Una de las películas más interesantes de la Competición de la Berlinale 2022 es la del teatro en el cine, puesta en escena y dirigida por el italiano Paolo Taviani, Leonora addio.
Por qué esta introducción así de revuelta, entre teatro y cine, pues por la estructura que hace honor al homenajeado, al guionista, novelista y director de escena italiano, Luigi Pirandello.
Similar a sus obras teatrales cuya estrategia era la comicidad desde lo absurdo, desde las situaciones y reacciones contrarias a lo que la razón indicaría, esta película cuenta la historia absurda de las cenizas de Pirandello y los 15 años que tardaron en llegar hasta su sepultura definitiva en su natal Agrigento (Sicilia).
Taviani, quien en 1984 realizó Kaos también pieza de Pirandello, en esta ocasión quiso mostrar lo absurdo de su muerte, de su última pieza escrita The nail, de su premio Nobel de literatura recibido en 1934, de su afiliación al fascismo de Mussolini, de su muerte en 1936 y su deseo de ser incinerado y llevado a ser colocado en una piedra de cantera cerca de su casa en Agrigento.
No sólo eso filmó Taviani, sino que en el último tercio de la película adaptó justamente la última pieza de Pirandello. Una pieza que es el asesinato de una niña que peleaba con otra niña de forma animal, hasta que otro niño inmigrante italiano llegó con un gran clavo y mató a la pelirroja. Así, nomás por que sí. Una pieza de lo absurdo, pero que en esta ocasión tiene un final trágico a diferencia de las anteriores que iban entre la absurdidad y la comedia y de cierta manera un final que componía la situación poniéndola en orden.
Leonora addio está dividida en dos momentos: el primero ocupa dos tercios de la película filmado en blanco y negro y está dedicado a las cenizas de Pirandello. Aquí Taviani hizo un montaje insertando imágenes neorrealistas de la Italia en guerra y de la vuelta de los trenes con prisioneros y soldados, a la par van las cenizas en su largo periplo para la isla, de estar enterradas a Roma, la exhumación y el viaje frustrado en avión y luego el exitoso en un tren.
El último tercio es la adaptación de la obra ya comentada arriba. Esta parte está filmada a color y se cierra con una escena y los aplausos del espectador. Así, Taviani respeta el teatro de Pirandello, de ese teatro dentro del teatro.
El lector de este texto habrá notado, quizás, que el título de la película no corresponde a algún personaje, esto es también parte del juego del absurdo del cine-teatro. Leonora addio es una corta historia que forma parte de la aria Il Trovatore. En el guion estaba previsto iniciar la película con esta canción y se filmó; en el montaje final se quitó la escena, pero no se cambió el título.
De lo visto en esta Berlinale, es quizás la cinta más interesante de la Competencia.
