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jueves, 2 mayo, 2024
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Trump usa los aranceles como arma económica y política. México debe hacer lo mismo

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Por: ARTURO HUERTA GONZÁLEZ •

El presidente de Estados Unidos (EUA) ha venido utilizando los aranceles a las importaciones frente a sus principales socios comerciales para reducir sus importaciones para impulsar su dinámica económica, como para crecer a costa del resto de los países, y volver a ser lo que fueron antes. Con la declaración del 30 de mayo, de que establecerá un arancel de 5% a las importaciones provenientes de México, y que si este no reduce el flujo migratorio hacia su país, el arancel irá aumentando hasta llegar a ser el 25% para el mes de octubre. Con ello trata de que el gobierno mexicano le haga la tarea sucia y asuma los costos de frenar la migración, sin poner ellos dinero para impulsar a los países expulsores de mano de obra de Centro América.

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El gobierno de EUA utiliza su poder monopólico en la compra (México es el principal país abastecedor de productos de dicho país. En 2018 las importaciones mexicanas que EUA realizó, sumaron 352 mil millones de dólares) y trata de frenar dichas compras estableciendo aranceles sobre éstas y tratar así de doblegar al gobierno y a la economía mexicana.

Tal decisión, a pesar de que viola los acuerdos presentes en el TLCAN, así como en la Organización Mundial de Comercio, se sustenta en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977, que ha utilizado para establecer aranceles ante otros países. Ello refleja que el interés de seguridad nacional está por encima de todo tratado comercial, que ha llevado a Donald Trump a cuestionar los acuerdos comerciales y anteponer políticas arancelarias para proteger la producción y el empleo nacional. El gobierno mexicano debería hacer lo mismo, y no seguir apostando al libre comercio, donde hemos sido perdedores.

Los aranceles que quiere establecer EUA, en principio afectarían a los fabricantes y consumidores de EUA que demandan los productos mexicanos, pero benefician la posición competitiva de los productores de dicho país para crecer a través de la sustitución de importaciones.

Las exportaciones de tomate de nuestro país hacia EUA han caído por los aranceles que le han establecido. Al generalizarse los aranceles, en principio reducirían las exportaciones, y con ello la producción, el empleo y el ingreso de empresas e individuos, lo que contraería la inversión y el consumo y la actividad económica, y aumentaría la cartera vencida, lo que afectaría la banca y restringiría el crédito. Sin embargo, ello puede ser contrarrestado si el gobierno mexicano establece aranceles a las importaciones provenientes de EUA. La generalización de aranceles en uno y otro país, incrementaría la incertidumbre respecto a la continuidad del libre comercio y afectaría sobre todo a las empresas transnacionales que se han beneficiado de ello, por lo que repercutiría sobre los mercados financieros y el tipo de cambio. El banco central no debe aumentar la tasa de interés para frenar la devaluación, sino debe dejarla flotar para mejorar competitividad y así contrarrestar el impacto que sobre precios tienen los aranceles, por lo que se nulificaría el efecto esperado por Trump de frenar las exportaciones mexicanas y afectar a la economía del país.

El presidente Trump ha dicho que el establecimiento de aranceles a México, llevará a que muchas empresas salgan y regresen a EUA. Ello podría acontecer si el arancel crece y si permanece en el tiempo, debido a que afectaría a las empresas exportadoras ubicadas en el país. Para evitar ello, México debe utilizar el manejo soberano de su política económica para encarar la incertidumbre que genera la eventual caída de exportaciones y su impacto sobre la economía nacional, por lo que el banco central y el gobierno deben reaccionar con política contra-cíclica de reducción de la tasa de interés, tipo de cambio competitivo y expansion del gasto público para dinamizar el mercado interno, y mejorar la competitividad de las exportaciones a pesar de los aranceles.

El gobierno de México debe de cambiar la estrategia de crecimiento seguida hasta ahora. Debe volcarse hacia el crecimiento del mercado interno. Al dinamizarse éste, las empresas transnacionales no tendrían por qué salir del país, sino que producirían para el mercado interno. Para ello, se tiene que dejar de lado los recortes presupuestales, como la alta tasa de interés y los bajos salarios predominantes en el país, dado que esto contrae el mercado interno y los aranceles a las importaciones beneficiaría a la producción nacional.

El centro de la política económica debe ser dinamizar el mercado interno y reducir el déficit de comercio exterior, para no seguir dependiendo de la economía estadounidense, ni de los mercados financieros internacionales. ■

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