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jueves, 2 mayo, 2024
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#LaPatriaesPrimero

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Por: Rodrigo Reyes Muguerza • admin-zenda • Admin •

Hasta el momento no he logrado dominar el uso de los hashtags. En algunas ocasiones los he intentado usar, pero creo que lo he hecho erróneamente. Lo que sí es evidente, es que se trata de un signo que señala un tema que tiene potencial para volverse viral o que ya domina el imaginario. Un amigo me explicó que se trata de una especie de pin que indica cuáles son los temas relevantes en el mundo; es como el micrófono de las redes sociales. Para mí, sin embargo, se trata también de un signo que en México ha ayudado a digerir una realidad que en otro país podría causar indigestión.

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En una de sus columnas, Jorge Ibargüengoitia describió la visita de un ciudadano francés a México.  Durante una de las comidas, el extranjero galo dijo que México tenía una historia triste y sin embargo conserva la alegría. Creo que los hashtags, de cierta manera, han hecho de situaciones muy lamentables algo de lo que cualquiera puede hablar sin pensar lo que se encuentra de fondo. Nos ayudan a mantener un poco la alegría.

La soberbia, la prepotencia, el abuso del poder y la inestabilidad de nuestro estado de derecho lo encontramos en todos los #lord y #ladys que nos dio 2016. Entre toda la bola de personas a quienes el hashtag sirvió de corona se encuentra #LordPistola, un hombre que amenazó a dos policías con un arma de fuego. Si lo pensamos por un momento, ese hombre debería de ser recordado como un delincuente cuyas acciones son injustificables y no como una tendencia más en redes sociales.

Los #todossomos hacen que nos identifiquemos con quien no tenemos nada en común, sin conocerlos y desde la comodidad de nuestro hogar. Se trata de un grito de lucha que queda en nada. De una protesta que no tiene acción. De un instrumento que condena ataques terroristas, que apoya periodistas y que critica las clases políticas. Le da la oportunidad a cualquiera para volverse revolucionario por cinco minutos. La mayoría de todas estas consignas de protesta cibernética no trascienden más allá de las redes sociales, pero cuando lo hacen pueden crear movimientos multitudinarios de todo tipo. Pueden ayudar a que las personas se unan contra el racismo o pueden transformar los XV años de una niña común y corriente en una efeméride nacional.

Detrás del #Trump y #Brexit se encuentran las grandes fallas de la democracia. Resaltaron el descontento que existe hacia la clase política y la xenofobia que aún existe en el mundo globalizado. Al mismo tiempo, tienen el poder de resumir con una palabra temas complejos y de alta relevancia para cualquiera. Gracias a estos signos cualquiera puede dirigirse a un político que de otra manera parecería inalcanzable y es también gracias a ellos que las críticas a la función de los mandatarios se pueden diluir en un mar de opiniones.

La lista es interminable, no recuerdo un año en donde haya visto tantos hashtags tratando de explicar lo que pasa en la realidad. La pregunta es que tiene que pasar después del #. Creo que de ser bien utilizados, los hashtags y las redes sociales tienen un potencial enorme. La sociedad civil puede hacer uso de ellos para organizarse y transformar palabras en acciones. En Corea del Sur, por ejemplo, casi todas las marchas cuyo objetivo es exigir el mejor funcionamiento de algo son organizadas haciendo uso de hashtags y redes sociales. Lo que no tenemos que pensar es que para cambiar nuestra situación resulta suficiente teclear lo que sentimos, hay que actuar.

Si 2016 se convirtió en el año de los hashtags, 2017 debería de convertirse en el año en que estos provoquen una acción. El cumulo de opiniones y de personas expresando su descontento, pone en evidencia la existencia de un porcentaje importante de la población que no está de acuerdo con muchas cosas. La pregunta es de qué manera podemos utilizar toda esta energía y quién será capaz de canalizarla. Estamos a menos de dos años de entrar a una batalla presidencial que tendrá una lógica totalmente diferente. Gran parte de esa contienda se librará en el terreno de los hashtags. Quien entienda esto de la mejor manera y lo aproveche, podría convertirse en nuestro próximo mandatario. Sea quien sea esta persona, esperemos que ante todo se anteponga la frase de Guerrero, esa que hoy adorna con letras doradas el Senado de la República; #laPatriaesPrimero. ■

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