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jueves, 2 mayo, 2024
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■ Cumplen promesas arrodillados

Más de 3 millones visitaron ayer a la Guadalupana

■ Tras 492 años de tradición, persiste la presencia de familias en peregrinaje

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Por: La Jornada •

Ciudad de México. Ni la lluvia intermitente de la tarde brumosa ni el frío, que a la medianoche rondó 10 grados centígrados, desanimaron a los fieles de la Virgen de Guadalupe que acudieron la víspera de este 12 de diciembre a celebrar a la patrona de México. Según los reportes oficiales, se contabilizó una asistencia récord a la Basílica de más de 3 millones 100 mil de personas hacia las 22 horas, la cual se incrementaría durante la madrugada.

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Las autoridades informaron que la afluencia era mayor en comparación a los números del año pasado, cuando a la misma hora se contabilizó un millón de visitantes. En total, 11 millones de peregrinos visitaron el espacio religioso en 2022 desde el 8 de diciembre hasta las primeras horas del 12 de diciembre. Ahora se esperaba una concurrencia mayor.

A las 22 horas de este lunes, los alrededores del recinto religioso, al pie del cerro del Tepeyac, en el norte de la ciudad, lucían repletos. Sin embargo, el mar de personas es organizado. La variedad de visitantes a quienes une su fe, comen algo, descansan o trasiegan lentamente. Hay una algarabía en las afueras del recinto que contrasta con la ceremoniosidad del interior, en un orden casi mudo entre la mayoría de ellos, cobijados por la alegría de haber llegado a esta multitudinaria cita mariana.

Mandas y penitencias

Los momentos más emotivos de la jornada guadalupana lo protagonizan los peregrinos que avanzan arrodillados por el centro de la calzada de Guadalupe. Uno de ellos, un joven con las piernas desnudas recorre el sendero lentamente. La penitencia se refleja en su rostro arrugado de dolor. Cada tres metros toca el piso con la frente y parece rezar.

Detrás de él, dos muchachos más se ponen de hinojos y cumplen con su promesa o manda. Menos agobiados por el castigo rebasan al primero. En otra escena, una mujer avanza a gatas mientras dos jóvenes van colocando para que los use de tapetes y el castigo físico sea menor.

Más adelante, un adulto, también de rodillas, lleva en su espalda un enorme cuadro de la Guadalupana. No mira más que el concreto. La mujer que lo acompaña refirió que no sabe la razón, si es promesa, manda o penitencia, sólo me dijo hace un año que lo haría.

Conmueve otro hombre que apenas traspone la entrada del recinto mariano y casi cae desvanecido. Es atendido por paramédicos que le quitan la fotografía de una mujer y el pequeño altar que llevaba a cuestas. Es por mi madrecita que se fue, contó mientras en su rostro se ve el dolor físico y emocional.

A las 22 horas el reporte de los servicios médicos es de mil 656 atenciones en el lugar, la mayoría por fatiga, con sólo cinco traslados a hospitales, por síntomas de afección cardiaca, intoxicación por alimentos y sangrado ginecológico, pero todos se reportan estables.

La vestimenta de las personas que llegan al recinto tiende al negro y a tonalidades oscuras, pero también se cubren con fosforescentes camisetas sobrepuestas, chamarras ligeras, gorras y sudaderas caladas hasta la frente por el intenso frío que arrecia mientras se acerca el momento de Las Mañanitas tradicionales.

De la tilma a la piel

Las representaciones de la Virgen de Guadalupe se multiplican en brazos tatuados, altares enormes cargados en andas por varias personas, cuadros y esculturas sujetadas con cuerdas, correas o cintos, bufandas, tiras de tela. Sorprende la firmeza de quieres las portan luego de kilómetros de marcha.

Los peregrinos están conformados por muchas familias comandadas por los padres. También hay un gran número de grupos únicamente de mujeres y a cargo de infantes.

Los acentos de las voces múltiples de este río humano dan cuenta de lo variopinto de su procedencia. Por un lado, se escuchan expresiones en alguna de diversas lenguas indígenas o un ¿ontá la tienda?, mientras otros narran su periplo: He venido bien seguido, es una manda, veníamos con buen paso en Eduardo Molina; llevo cuatro días en esto, a ver si no agarro un resfriado, es el lugar de la Gracia. A veces también sólo hay silencio y el ruido de los pasos o arrastre de pies cansados.

Extendida devoción

La plaza central frente al templo mariano está repleta de tiendas de campaña donde los peregrinos, tendidos sobre cobijas, aguardan el momento cumbre, cuando justo a la medianoche entonarán canciones de alabanza a la deidad adorada, mientras desde varios rincones de la ciudad se lanzan fuegos pirotécnicos, en una de las devociones marianas más extendidas en el mundo católico desde 1531.

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