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jueves, 2 mayo, 2024
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La recompensa del trabajo da más satisfacción que el dinero fácil: Hilario

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ Comenzó a laborar en diferentes espacios, hasta que finalmente abrió la Taquería Panchito

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■ A su negocio han llegado políticos y personalidades como la artista Rebeca de Alba

Empezar desde abajo no es nada fácil, pues se pasa por tiempos difíciles, sin embargo, la recompensa del trabajo y el esfuerzo da mayor satisfacción que ganarse el dinero fácil, como piensan muchos jóvenes de ahora, opina Hilario Delgado Bonilla, propietario de la Taquería Panchito.

Él es un ejemplo de cómo la cultura del esfuerzo da frutos. Empezó con trabajos precarios en los que ganaba unos cuantos pesos, pero esto no lo hizo desistir y dejar de trabajar, por tener una vida digna para él y su familia.

Yo les diría a los jóvenes que tengan en cuenta que nada en la vida es fácil, a lo mejor yo no me pondré de ejemplo, pero sí les puedo aconsejar que si se proponen algo en la vida lo van a lograr. Yo empecé desde abajo, no es fácil, se vienen tiempos difíciles, pero no hay que rendirse”, dice el taquero.

Considera que los jóvenes buscan opciones fáciles para ganar dinero, sin tomar en cuenta que ponen en riesgo su vida, al involucrarse en temas de delincuencia organizada, o cometer robos.

Opina que por mil o 500 pesos, los adolescentes arriesgan su vida, sin tomar en cuenta que ponen en riesgo su futuro.  Aunque no se considera un ejemplo a seguir, es de reconocer su esfuerzo y empeño para trabajar en diferentes actividades, sin importar cual fuere.

Lamenta que actualmente los menores de edad sean carne de cañón para grupos delictivos. Muchos de ellos tienen las oportunidades a las que él no tuvo acceso como educación u oportunidades de empleo.

Comenta que ganarse un peso de manera honrada da una satisfacción que no se compara. “Es el reflejo y la recompensa de un esfuerzo; de horas de trabajo y de dedicación”, señala.  Desde joven empezó a ganarse la vida buscando trabajo. Uno de ellos fue vender paletas de nieve y también lavaba coches.

Uno de sus últimos trabajos fue en una rectificadora, donde lavaba fierros. Recuerda que su horario de entrada era a las 8 de la mañana y salía poco después de las 5 de la tarde. A los 20 años conoció a su esposa y formalizó su relación.

Panchito reconoce que tenía que ganar un poco más de dinero, pues en la rectificadora ganaba el salario mínimo y tenía planeado tener hijos, así que necesitaría un ingreso extra para mantener a su familia.

A la par de su trabajo en la rectificadora buscó empleo en una taquería, atendida por un señor que le ofreció dicho empleo. Salía a las 7 de lavar fierros, y se iba corriendo a la taquería, de donde salía después de la 1 de la madrugada.

Cuenta que ahí limpió platos, hizo labores de mesero, apoyaba en la preparación de carne, y a calentar tortillas. Comenzó a tomarle el gusto a la preparación de alimentos y de tacos y finalmente, después de 4 años en la rectificadora, renunció.

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Lo hizo porque en la taquería ganaba un dinero extra. En este establecimiento aprendió las técnicas de preparar tacos, a sazonar la carne, y aprendió las labores que se tienen que aplicar en una taquería.

En semana santa, en época de cuaresma, la taquería cerraba, pues no había ventas y el propietario se iba de vacaciones. Un día decidió mandar a hacer un comal para preparar enchiladas en esa temporada, las enchiladas las vendía cerca de la Plazuela de García.

En ese negocio trabajó poco más de 18 años. El dueño falleció, pero él siguió trabajando con la esposa. Sin embargo, con el tiempo la viuda perdió interés por atender el negocio, y éste tuvo que cerrar.

Al quedar sin este empleo, y con lo aprendido, decidió emprender su propio negocio, pues ya contaba con la experiencia suficiente para atender él solo su negocio, claro, con la ayuda de su familia.

El nombre de Taquería Panchito surge por el callejón de San Francisco, además de que su patrón, aunque no se llamaba Francisco, ubicaba su negocio por el nombre de la calle, y de ahí nació la idea.

A su negocio han llegado personalidades como la artista Rebeca de Alba y su familia, así como gobernadores, diputados y otras personalidades. Refiere que acuden a su local por la atención y por la preparación de los alimentos.

Para el trabajador este empleo le ha traído muchas satisfacciones, como el sacar adelante a su familia y dice orgulloso, que sus dos hijas han tomado su ejemplo, y se han acoplado a las labores de la taquería.

La especialidad de la casa son los tacos de barbacoa, de pastor y bistec. También las preferidas de sus clientes son las enchiladas rojas, y desde hace un año complace a sus visitantes con café de olla.

Su negocio está ubicado en calle Abasolo número 51, en el Centro Histórico. Atiende al público desde las 7 de la noche hasta la 1 de la madrugada y en esta temporada vacacional ofrece desayunos a partir de las 11 y comidas hasta las 3 de la tarde.

“Mi trabajo me ha dado muchas satisfacciones, el hecho de que la gente te reconozca en la calle es uno de ellos. La convivencia con mis clientes y la satisfacción de sacar adelante a mi familia, son cosas que con nada se pueden pagar”, dice Hilario.

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