21.4 C
Zacatecas
jueves, 2 mayo, 2024
spot_img

Y de pronto…

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RENÉ LARA RAMOS •

Campanazo en el Madison Square Garden, ¿conocía Usted el local, al retador, al hoy campeón? ¿Conocía, Usted, al campeón anterior? Ganar un título mundial es para celebrar: el campeón, su familia, los aficionados y todos aquellos que vieron la pelea. Una historia nueva que contar, como a diario transcurren muchas otras, desde la colonia, el barrio, la cuadra, la Delegación, etc. Episodio de vida diaria, a disfrutar entre la familia y los amigos, mientras la pelea transcurre. Andy Ruiz, se dedica a actividades propias de lo que tenía a la mano, su propio cuerpo para boxear, su familia, los vecinos de la colonia, etc. Nada fuera del orden, en el que de pronto surgen figuras, personalidades, hechas por sí mismos, su imaginación y empeño: artistas, boxeadores, ciclistas, etc. En este caso, se facilitó a las personas cercanas a él, hacer equipo y ayudarlo a prepararse para enfrentar y asumir el reto de dedicarse al box, pues le vieron facultades y Andy demostró que tenían razón.

- Publicidad -

El tema, por sí sólo, habla la situación vivida por Andy: la lucha cotidiana por vivir. Otros, antes que él también lo hicieron: salir del barrio a pelear y algunos, como él, lograron llegar hasta el campeonato, en el Madison, nada menos. En México, en el D.F. y no sólo ahí, dedicarse el box es una alternativa “de vida”, aunque no para todos y combate tras combate, unos llegan a campeones, mientras otros caen y ya no se levantan.

En la cercanía de Andy, hubo algo más que el duro deporte del box, su singularidad como persona. Vive en México y para visitar su procedencia, debe cruzar media República para llegar a la frontera Norte. Con todo, el ambiente cotidiano, peculiar, vivido por el boxeador, exige disciplina, mucha disciplina; no se diga, para poder incursionar en peleas, de box, tan estelares como ésta. No tengo idea, cuánto tiempo de vida dedica a su preparación como boxeador, ni cuáles fueron los pasos previos ni el entrenamiento antes del último combate.
Con sus palabras: En su construcción como peleador contó con un equipo, en el que, él mismo, destaca: incluye a Dios. Materia, espíritu y cultura se tocan, desde siempre en México y en la diaria concreción, cualesquiera que sea; quien quiera que sea.

En la temporalidad, ¿desde antes, los españoles trajeron la imagen o la imagen se apareció aquí? Como sea, para ellos no era asunto de culto, sino de poder: lo importante era lidiar con los naturales mexicanos y controlarlos, ¿sembrar el poder sobrenatural en sus mentes? Después de eso, los españoles verían multiplicado ese poder, en peregrinaciones y advocaciones “concretas”, según fueran la necesidad, la localidad, o la ocasión, incluso, el tiempo y su cultura.

Andy Ruiz, mexicano de hoy, fue más allá, alcanzó la proeza: sabedor del carácter de los mexicanos como él, “logró grabar su nombre en la historia del boxeo al convertirse en el primer mexicano en ser Campeón de peso completo. Originario de California, destacó y logró mostrar su poder arriba del ring a la gente que no creía en él, por supuesto, dijo: “Quiero agradecerle a Dios, esto no sería posible sin él y sin el trabajo duro, especialmente de mi equipo y de mi coach, hemos trabajado muy duro. Quería demostrarle a todos que estaban equivocados, a todos los que dudaban de mí y pensaban que yo iba a perder”, mencionó el mexicoamericano.

Asimismo, el pugilista resaltó lo feliz que está por haber vencido por nocaut al británico Anthony Joshua en el Madison Square Garden, hecho que aún le cuesta creer y es real. Semejante presencia y personalidad de Joshua, se derrumbó en el combate; pero estuvo firme en sonreír y acompañar, por decir, la coronación de Andy Ruiz, a quién felicito, de seguro.

Entre paréntesis, el primer sorprendido con la caída de Andy Ruiz, fue él mismo, un golpe de Joshua lo tiró y aguanto la cuenta de protección con una rodilla en la lona, mientras observaba, con atención, a Anthony Joshua. Al final de la cuenta, uno ya sabía qué iba a suceder, pues, vaya coincidencia, la cabeza de Anthony Joshua, quedaba justo a la altura de la perilla con la que Andy Ruiz entrenaba. Así que, terminada la cuenta de protección, se levantó y convertido en huracán de golpes, se lanzó, sobre la cabeza de Joshua, como si fuera la perilla con la que entrenaba, golpe tras golpe, hasta que pararon la pelea, de hecho, la cabeza de Joshua parecía quedar a la altura de la misma, con todo, el derrotado Anthony se comportó con caballerosidad o afabilidad inglesa con Andy, ya se verá cómo, nuestro paisano, defiende su título y cuántas veces. La siguiente pelea será estelar, no lo dude. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -