Lo que puede llamarse como una contienda o combate por la Reforma Educativa entre la SEP y la disidencia magisterial agrupada en la CNTE, ha llegado a su fin, por lo que hace al último episodio librado cuya duración alcanzó los cuatro meses.
En esta guerra gramsciana de posiciones la oficialidad asumió la aplicación de la reforma con la Ley del Servicio Profesional Docente por delante. En tanto que los maestros disidentes a la misma se empeñaron en luchar porque se derogara. El ganador aparente ha resultado ser el gobierno quien contra viento y marea sorteando las presiones que las movilizaciones y bloqueos de la parte inconforme llevaron a cabo, no cedió y según han informado los medios, no firmó, aunque verbalmente se haya comprometido, ningún acuerdo o convenio por escrito. Con el desistimiento del paro indefinido de los maestros chiapanecos, que había dado inicio el 15 de mayo y su regreso a clases pese a la oposición de su ala radical ultra empeñada en seguir con el paro sin visos de solución a sus demandas, los oaxaqueños habían ya arriado banderas retornada a sus escuelas quince días antes, se pasó a un repliegue táctico a la espera de mejores condiciones para la lucha.
Tras la lisa entre el gobierno y los maestros movilizados opositores a la reforma, el paisaje o saldos después de la batalla, se pueden resumir en los siguientes puntos:
1) aunque en Oaxaca se mantendrán las protestas, se acordó no suspender los trabajos académicos. Estos estarán supeditados a un “calendario alternativo”, radicales y consecuentes como los son los profesores de la entidad de Benito Juárez y Porfirio Díaz, acordaron abrir las escuelas más de 200 días. Su calendario “no contempla suspensión de actividades por ningún motivo”, (véase La Jornada, 20- 09-2016). Aunque no interrumpirán labores ni siquiera en los festejos del niño o de la madre, eso no implica que no habrá movilizaciones.
2) En esta última etapa cuatrimestral de lucha, el magisterio chiapaneco resultó ser el más combativo y el que prolongó más el paro nacional indefinido. Aunque lo de nacional se redujo prácticamente a Oaxaca y Chiapas, sin que todas las escuelas hayan parado y muy probablemente, se alternaron o establecieron un relevo de guardias para impedir los reportes de descuentos y ceses.
3) El levantamiento desde una semana antes la CNTE abandonó el plantón de la Ciudadela en la Ciudad de México con el consecuente traslado de los contingentes en guardia a sus respectivos estados.
4) Junto con el levantamiento del plantón y el paro en Oaxaca el secretario de Educación anunció el cese de miles de maestros que se sumaron al paro, aclarando que la cifra sería menor a la que se manejó en un principio debido a que muchos maestros no acudieron a trabajar porque encontraron sus escuelas cerradas o fueron expulsados a la fuerza de las mismas por los paristas. El mismo funcionario aprovecho para dar a conocer el número de maestros sustituidos, siendo Oaxaca el estado con mayor número de cesados con mil 200, seguido por Chiapas con cerca de 500, 80 en Michoacán y un número menor, alrededor de 20 en Guerrero, (en La Jornada, 21 y 27 de septiembre y Reforma, 27 de Sept. De 2016). Cifras que bien podrían ser proporcionales a la magnitud de la participación de estos estados en las movilizaciones contra la reforma.
5) El periodista y estudioso del sindicalismo magisterial, Luis Hernández Navarro, en la evaluación que hace de la movilización más prolongada de la CNTE en lo que va del año sostiene que, el levantamiento del paro “lejos de ser una claudicación, el repliegue es un receso temporal”.
Por mi parte, sigo sosteniendo lo que he venido diciendo las páginas de este diario, que la anulación o reforma de la reforma sólo será posible cuando en la protesta participen activa y conscientemente la mayoría de los maestros de básica y media superior del país y su protesta la respalden los padres de familia mayoritariamente, pues sin el consenso de los actores del contrato escolar será muy difícil echar abajo lo que ya está encaminado.
Si se hace un balance del paro último al que llamó la CNTE, ésta se retira sin conseguir su objetivo de echar abajo la reforma, por el contrario, termina raspada con los maestros cesados. Por su parte el gobierno se sale con la suya de sostenerla y seguirla instrumentando no obstante las críticas y carencias con las que la está aplicando. El tiempo dirá si su triunfo resultó ser una victoria pírrica. ■
