temía que algo le fuera a pasar. Hicimos la denuncia correspondiente y acudimos nuevamente a la citada dependencia donde nos encaramos con el conductor del taxi, todavía algo prepotente pedía copia de la denuncia y me dijo que él era también universitario, lo cual acabó por derramar mi escasa paciencia y lo reté a golpes fuera de la dependencia, nos contuvieron y finalmente llegó la madre de Joshúa y ya con la declaración de los hechos formalizada por las partes, el chofer fue sancionado y se dejó constancia en su expediente; el chofer es conductor y dueño de la concesión, faltaba más, su coto de poder es su taxi, donde lamentable por esos días, un audio entre taxistas que se filtró en los medios, dejaba ver que según ellos opinaban, los ciudadanos los habíamos traicionado con los UBER y por lo tanto, debíamos soportar el secuestro de calles en hora pico y sus maltratos en general. Torres y su madre, padecieron esta jodida estrategia y tal como se lo hice saber a uno de los líderes del gremio de taxistas, no íbamos a permitir ningún mal trato de nadie y menos tratándose de personas con discapacidad o de la tercera edad; las personas no somos objeto de los caprichos de nadie y nunca lo seremos. Así las cosas, debemos estar al pendiente para defender los intereses de las personas más vulnerables ante los atropellos de cualquier tipejo que se cree el rey de su unidad y nos ve como Dios a los conejos. En la Unidad Académica de Derecho, estamos a la orden para defender jurídicamente a los usuarios que resulten afectados. En el caso de Joshúa, la semana entrante acudiremos al Instituto para Inclusión de las Personas con Discapacidad para poner la denuncia respectiva en protección de sus intereses personales; ya les seguiremos informando. ■

- Publicidad -

*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
[email protected]

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -