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jueves, 2 mayo, 2024
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La importancia de la crónica como salvaguarda de la memoria histórica (1/2)

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Por: UZIEL GUTIÉRREZ DE LA ISLA* •

■ El Mirador de Heródoto

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El tiempo transcurre inexorablemente, nada ni nadie lo detiene, los días se suceden uno tras otro de manera dinámica. Lo único que no cambia es el cambio. Los años pasan, las personas son relevadas, pero las instituciones quedan, y con ellas el reservorio de los eventos ocurridos, de los cuales sólo trascenderán aquellos que queden asentados empleando diversos recursos, entre los cuales se cuenta la crónica.

La crónica existe desde que el hombre comenzó a contar sus vivencias y a transmitir las historias que acontecían en su medio ambiente. Luego comenzó a narrar lo que sucedía en un ámbito más amplio, las guerras, las conquistas, para recopilar la información que a modo de “caldo de cultivo” sentó un incipiente campo disciplinar que se transformaría en la historia del mundo.

En este espacio periodístico, hoy y en la siguiente entrega se esbozará la significación que tiene la crónica en la tarea de fomentar la identidad universitaria a través del registro del acontecer cotidiano destacando los valores  que engrandecen a la UAZ.  De entrada se definen los términos a usar.

El cronista -reconociendo de antemano los múltiples significados de la palabra-, “es un escritor que recopila y redacta hechos históricos o de actualidad.” Esto es, el cronista puede ocuparse de manera opcional, tanto del ayer como del hoy.

Esta dicotomía de criterio ya existía desde la antigüedad, un caso concreto lo materializan Heródoto y Tucídides, historiadores atenienses, cuya obra se enmarca en la época de esplendor griego del siglo V a. de C.

Según estudios del Dr. Ignacio Rodríguez Altageme, de la Universidad Complutense de Madrid, ambos autores difieren en el enfoque desde el cual hacen su narración, como se infiere de los conceptos siguientes:

“Heródoto narra acontecimientos anteriores a su experiencia y tuvo que hacer una investigación casi arqueológica de lo antiguo, basándose en relatos de otros, por ello es una visión retrospectiva que facilita la tarea de trazar un hilo narrativo; asume, por tanto, la tarea de narrar el pasado.

Tucídides desde el primer momento se plantea la tarea de narrar acontecimientos coetáneos, contemporáneos, en los que ha participado como testigo presencial. El hilo argumental de Tucídides se irá descubriendo con el curso de los acontecimientos, pretendiendo justificar que no existe idea previa.”

El criterio diferencial entre ambos autores queda patente en los respectivos textos de su autoría. Tucídides se separa de Heródoto al hacer una historia contemporánea, mientras que Heródoto hace una historia universal.

Los dos puntos de vista usados en las narraciones por estos historiadores clásicos, en esencia han prevalecido en el transcurso del tiempo.

Continuamos la revisión del significado de  palabras específicas de esta área del saber, aludiendo ahora al vocablo “crónica”, -sin intentar abordar sus distintas acepciones-, en términos generales, su etimología denota la idea de escribir datos  en orden de tiempo.

Es en la Edad Media cuando se definen los términos casi como se les conoce en la actualidad, la historia se fue convirtiendo en disciplina, cuyo objetivo muy propio de ella es narrar y explicar el pasado, en tanto que el término cronista comenzó a utilizarse para designar al autor de relatos contemporáneos. “El cronista se convirtió en simple relator de hechos desnudos, recopilador de fuentes o escritor costumbrista.” De ahí derivó la denominación de “Cronistas” con el apellido “de Indias” para quienes referían en sus obras las maravillas del nuevo mundo recién descubierto. Por cierto, en “La Nueva España” nombre que recibió la hoy República Mexicana, durante los tres siglos de dominación española (1521-1821), destacaron cronistas como Fr. Bernardino de Sahagún, Bernal Díaz del Castillo y Hernán Cortés, entre otros.

En la modernidad la crónica pasó de ser una narración a ser un género periodístico que debe ajustarse a la academia.

Una mirada global permite inferir que la historia, el periodismo y la crónica tienen como común denominador tener como fuente un hecho real. Periodismo e historia se apoyan en una supuesta objetividad que deja fuera las opiniones del autor. En cambio, según García Torres,  el cronista, “tiñe el texto con una subjetividad de la que se enorgullece”.

Hoy en día, en este apasionante tema un rubro en el que se asumen posiciones diferentes se centra en las líneas temporales temáticas a abordar. Para unas figuras paradigmáticas de la crónica, ésta se ocupa del pasado, mientras que para otras, aborda hechos contemporáneos. En los reglamentos de cronistas es fácil encontrar posicionamientos en ambos sentidos. Sea este el antecedente, en el complemento hablaré de la crónica en la UAZ

Así se observa el mundo desde El Mirador de Heródoto ■

 

*Cronista de la UAZ

[email protected]

cró[email protected]

 

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