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jueves, 2 mayo, 2024
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Expone Martha Canfield su lectura de la obra del poeta Ramón López Velarde

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Por: ALMA RÍOS •

■ La ensayista ofreció una conferencia en el contexto de las 18 Jornadas Lopezvelardeanas

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■ A través de A las provincianas mártires, encuentra en el jerezano una empatía con Fréderic Mistral

Martha Canfield (Montevideo, 1949), galardonada este año con el Premio Iberoamericano de Ramón López Velarde, expuso su lectura de la poesía del jerezano universal con La suave patria, extraordinaria versión mexicana del felibrismo, conferencia magistral ofrecida ayer en el patio central del Museo Zacatecano en el contexto de las 18 Jornadas Lopezvelardeanas.

La poeta, traductora y ensayista italo-uruguaya, propuso como punto de partida para el análisis de la obra poética del autor de La sangre devota, la presencia aun antes de la aparición de esta obra, dijo, del “punto de sutura entre la experiencia privada del poeta y la temática propia del modernismo” que situó en el motivo de “una juventud nunca vivida”.

No obstante a diferencia de los modernistas europeos, López Velarde no se limitó a repetirlo sino que ofreció su visón personal en la que “congenia con su tierra y su fe católica”.

La meta no alcanzada, la no realización para el autor dijo, es el matrimonio, por lo que se volvió un poeta de la “soltería casta y devota” no obstante ser consciente “del propio desperdicio vital”, que lo condenó “a la fuga en el sueño erótico y la autocombustión imaginativa”.

Propuso el conflicto del autor zacatecano entre un pecado de exceso, del que deriva no sólo la culpa sino el castigo que en su caso fue el matrimonio imposible.

Martha Canfield situó la culpa en el abandono de la provincia, a la que convirtió en la esposa predestinada pero imposible, en” el útero al cual no puede regresar”.

“La provincia es la sede irrecuperable de la armonía perfecta, se puede leer como una variante del paraíso perdido, al cual se asocia muchas veces el tiempo de la infancia como momento privilegiado de inocencia en el cual la ignorancia preserva de la culpa y de la desdicha”, descifró.

Pero el dualismo que expresa López Velarde, un dualismo platónico que proviene de su formación católica, no encuentra conflicto en la provincia sino en la tentación que ofrece la ciudad, por lo tanto las propone contrapuestas para despreciar a esta última.

En conciencia de la imposibilidad de regreso a ese paraíso que es la provincia, el escritor hizo coincidir ésta con las mujeres pueblerinas, dijo, un hecho que aludió en sus obras La sangre devota y Jerezanas. Y mencionó que entre el castigo y la culpa, es Fuensanta, la mujer que encarnó el amor casto.

La autora de La provincia inmutable. Estudios sobre la poesía de Ramón López Velarde, destacó asimismo como una distinción de la poética del bardo lo que denominó “sano y acertado compromiso entre la elegía e ironía”.

Y expuso la ausencia en su obra lírica de la figura paterna y aun masculina, lo que lo colocó al poeta en un gineceo, mismo que vivía en sus letras desde una infancia permanente.

El conflicto en el que busca el regreso a la provincia, al paraíso, generó en el autor, un reniego del progreso que se expresa en La Suave Patria, a quien Martha Canfield observó como una figura femenina y materna, y cuya creación que culminó 20 días antes de la muerte del poeta, se inscribió asimismo en la celebración del cuarto centenario de la caída de Tenochtitlán y el primero de la consumación de la Independencia, por lo que se expresa como parte de un momento en que la nación mexicana buscaba su identidad, lectura que abonó la escritora con otros referentes.

A través de A las provincianas mártires, en la que Ramón López Velarde aborda a las provincianas emigradas a las ciudades tras el fenómeno revolucionario, Martha Canfield encontró una empatía con la obra de Fréderic Mistral.

“No cabe duda que la Mireya mártir de López Velarde es la hermana zacatecana de la Miréio del poeta occitánico Fréderic Mistral”.

Observó entre las coincidencias, el que este último nació en una región de Francia que se obstinaba en mantener su lengua, sus costumbres, creencias y autonomía frente al poder centralizados y nivelador del Estado Francés.

En 1854 este autor francés y otros, decretaron en nacimiento de un movimiento literario al que llamaron felibrismo, “que tenía algo de secta” y como objetivo, conservar a la región nativa en su lengua, su color local y su felicidad nacional, expuso.

Destacó la oposición provincia-capital, la idealización de la provincia y la impresión de que “el alma provincial está muriendo” y el aferrarse a las tradiciones locales, como puntos de coincidencia entre la obra de López Velarde y el felibrismo.

Ramón López Velarde en sus últimos días vivió “soñando que la patria chica se puede convertir en la Patria si el Estado recupera lo que tiene de autóctono”, esto quedó plasmado en la que definió como una gran obra maestra, La suave patria.

Martha Candfield será distinguida este 19 de junio con el Premio Iberoamericano Ramón López Velarde 2015 en ceremonia que se llevará a cabo en el Teatro Hinojosa de Jerez, a las 12 horas.

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