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jueves, 2 mayo, 2024
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‘Tótem’, de Lila Avilés

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 603 / Cine

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Sol (Naíma Sentíes), una niña de 7 años, viaja a la casa de su abuelo para celebrar una fiesta sorpresa organizada por su familia. El motivo de dicho festejo es el cumpleaños de Tona, su papá (Mateo García Elizondo), a quien no ha visto desde hace algún tiempo a causa de su enfermedad, un cáncer que le ha hecho quedarse postrado en cama durante largos periodos. Al pasar de las horas, con la tensión, los nervios y el caos haciéndose cada vez más presentes, Sol será testigo de cómo cada integrante de su familia (incluida ella) se prepara para dicha celebración. Lo que cada uno de los presentes tiene en claro, pero que ninguno se atreve a verbalizar, es que ésa probablemente sea la última ocasión en la que todos estén juntos.

Narrada en el transcurso de un día, casi como si sucediera en tiempo real, Tótem (2023), es la excepcional segunda película de Lila Avilés, luego de la estupenda La Camarista (2019). Al igual que con su cinta anterior, la directora nuevamente elabora un retrato íntimo, a puertas cerradas, de un microcosmos, un mundo pequeño habitado por su protagonista y, en este caso, por sus seres más cercanos.

Con un enorme cuidado al detalle, Avilés va estableciendo, de manera gradual, las dinámicas entre cada habitante de dicho hogar, así como sus actitudes ante la difícil situación en la que se encuentran. Primero, de manera caótica y poco clara, pero, al ir avanzando en su metraje, se va volviendo un cuadro cada vez más entrañable.

La realizadora les otorga dimensión a sus personajes al llenarlos de cualidades, defectos y contradicciones. También lo hace al mostrarlos unidos ante el dolor y la pérdida que al avanzar el tiempo se vuelven cada vez más inminentes. En el centro de todo este conflicto se encuentra Sol, quien, a pesar de su corta edad, es bastante consciente de lo que está ocurriendo y vive un duelo casi por adelantado.

Avilés posa su cámara al nivel de la protagonista, en espacios pequeños y cerrados. De esa manera, vuelve al público partícipe, no sólo del festejo familiar, sino también de los momentos más personales y solitarios de Sol. Breves instantes donde la protagonista, con una profunda curiosidad, hace todo tipo de interrogantes, algunas más serias que otras. Preguntas que le hace a su madre, a sus tías, a su celular (“¿cuándo se va a acabar el mundo?” le cuestiona al aparato electrónico) y a sí misma. La mayoría de éstas, sin una respuesta clara.

En un momento donde el cine mexicano continúa definiendo su identidad, Tótem es una valiosa propuesta que nada a contracorriente respecto a las tendencias y temáticas que se suelen abordar dentro de las producciones nacionales. Ahí, donde cada vez es más común encontrar cine de escapismo o de denuncia, la cinta de Avilés abraza la ternura, la empatía y la representación como principales virtudes.

Se trata de una cinta que, sin ser manipuladora ni efectista, logra conmover de manera genuina, sincera y trascendental. Es un bellísimo relato sobre un hogar como cualquier otro, que permite contemplar lo poético, lo desolador y lo resiliente en el movimiento de lo cotidiano. Tótem es una película de una escala pequeña y personal, pero de cuestiones e inquietudes que resultan universales.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_603

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