En el libro Repensar la Pobreza: un Giro Radical en la Lucha contra la Desigualdad Global, Esther Duflo hace referencia a Progresa-Oportunidades como el primer programa de transferencias condicionales. Este tipo de iniciativas otorgan un monto económico bajo ciertas condiciones a las familias que califiquen. Progresa-Oportunidades lanzó a México a la vanguardia en lo que respecta a las iniciativas para atacar la desigualdad social y la pobreza. Desafortunadamente, hoy –a veintidós años del comienzo de esta iniciativa- México sigue siendo un país sumamente desigual y pobre.
Debido al actual debate sobre la medición del ingreso, el consumo y la pobreza en México, no contamos aún con cifras recientes sobre estos temas. La última medición se realizó en 2014, un año en el que el número de pobres en México aumentó en 2 millones. Por su lado, en Zacatecas la población viviendo en pobreza se redujo de 54.2% en 2012 a 52.3% en 2014. Pero ¿cuál es el significado real de esta cifra?
La pobreza puede ser medida de diferentes maneras. La manera más simple de hacerlo es estimando el número de personas o el porcentaje de la población que recibe un ingreso menor a una cifra previamente establecida. Todos aquellos por debajo de este monto se encuentran por debajo de la línea de bienestar.
En el caso de México, la línea de bienestar mínimo en áreas rurales es de aproximadamente 899 pesos mensuales. Esta cantidad asciende a 1,281 pesos en las zonas urbanas. En Zacatecas, en 2014, el 27% de la población se encontraba en esta situación. Es decir, 418 mil zacatecanos tenían un salario que apenas les ajustaba para comer. Si dejamos de lado la línea de bienestar mínimo (lo que cuesta la canasta básica) y consideramos la línea de bienestar (canasta alimentaria y no alimentaria), el ingreso mensual mínimo es de 1,659 pesos en áreas rurales y 2,595 pesos en áreas urbanas. Esta es la situación del 60% de los zacatecanos.
Imaginemos a una persona que vive con este salario en la Ciudad de Zacatecas. Esos 2,595 pesos, se convierten en la magnífica cantidad de 83 pesos diarios. Para ese porcentaje de la población, las comidas en restaurantes, las visitas al centro comercial o cualquier pequeño lujo es tan lejano como la idea de ir a la luna.
Con 83 pesos diarios, las personas no son simplemente pobres en la dimensión del ingreso. La falta de mayores recursos los convierte en pobres multidimensionales. Por ejemplo, el Coneval estima que en 2014, 76.7% de los zacatecanos tenía al menos una carencia social. Solo para mencionar las más apremiantes, 6 de cada 10 zacatecanos no tenían acceso a seguridad social y 2 de cada 10 experimentaban algún rezago educativo. Si bien tenemos que esperar la actualización de estas cifras, a ojo de buen cubero podemos decir que uno de los retos más grandes que enfrentará la administración entrante será lograr una adecuada implementación de la política social para lograr su efectividad.
Durante el último informe de gobierno de Miguel Alonso se resaltó el crecimiento económico obtenido en el estado. Es cierto, el PIB en Zacatecas creció por encima del promedio nacional. Lamentablemente, el número tan extenso de personas viviendo en pobreza refleja la falta de compatibilidad entre la política industrial y económica con la política social del estado. Refleja también una alta concentración de la riqueza en un bajo porcentaje de la población, algo que necesariamente tiene que cambiar si se quiere lograr un desarrollo integral.
Es necesario entender que si bien atraer inversión al estado es importante, estos esfuerzos necesitan estar acompañados de políticas que permitan a las familias viviendo en pobreza favorecerse del desarrollo económico. Es decir, de nada sirve atraer empresas si no se invierte en formar el capital humano de las personas que trabajarán en ellas.
El libro de Duflo defiende la tesis de Amrtya Sen -ganador del premio Nobel de Economía – quien sostiene que la pobreza no es solamente la falta de dinero. La pobreza es no tener la capacidad de alcanzar nuestro potencial máximo como seres humanos. Mientras que existen algunos que de forma privada pueden asegurar el desarrollo pleno de sus capacidades, muchos otros requieren la intervención de un tercero. El brindar esta oportunidad a todos los zacatecanos (no se diga mexicanos) es una tarea maratónica. Se trata de un esfuerzo que sin duda requerirá más de cinco años. Sin embargo, la actual administración y en especial el actual Secretario de Desarrollo Social del estado tienen la responsabilidad y la oportunidad de empezar con esta labor. Los próximos cinco años pueden ser el inicio de una carrera en donde la meta es otorgar mejores oportunidades a todos aquellos que hoy no las tienen, porque si no somos capaces de asegurar que todos tengan una oportunidad entonces de muy poco sirve el desarrollo. ■
@rmuguerza
