Interesantes, sin duda, las decisiones del Rector Guzmán, al procurar poner en marcha, formas concretas para generar incrementos a la racionalización de recursos financieros a emprender por la UAZ, como muestra y garantía de seriedad, de dar pasos, tanto en el reordenamiento exigido por la autoridad federal a la UAZ, como avanzar en la voluntad de cambio que la aleje del colapso económico y le facilite consolidarse como institución educativa, con capacidad para asumir el liderazgo académico en Zacatecas y ser cada vez más competente en la región, por sus aportaciones. Desde luego, iniciar a hacer más, con menos recursos, en principio, conlleva a la UAZ a ver, hacia sí misma, para descubrir y aprovechar mejor su potencial y posibilidades.
Al respecto, La Jornada, Zacatecas, del día de ayer, lunes, 12 de diciembre de 2016, publica, en un minucioso reportaje elaborado por Martín Catalán Lerma, que la “UAZ renta casas a sus propios funcionarios” y abunda en detalles sobre una situación que, de hecho, ocurre u ocurría pero que de manera paulatina se corregirá, como parece ser la decisión del Rector Guzmán, ya en marcha en ese sentido. Renta de inmuebles, “cuya propiedad es de funcionarios que integraron la Rectoría de la Máxima Casa de Estudios en varios momentos” y por los cuales: “En los últimos periodos rectorales, la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) erogó más de 3 millones de pesos cada año para pagar la renta…”, cantidad nada deleznable. Por supuesto, “Esos espacios se utilizaron para oficinas administrativas e incluso casas estudiantiles.”
Si había o no, dolo en ello, es asunto a investigar y sancionar. Algo cierto, en ausencia de reglas expresas a efecto, de disponer de espacios suficientes para facilitar la consecución de distintos fines universitarios, sin duda, en el caso anterior, se supone, se acudió a lo más sencillo: en directo, resolver la falta de inmuebles para ser ocupados con diversos fines, ligados a facilitar los fines académico – administrativos de carácter universitario, fueran de la propia administración, de los maestros o de los estudiantes. Con todo, nada excluye que, en momentos dados, aflorara el lado mercantil de la prestación demandada, sin reglamento expreso que regulara su adjudicación. Con ello, lo mismo se respaldaba a profesores o a estudiantes, etc. Con todo, si la situación económica de los profesores y funcionarios universitarios, eventualmente y por distintos motivos mejoraba, bastaba contar con un ingreso mayor al consumo para incrementar la posibilidad de consumir con diversificación de objetivos, como sería el adquirir algún bien mueble y ocuparlo, o bien, rentarlo. Eventualidad que, sin reglamento expreso, abrió horizontes para alojar en edificaciones de universitarios, casas o edificios, funciones o aspectos de funciones nuevas para las cuales faltaba lugar, por ejemplo, hasta para poner la oficina, etc.
Otro asunto relativo a eso, fue el devenir en que entró la demanda de vivienda, estricto, para que se pudiera alojar a estudiantes de bajos recursos, cuya atención se reforzó y enfrentó, con programa o sin él, mediante la habilitación de casas de particulares, como casas para universitarios, fueran docentes, técnicos o estudiantes, hasta llegar a construir, para estos últimos, los complejos hoy existentes (aunque insuficientes), así como la correspondiente generación de servicios, a lograr por distintas vías, para apoyar su alimentación o sus exigencias de transporte, etc. También concurren a este operar universitario: los descuentos con credencial, el servicio de comedores y autobuses propios, de la UAZ, aunque escasos, etc.
De manera que el crecimiento de la UAZ, no regulado, pero contenido por los montos de los subsidios federales o estatales, ordinarios y extraordinarios, llegó a generar exigencias para las que no había solución normada y se llegó a lo que, justo en este momento, llama la atención: el que funcionarios universitarios, propietarios de casas o edificaciones, las den en arrendamiento a la UAZ. Con todo, éste, como de seguro otros asuntos, debe ser materia a procesar y normar por las respectivas Comisiones del H. Consejo Universitario desde su conocimiento, su estudio, propuestas y solución, al fin de poner límites y dejar normado, tanto este procedimiento concreto como otros para los cuales aún no exista legislación ni reglas que los normen, con claridad, más allá de la práctica inmediata y la acción directa, en un medio donde, cuando abundan las carencias, hasta se improvisan soluciones, las cuales, como se ve, luego se cuestionan, por la selectividad en que se incurre, por eso mismo, la falta de normas específicas para operar correctamente en la inmediatez.
Excelente nota de La Jornada Zacatecas: “Emilia Pesci Martínez recibió este domingo la constancia de asignación como regidora por el principio de representación proporcional, por lo que formará parte del cabildo municipal de Zacatecas para el periodo 2017-2018, se dio a conocer en un boletín.” ■
