Se disipó la duda. Las expectativas de salir del reflujo de la insurgencia magisterial quedaron por abajo de lo esperado. Entre la curiosidad y el morbo los observadores atentos a lo que ocurriría con el paro de labores del “Día de la raza”, pudieron percatarse que no fueron tantos los maestros que se oponen a las evaluaciones tal y como lo establece la reforma educativa de 2013 y su norma reglamentaria plasmada en la Ley del Servicio Profesional Docente (LSPD). Sobre el llamado al paro nacional que convocó la CNTE, los maestros que lo acataron lo hicieron en un número menor a lo esperado. Aunque se le dio ese nombre no fue nacional. Oaxaca fue la entidad en la que se manifestaron más inconformes. Al parecer el hecho que la SEP y el gobierno de ese estado hayan recuperado al organismo que administra los servicios educativos antes en las manos de la Sección 22 comienza a rendir frutos. Alejados del temor que les infundían a los mentores las presiones y amenazas de los líderes quienes lista en mano premiaban o castigaban a quienes acudían o no a los llamados a marchas, plantones y otras acciones de protesta, esta vez les hicieron caso en menor número. Los disidentes siguen siendo mayoría, pero la hegemonía tiende a resquebrajarse. Pareciera que se acercan nuevos tiempos en los que el charrismo volvería por sus fueros o surgiría un nuevo proyecto sindical ajeno a la simbiosis SEP-CNTE con un discurso democrático pero con prácticas clientelares y corporativas a las que decían combatir. El charrismo de izquierda magisterial también existe. Se caracteriza por una retórica revolucionaria con retórica de izquierda pero en sus prácticas acusa los mismos vicios y lacras de sus hermanos adversarios. La democracia es muy suigeneneris. Las advertencias del nuevo titular de la SEP en el sentido de sancionar a quienes se ausentaran de las escuelas y de aplicares los descuentos surtieron su efecto. Entre el magisterio oaxaqueño acostumbrado a salir a la calle a protestar y presionar masivamente, para forzar las negociaciones y exigir el cumplimiento de sus demandas un tercio de los maestros esta vez no se sumó a la jornada de lucha, si bien la protesta siguió siendo masiva. Oaxaca había se ha distinguido por ser el termómetro de la inconformidad y el referente de la disidencia acuerpada en la Coordinadora. En el resto de los estados resulta difícil saber si el porcentaje de opositores a la reforma también disminuyó o se mantienen los mismos.
Algunos medios como La Jornada adalid de la izquierda y de la oposición informan de 14 estados en donde hubo diferentes formas de protestas que van de las marchas a los bloqueos carreteros y de edificios. Otros como el Reforma portavoz de Mexicanos primero y del CCE menciona que las movilizaciones sólo ocurrieron en diez. ¿A quién creerle? La verdad es sólo una y esta resulta de una información objetiva de la realidad. Para la SEP de acuerdo con este último rotativo, en el 96 por ciento de las escuelas de todo el país se trabajó de forma normal. En otros bastiones con más presencia de la CNTE menciona que en Chiapas y Guerrero los maestros acudieron a cumplir con sus labores en un 95 y 93 por ciento respectivamente. Michoacán lo hizo en 70 por ciento.
Ante las declaraciones de Nuño de que no se les pagaría a los faltistas y de que quienes acumulen más de tres faltas en un mes serían separados del servicio, que hablando en cristiano significa el cese, muchos trabajadores de la educación que antes si se manifestaban optaron por la cautela. En su interior han de ver pensado que ante una autoridad remisa a escucharlos, a negociar y a revocar la nueva ley y de solo hacerlo en el marco de ésta y por el contrario, decidida a aplicarla, han de ver pensados guiados por la prudencia y el sentido común que en la coyuntura actual más vale prevenir que lamentar. Los valientes acostumbrados a poner por delante el pecho a las balas dirán que no se sumaron al paro por miedo. Y no les ha de faltar razón pues en tiempos de crisis el miedo no anda en burros. Así por ejemplo en el DF marcharon menos disidentes que el número de policías que los vigilaban. En otros estados fuera de los arriba mencionados el paro fue muy representativo por no decir que simbólico. De Zacatecas no se sabe la magnitud que haya tenido la réplica del paro nacional o si ni siquiera ocurrió. Lo anterior no confirma otra cosa que el reflujo de la lucha en contra de la reforma y el temor siguen in crescendo. Contra las evaluaciones no hay mejor termómetro para saber quiénes en los hechos se oponen a las mismas, cuantos no acatan el llamado a acudir a evaluarse más allá de que paren, marchen o no lo hagan.
Las reacciones al paro del “Día de la Raza” fueron por parte de voceros de la CNTE el que Nuño lo haya minimizado y la del secretario de que el descuento iba en serio. Fue tan en serio que se anunció que a 85 mil maestros en el país les sería descontado el día. La participación de los paristas puso en evidencia que el reflujo entre la insurgencia magisterial sigue y que quizá habrá que sentarse a pensar y ver cómo enfrentar la coyuntura actual pensando en la construcción de un proyecto viable e incluyente para democratización del gremio y la elevación de la calidad educativa. ■
