Este será un año histórico para las mujeres en el deporte en todo el mundo, pues se celebrarán los Juegos Olímpicos en 2024 en París, Francia, y según lo ha informado por Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), las mujeres contarán con el mismo número de plazas que los hombres.
Serán 5,250 mujeres y 5,250 hombres, el número de deportistas con registro en las competencias parisinas; igual número de mujeres y de hombres participando en cada una de las disciplinas que este gran evento contempla.
Este hecho tiene un valor trascendental para la historia de los derechos de las mujeres, pues en éste ámbito en específico, ha sido largo el camino que se ha seguido para lograr que primero se les permitiera asistir al menos como espectadoras, y más aún más largo el tramo para ser consideradas como deportista en las competencias.
Los primeros Juegos Olímpicos fueron los celebrados en Atenas en 1886, un momento en el que comenzó a verse desde el ámbito internacional el interés de los deportistas en participar. Ahí uno de los grandes fundadores de nombres Pierre de Coubertin dijo que “Los Juegos son la solemne y periódica exaltación del deporte masculino, con el aplauso de las mujeres como recompensa”. Como si fuera porra la participación femenina, a las mujeres no se les permitía ser parte de la competencia en los deportes olímpicos.
Fue hasta el año 1990 cuando las mujeres participaron por primera vez en unos Juegos Olímpicos celebrados en París, aunque fue solo de manera extra oficial, pues se les limitó a deportes considerados “de naturaleza femenina”, como el golf, croquet o tenis, con un total solo de 22 mujeres.
Desde entonces, cada vez más fueron las exigencias de las mujeres deportistas, de ser consideradas en igualdad de condiciones frente a los hombres, y es por ello que, luego de más de 30 años, en la misma ciudad en donde por primera vez participaron las mujeres, según los datos oficiales, por se concretará por fin la tan anhelada paridad en el deporte.
Será un evento que con emoción presenciaremos, pero el que no debemos dejar de observar con ojos críticos, pues no solo basta la participación igualitaria, sino que deben recibir las mismas condiciones económicas y de trato frente a los hombres, y es ahí donde pondremos atención para seguir alzando la voz e impulsando a las mujeres del deporte.
