■ Docentes de la Máxima Casa de Estudios hablan sobre su trabajo y legado, a 75 años de su natalicio
■ El autor contribuyó con su obra al fortalecimiento de la cultura mexicana: Silva Cháirez
¿Cuál es la sensación más pura, más verdadera que debe producir la poesía? El asombro, cita Gabriel Luévano Gurrola, egresado de la Unidad Académica de Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas, a la escritora chiapaneca Rosario Castellanos, para traer a la memoria su lectura en torno a la obra de José Emilio Pacheco.
Pregunta y respuesta se añaden a lo expresado por José Saramago acerca de lo que caracteriza a un gran poeta: su poder para desasosegar. O encontraría eco en las palabras de Franz Kafka, quien caracterizó a la buena literatura como aquella que puede equipararse a un martillo que golpea la cabeza del lector, comenta.
Luévano Gurrola fue uno de los oradores participantes en el homenaje nacional a José Emilio Pacheco, celebrado por el 75 aniversario de su natalicio en la emisión ofrecida desde la Universidad Autónoma de Zacatecas el día de ayer.
Concuerda con los autores en que la poesía del defeño nacido en 1939 y muerto este 2014, cumple con esa característica: asombrar.
En entrevista para La Jornada Zacatecas trae a colación un poema de su libro Tarde o temprano, leído en el transcurso de su arribo al Teatro Fernando Calderón donde se llevó a cabo el evento y dedicado al dedo pulgar.
“Al azar releí un poema sobre el dedo pulgar realizado en unos cuantos versos. Habla de cómo es que nosotros hemos menospreciado este dedo tan feo, tan gordo…tan chato en comparación con sus hermanos. Cómo lo hemos menospreciado cuando gracias a él, la historia se ha hecho. Era el que decía quien vivía y quien moría”, hace el ademán de colocarlo apuntando hacia arriba o hacia abajo, con los otros cuatro dedos de su mano enrollados.
Así, propone a la poesía de José Emilio Pacheco como “heteróclita, es decir, rara o inusual. Y a pesar de eso –precisa-, llega a la gente de a pie, está donde nos ubicamos todos. Y resulta que no tenemos dificultades para entenderla”.
Gabriel Luévano Gurrola fue propuesto para participar en el homenaje al autor de El viento distante, Las batallas en el desierto y El principio del placer, entre muchas otras, por el también poeta Javier Acosta Escareño.
Para hacerlo eligió un texto que publicó con motivo del fallecimiento del también narrador, ensayista y traductor en el suplemento cultural La Gualdra de La Jornada Zacatecas, y que a modo de relato refiere un episodio de desamor vivido por un joven cuyo encuentro con la obra del poeta, “hace surgir dentro de él su vínculo con el todo, con el alma universal que es la poesía”.
El homenaje rendido en el teatro Fernando Calderón, expuso por su parte el director teatral Antonio Rocamontes, fue propuesto como “breve y justo”.
De esta manera, la UAZ se unió al ejercicio realizado de manera simultánea en todo el país coordinadamente por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), así como diversas universidades y otras instituciones académicas y culturales.
Participaron con lectura de poesía, el propio Antonio Rocamontes, Samuel Rodríguez Escobar y Juanita Morales, todos docentes de la Máxima Casa de Estudios en el estado.
Se proyectó asimismo, el documental homenaje de TeveUNAM dedicado al Premio Cervantes de Literatura 2009, realizado por Víctor Mariña, mismo en el que se define a su poesía como caracterizada por su conciencia de lo efímero y en la que de manera alternada se expresa lo trascendente y lo inmediato.
De su narrativa se destaca a sus personajes, quienes siempre tienen que ver, se señala, con la pérdida de la inocencia. Acerca de su literatura y su quehacer periodístico se refieren como temáticas recurrentes los asuntos políticos y sociales, expresaron.
Se le muestra en este breve filme, sencillo, sonriente y cercano cuando se dirigía en diversos foros a la gente, y al leer sus poemas, serio y sereno, comentaron.
En su intervención el Rector de la UAZ, Armando Silva Cháirez, expresó que este reconocimiento se expresa a quienes “han edificado con su quehacer la grandeza de la patria. José Emilio Pacheco contribuyó con su obra al fortalecimiento de la cultura mexicana (…) Es así como la Universidad se suma a este homenaje. Finalmente quiero afirmar que José Emilio Pacheco es testimonio fiel de cómo la muerte transforma a los buenos hombres en referentes ineludibles para el presente y para el futuro”.
Asistieron también con la representación en el presídium de la Universidad Autónoma de Zacatecas, su secretario académico, Miguel Rodríguez Jáquez, y el coordinador del Área de Arte y Cultura, Alfonso Vázquez Sosa.
