■ Reto, consolidar un movimiento que no se limite a la reacción coyuntural, señalan
■ “Lo que más molesta es que no sepan lo que está pasando”, comenta David Rodríguez
A raíz de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y la muerte de tres más aparentemente por orden del gobierno municipal de Iguala, Guerrero, la organización estudiantil en Zacatecas ha mostrado avances organizativos importantes con la realización de paros de actividades en diversas instituciones de educación media superior y superior.
Sin embargo, el reto es consolidar un movimiento que no se limite a la reacción coyuntural, y que afronte problemáticas de índole político, económico, laboral y educativo que también impactan en los estudiantes, según coincidieron alumnos de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería Campus Zacatecas del Instituto Politécnico Nacional (Upiiz-IPN), invitados al programa Synergia, de La Jornada Zacatecas TV.
Juan Alfredo Lamas Vázquez, estudiante de Medicina de la UAZ, dijo que si la sociedad estuviera informada, una mayor organización sería posible si la sociedad comprendiera la magnitud del suceso. En ese sentido, reviró que los normalistas fueron interceptados por la Policía Municipal de Iguala, cuyos integrantes abrieron fuego contra los estudiantes. Como resultado, asesinaron a seis personas y se llevaron a 43 que aún permanecen desaparecidos.
Recordó además que desde hace un año el presidente municipal de Iguala y su esposa eran investigados por vínculos con el narcotráfico, pero nadie hizo nada e incluso “los líderes políticos lo esconden hasta que pasa una catástrofe”.
David Rodríguez Cristerna, estudiante de Ingeniería en Sistemas de la Upiiz, afirmó que ninguna acción de los normalistas justificaba un atentado como el que se realizó en su contra, y si hubiesen delinquido o hecho algo malo, debió procederse conforme a la ley. Por el contrario, actuar de esa manera contra ellos fue lamentable y por tal motivo los estudiantes del país se sienten identificados.
Marco Antonio Torres Inguanzo, conductor del programa, cuestionó a los jóvenes si el movimiento se conformará con encontrar a los culpables materiales e intelectuales del crimen, o si tratará de ir a las causas estructurales de ese problema.
En respuesta, el estudiante politécnico señaló que el movimiento estudiantil debe organizarse para hacer frente a las causas estructurales de los diversos problemas de orden social, pero para eso “tenemos que hacerlo por pasos y de una manera abierta al diálogo”.
“Es importante llegar a las causas, porque si no lo hacemos es como tener una tubería que gotea y a la que únicamente se le tapa un hoyito y después otro y otro. Ahí lo que debe hacerle es reconstruirla porque el problema seguirá ahí”, agregó.
Lamas Vázquez comentó que los estudiantes universitarios han discutido el tema y se plantea que el Capitalismo y Neoliberalismo a llevado a la situación, pero independientemente de ello, “tenemos claro que el problema de raíz es la falta de unión, y muestra de ello son las reformas que se metieron y los movimientos en defensa de los derechos laborales son de los trabajadores afectados, sin que haya una unidad social”.
Ante esa falta de cohesión, Gobierno Federal ha podido imponer esas reformas, como la energética, que no ataca uno de los principales problemas que había en ese sector y que tiene que ver con la corrupción en el sindicato, mientras que la Reforma Laboral “hace más pobre al pobre”.
Si la sociedad en su conjunto, estudiantes, campesinos, trabajadores, se unieran y organizaran, sería más fácil resistir a esas imposiciones del gobierno, pero eso no ocurre y por el contrario, “cada quién lucha en su trinchera” y entonces la resistencia se dificulta.
Mientras tanto, Lamas Vázquez dijo que el movimiento estudiantil que ha surgido en solidaridad con los normalistas desaparecidos, y a pesar que es difícil que se encuentren vivos de acuerdo al testimonio del sacerdote y activista Alejandro Solalinde, plantea que se castigue a los responsables intelectuales y materiales.
Al respecto, manifestó que toda la investigación oficial que se realiza sobre ese hecho es una burla, puesto que el propio Solalinde acudió a rendir declaración a la Procuraduría General de la República (PGR), pero no lo recibieron.
Rodríguez Cristerna comentó que uno de los mayores problemas que impide la organización social, e incluso también en el sector estudiantil, es la indiferencia, sin informarse y sin actuar, “pretendiendo estar en una realidad que no es”.
La organización estudiantil del IPN, en ese sentido, se ha convertido en un referente y un parteaguas, puesto que ha logrado ejercer una presión importante sobre Gobierno Federal y el tiempo corre en su contra.
“Podemos servir de ejemplo para que la gente haga conciencia de lo que está pasando y pueda solucionar todos estos problemas que nos aquejan a todos. Es necesario establecer bases de trabajo sobre las cuales le daremos forma a la organización, porque no puede quedar diluido en encontrar a los responsables de los asesinatos y desapariciones y hay que buscar las causas”, indicó el alumno de la Upiiz.
En el caso de la UAZ, Lamas Vázquez expuso que ha sido complejo organizarse debido al tamaño de la institución, pero en el Campus Siglo 21, donde se concentran los programas del área de Ciencias de la Salud, se ha intentado establecer una coordinación horizontal en las asambleas, sin líderes ni partidos políticos.
En las últimas semanas, la intención de su movimiento ha sido el concientizar a los estudiantes y a la sociedad respecto a lo ocurrido con los normalistas de Ayotzinapa, porque si una organización no informa, el esfuerzo será estéril.
Para tal efecto, dijo que en el Campus Siglo 21 se crearon brigadas en el paro realizado la semana pasada y acudieron a otras instituciones para invitarlos a sumarse en las movilizaciones convocadas por los normalistas.
El problema reside en que “la comunicación es muy compleja, pero vamos por buen camino porque si nos apresuramos en algo, puede salir mal. Vamos lento, ya hay una organización interna y ahora pasaremos a hacer interconexiones con otras instituciones”.
Rodríguez Cristerna puntualizó que los estudiantes son responsables de forjar el fututo y por ello es que lo ocurrido a los normalistas de Ayotzinapa afecta a todos, pero no se puede avanzar tan rápido para lograr sentar las bases y consolidarse para llegar hacia una meta conjunta como jóvenes.
Señaló que incluso entre los estudiantes hay posturas polarizadas y ello dificulta la organización, pero aseguró que ello se debe a la indiferencia. En la movilización del IPN a nivel nacional, por ejemplo, hay quienes han apoyado y quienes no.
“A nosotros que nos ha tocado estar en guardias, en asambleas, que nos interesa estar activos, tenemos un ánimo muy diferente a aquellos que no se informan ni aportan nada y simplemente se quedan en la ignorancia. Lo que más molesta no es que no actúen, sino que no sepan lo que está pasando”.
Concluyó que en el momento en que un estudiante conoce lo que ocurre en su entorno, es casi automática su reacción, por lo cual exhortó al alumnado a informarse, pues “la ignorancia es como estar en un cuarto oscuro, no sabes qué peligros están a tu lado; el hecho de conocer, es tener una luz prendida y ver lo que puede pasar y las consecuencias que puede haber”.
