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jueves, 2 mayo, 2024
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Lic. José Abraham Torres Viramontes, breves de la historia 1 (parte 2/2)

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Por: Juan Manuel Rivera Juárez • Elva Cabrera Muruato •

El Lic. José Abraham Torres Viramontes llegó a la dirección del Instituto de Ciencias de Zacatecas (ICZ) producto de la renuncia de Genaro Borrego, quien dimitió ante el rechazo que se generó entre estudiantes y profesores ante su forma de dirigir al Instituto. Con el respaldo del entonces Gobernador del Estado (1959) y con una idea muy clara del rumbo que debería tener la institución educativa a su cargo, Torres Viramontes asumió la encomienda dejando muy claro como sería su relación directa con administrativos, docentes y estudiantes. Formado en el propio ICZ, docente del mismo por varios años y pieza clave en la integración de la autonomía, su forma de concebir a la educación universitaria determinó en gran medida el futuro de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). 

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En cuanto a la forma de sentir a la universidad y su filosofía, es decir, al sentido de pertenencia e identidad, el primer Rector del Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas (ICAZ) esbozaba lo siguiente: “…la Universidad no es tan solo la casa donde se aprenden los oficios para lograr una vida placentera, es el seno máximo donde la vida es reglamentada con el espíritu de superar humanismos…”. Torres Viramontes asumía que “A la Universidad hay que sentirla, hay que entenderla, hay que saber vivirla y eso no es tan fácil como habitarla… día a día se renuevan los galardones que constituyen una convivencia universitaria y por ello aun cuando de momento parece ser que la técnica abruma y deslumbra a la juventud, debe entenderse que la técnica debe llevar impresa la calidad humana, ya que se encuentra imbuida de la magnánima esencia de la cultura. Poseer un título universitario debe acreditar no solamente el que quien lo ostenta demostró el conocimiento técnico, sino también la formación humana y ésta como ya lo he dicho anticipadamente no se acredita con títulos sino con hechos que demuestran a la luz de la vida la impresión de la esencia humana; hay que destacar entre vivos y vegetar; la vida profesional hay que imbuirla de incentivos que demuestren inequívocamente la calidad moral de sus principios y la universidad en sus distintos aspectos  que con un simple ademán del maestro se está imprimiendo…”.

Preocupado por establecer la urgencia de preservar la calidad humana sobre la técnica afirmaba que “…Con ese propósito se estableció la Escuela de Letras e Historia tan necesarias en el ambiente humanístico, ya que consideramos que si bien es cierto que la técnica es indispensable y fundamental en el desarrollo industrial y económico de México, también lo es que somos humanos y el espíritu requiere el cultivo necesario para el desarrollo”. Destacaba que “Toda casa de estudios debe ser el resonador potente que registre la más sensible vibración que venga de todos los rumbos del destino humano”.

Como parte de la evolución e innovación tecnológica que se produjo durante el siglo XX y las consecuentes afectaciones a una frágil sociedad que buscaba una estabilidad política, económica e intelectual, el Lic. José Abraham aseguraba que “Nadie puede calcular el mal que ocasionó el positivismo, cuando pretendió establecer la curiosidad del hombre y sus necesidades solo con los datos de la mera ciencia, parece ser que el hombre aún sigue aferrado a este desatino ya que descuida y siguió descuidando por años la búsqueda filosófica del bien, de la belleza y la justicia, se encerró y se sigue encerrando en un tecnicismo de tal manera que uno se atreve a preguntar ¿Qué ha sido del camino de la antigua sabiduría? Y parece que no hay respuesta alguna para la angustia de esta pregunta necesaria; por ello le corresponde a la Universidad levantarse como un santuario de armonía y de paz sin mácula…”. 

Por aquellos años ya se planteaba la separación de la Escuela Secundaria del Instituto, a lo cual el Lic. Torres Viramontes reflexionaba sobre la pertinencia de la formación secundaria dentro de las aulas de la institución educativa, “…el ICAZ dado su nivel académico debe excluir la enseñanza secundaria, pero ello no se ha realizado en virtud de que quedó plenamente demostrado con las estadísticas y pruebas realizadas por el Departamento Escolar, que los alumnos egresados de otras Instituciones de enseñanza secundaria carecen de los conocimientos indispensables para continuar con su carrera; por ello, obligadamente nos hemos visto en la necesidad de continuar con la enseñanza secundaria para equilibrar en alguna forma la enseñanza en el bachillerato…”. 

Una de las principales preocupaciones del Rector Torres Viramontes era la proyección social de la Universidad, a la que dedicó profundas y continuas reflexiones, “Trataremos de que activa y permanentemente se haga sentir en todos los medios sociales la presencia de la Universidad e intervenga en la solución de sus problemas para cuyo efecto resulta inaplazable que reglamentemos el Servicio Social para todos nuestros egresados.” Evidenciaba la importancia de vincular a la Universidad con la realidad y su entorno inmediato, “Las Universidades sin dejar de ser centros de cultura humanística, debe adentrarse en todos los problemas y en todas las inquietudes del momento, para señalar a la sociedad y al Estado las fórmulas que han de conducirlos a la solución, ya que la Universidad representa el más alto y elevado destino del hombre; la Universidad significa integrar en algo con el anhelo de la comunidad; debe responder al dolor y a la esperanza del pueblo, debe buscar perenemente la luz, debe ser permanentemente dinámica; esas sublimes tareas no podrán superarse, sino con la entrega efectiva y entera, de todos los universitarios, catedráticos y alumnos, que de generación en generación hagan de nuestra Universidad una permanente aspiración, un ideal supremo, un fin y un motivo de nuestro diario actuar; debemos convertir a la Universidad en un centro de lucha incansable a favor del pueblo.”

Se realizaron las gestiones correspondientes para fundar las escuelas de Medicina Humana, Ciencias Químicas, Medicina Veterinaria y Zootecnia, Economía, Enfermería y Minas. También se construyó el conjunto de edificios al pie del cerro de la Bufa. Se adquirió el reactor nuclear y se recibió en donación el Teatro Fernando Calderón y el Pasaje ubicado en la calle Allende en la ciudad de Zacatecas. El Lic. Jesús Manuel Díaz Casas al referirse al Lic. Torres Viramontes expresaba lo siguiente: “José Abraham Torres Viramontes es una persona que merece un lugar muy preponderante en la historia de la Institución, porque él fue el precursor, y gracias a las gestiones, a la visión y entrega que tuvo, así como al largo periodo que estuvo al frente de la Casa de Estudios, la pudo consolidar y proyectar para llegar a la creación de la Universidad Autónoma de Zacatecas, a él se debe el nacimiento de muchas escuelas.” 

Esta notable expansión (académica) produjo la justificación para la conversión del ICAZ en UAZ. El propio Gobernador le comentaba a quien fue el último Director del ICZ y el primer Rector ICAZ: “mira José Abraham, necesitamos llevar el ICAZ a rango de Universidad, pero de acuerdo a la norma para ser Universidad, necesitamos universalizar los estudios, creando todas las carreras que no tenemos.” Acciones con las que se consolidó a la actual Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas.

Sé parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes: http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz.

*Docente Investigador de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT. *Docente Investigadora de la Unidad Académica Preparatoria. [email protected]

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