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jueves, 2 mayo, 2024
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El robo en despoblado a cuentahabientes. Volver al ahorro en el colchón

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

La delincuencia bien organizada no descansa, se da el lujo de diseñar nuevas formas de saqueo y extorsión a aquellas personas que gracias a los años de esfuerzo y de trabajo, logran ahorrar algún dinero para pasar una parte de sus vidas tranquilos. Confiar plenamente en una institución bancaria constituye un riesgo total pues resulta que sus sistemas de seguridad son endebles y, en su mayoría, les pueden clonar sus líneas telefónicas, aquellas que están al reverso de los plásticos conocidos como tarjetas de crédito o débito; también sus ejecutivos, al ser corridos de la empresa, sustraen los datos necesarios con los que te pueden marcar y, bajo el argumento de que hay una transferencia económica en curso, te recomiendan bajar una determinada aplicación; con engaños fraguados por diestros asesores, te van guiando amablemente hasta que vacían poco a poco tus cuentas y te roban en minutos, lo que te ha costado años atesorar. Los clientes no dudan de la operación hasta que es muy tarde, pues te marcan de la misma línea telefónica del banco de tu confianza; el ejecutivo que te llama por teléfono demuestra destreza y amabilidad para conducirte profesionalmente en la operación con la que te dejarán en ceros; luego descubres que tu dinero fue transferido a otro banco de jerarquía menor, mismo que mañosamente y con datos falsos, generó la alta de otra cuenta de la que rápidamente sacaron el dinero para nunca saber de él, es el robo perfecto, un saqueo en despoblado. Ya después tu banco de confianza hará una supuesta investigación, justificará su actuación y con la mano en la cintura te dirá: Lo sentimos mucho, no pudimos recuperar las transferencias electrónicas de tu cuenta, además nosotros no solicitamos la descarga de ninguna aplicación, etc. Total, perdiste, en un abrir y cerrar de ojos, todos tus ahorros, fuiste robado tal vez por tu mismo banco y por su personal especializado, pues sin duda, los que materializan el fraude saben lo que hacen, suenan muy convincentes y generan en ti nuevamente la confianza de que están realizando una adecuada transacción bancaria; no fue necesario utilizar un arma ni pasamontañas ni palabras altisonantes ni golpes, pues de manera cordial te engañan y desde tu mismo celular, el desvanecimiento de tu dinero dura solo algunas horas. Pasado lo anterior, acudes a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUCEF), quienes cuando mucho y con solo dos hojitas, promueven una arreglo arbitral con tu banco de confianza para ver si aceptan su incapacidad para proteger tus ahorros y, sus menos capacitados asesores (los de CONDUCEF) de plano te desaniman, te recomiendan ver otras opciones incluyendo otros juicios que te llevarán a contratar algún despacho de abogados y que solo te sacarán más dinero si es que algo te quedó; más tarde y al verte tan triste y solo cual hoja al viento, piensas en acudir a los medios de comunicación o presionar políticamente al banco de tu confianza, ponerlos en evidencia y mostrar ante la sociedad lo enclenque de sus sistemas internos y la gran desconfianza que te generan; piensas entonces: los delincuentes tienen tus datos, tu teléfono movil, tu domicilio, conocen tu patrimonio y les será fácil hacerte una llamada ya menos cordial, para convencerte de que si le sigues moviendo, algo te puede pasar a ti o tu familia. Realmente es urgente una reforma jurídica para blindar adecuadamente los ahorros y patrimonio de los mexicanos, pues está visto cuán desprotegidos estamos y lo fácil que es el robo de datos que se conjuga con una red de individuos bien adestrados para hacer de tus ahorros una gran desilusión. En este sentido, la CONDUCEF ha señalado que los delincuentes cibernéticos que realizan este tipo de fraudes utilizan la red para realizar transacciones ilícitas, muchas de estas veces, aprovechándose del desconocimiento de las personas respecto a los servicios financieros en línea, convirtiéndose en un blanco fácil para los estafadores. De acuerdo con esta institución, si caes en la trampa, con tus datos pueden hacer compras o solicitar créditos a tu nombre, realizar transferencias y hasta vaciar tus cuentas, por lo que recomiendan, en el caso de un fraude en proceso, llamar a aquellas instituciones financieras o establecimientos comerciales en los que tienes cuentas e informar de tu situación para evitar mayores daños y recopilar la mayor cantidad de pruebas posibles. De igual forma, hay que interponer una denuncia ante la Fiscalía con la evidencia que recabaste, incluyendo capturas de pantalla y registro de las llamadas. Yo agregaría, analizar muy seriamente la posibilidad de regresar a meter nuestros raquíticos ahorros en el colchón.

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