16.8 C
Zacatecas
domingo, 19 mayo, 2024
spot_img

■ Historia y Poder Eudoro Fonseca Yerena, un poeta afortunado

Más Leídas

- Publicidad -

Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Si de léperos, habladores y falsarios estuvieron las calles repletas, vino entonces otra alternativa, otra manera de ver la poesía, quizás más profunda y dolorosa, por lo mismo, tan necesaria para vincular corazón con hígado, mercado con mansión, lector con libros populares.

- Publicidad -

Eudoro Fonseca Yerena, siempre más allá de los límites: 19 letras en su nombre, o sea, el mundo real de la maravilla, como dijera el vate Sampedro, el, simplemente le ha cumplido su promesa ante congéneres y antepasados, ser original, estudioso de la vida y endiabladamente fiel a sí mismo, es decir, escribir, dirigir, coordinar, amar a sus hijos, comprar libros, viajar por las ciudades prodigando su entereza, su dolor por el mundo, su esperanza hidrocálida, muy bien calibrado.

Cuando muy joven, aglutinaba con su limpio y compasivo discurso a los públicos curiosos, logrando que el imperio y reino de la verdad de las revueltas sociales y el papel del artista joven, fuese tal cual con esas medidas tan brutas y verosímiles: entender, no dejar de crear, ser tolerantes. Por eso se deslizó con tal exactitud en la administración de la cultura, sin ser dueño de la verdad y dejando que se desarrollaran de verdad las infraestructuras que tanto carecían los suelos nacionales y del impetuoso y arrogante camino de los jóvenes creadores y de los que con su trayectoria merecían ser apoyados sin ser molestados ni amonestados.

Tranquilos.
Esto es un alarde, esta es una alegría, su poesía, sus libros de filosofía, sus premios, sus tesis, sus atinados consejos, su fama de buen amigo, atrae a todos y a todas a festejarlo siempre.

Ahora Eudoro dirige el magnánimo Centro de las Artes de San Luis Potosí, un ejemplo gozoso en el mundo entero por la complejidad de su sistema para proyectar, vislumbrar, organizar un esquema académico de las artes de alto nivel sin ser selectivos o excluyentes y es ya una realidad que se palpa en su recién nombramiento.

Nombre de la estima y renombre del hijo del trueno y de los tifones que hicieron de su forja al hombre que ahora estamos viendo, en su San Luis Blues al que tanto le lleva en su corazón el ritmo siempre tan anhelado, escribiendo con la mano izquierda, señalando otra vez los rumbos, sereno, altivo y orgulloso de su muy buena poesía presentida y consentida por los milenios. ■

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -