■ En esta edición la filmografía estadounidense y francesa fue la de mayor presencia
■ Instauran plan de vigilancia en Cannes; se retira empresa de comunicación privada
Domingo, entre soleado y nublado, en la Croisette. Último día del 69 Festival de Cine de Cannes. Día en que conocimos el Palmarés completo. No hubo premios para los mexicanos; en cambio hubo excelentes comentarios para las películas Neruda (Chile, Pablo Larraín, en la Quincena de Realizadores) y Aquarius (Kleber Mendoca, Brasil, en Selección Oficial en Competición).
Hubo más de 40 mil acreditados en total para el festival, de los cuales tres mil fueron periodistas de todo el mundo. La filmografía estadounidense y francesa fue la de mayor presencia. Las producciones japonesas, coreanas y tailandesas mostraron su onda expansiva en el mercado europeo.
Y como cada año, desde hace cuatro, cerramos el festival con notas que nos marcaron.
La magia de las invitaciones
de Gala
La alfombra roja y las noches de gala siguen siendo el clímax de la burbuja canniense. Si es normal ver gente afuera del palacio con sus letreros para pedir el obsequio de una invitación, en muchas ocasiones la gente se va con las manos vacías y los que salimos nos quedamos con la idea de que se van a pasar toda la tarde ahí, de pie, apretujados, vestidos ya para el evento y seguramente regresarán a casa sin nada.
Pero también pueden suceder cosas mágicas. A veces, los compradores o distribuidores que dejan el palacio y tienen invitaciones de más o que no utilizarán, las regalan. O mejor aún, que unas chicas sentadas en el puerto, al costado del palacio, comiéndose un sándwich del supermercado (de los más baratos) con una coca-cola, vestidas de negro y con el letrero de “Invitación” pegado a la espalda llamen la atención de uno de los periodistas y empresarios que tienen estacionado su Yate de lujo en el puerto del Palacio: el tipo hace que su chofer se detenga, les llame desde su carro y las invite a venir al yate por las invitaciones, las chicas desconfiadas no le creen y prefieren no moverse y seguir comiendo su bocadillo de jamón y queso. El tipo sigue interesado, baja del carro, trae a su camarógrafo para entrevistarlas y les regala invitaciones con lugares asignados en la planta baja del Teatro Lumière para la función de gala del día.
La Alfombra Roja, la pasarela, los reflectores, son la estrella que hace de Cannes el Festival más visto del mundo.
Militares en la Croisette
El plan de Vigilancia lanzado desde los atentados del año pasado y los recientes sucedidos en Bélgica se instauró en la ciudad de Cannes. El presidente francés, Francois Hollande, mandó un fuerte destacamento de militares y policías especiales entrenados para desactivar bombas y vigilancia marina.
Si en años anteriores la policía municipal se ocupaba de asegurar el desarrollo de la pasarela de las estrellas desde los hoteles hasta la alfombra roja, en esta ocasión la famosa avenida se vio decorada por el color verde de los soldados y policía especial, que bloqueaban calles aledañas y la entrada principal del palacio se desvió unos metros al costado para despejar el acceso.
Los dos primeros días de Festival los trabajadores estaban desanimados de ver mucho menos gente que en años posteriores. Sin embargo, rápidamente las cosas volvieron a la normalidad, y para el quinto día festivalero las publicaciones mundiales que hablaban de Cannes rebasaban las 83 mil referencias. Si hacemos el cálculo, a 11 días, podemos pensar que se alcanzaron las 200 mil notas.
Que el festival haya mantenido su estatus no se debió a la sensación de seguridad que se supone dan más hombres armados, se debió a que el cine sigue siendo la burbuja que nos atrae como miel de abeja.
Los temores, Canal +Plus se aleja de Cannes
Canal + es una empresa de comunicación privada y de televisión por pago, dueña de los derechos de diversos deportes y canales dedicados a la transmisión de películas. Es, además, uno de los principales patrocinadores, compradores y animadores del Festival de Cannes.
Pero este año las cosas han sido diferentes y están haciendo temblar al presidente del festival, Pierre Lascure, de un retiro drástico de la Canal +.
Y es que este año Canal Plus mandó 90 por ciento menos de sus trabajadores parisinos (en lugar de enviar 469 empleado solo vinieron 50) a la costa francesa, por tanto no hubo tantos periodistas, ni las míticas “Fiestas de Canal”, ni patio de encuentros en la playa frente al Hotel Martínez. Las fiestas eran “de verdad fiestas en donde periodistas y grandes actores se cruzaban sin pensar en sus relaciones de trabajo, porque a las fiestas no entraban cámaras, había barra libre y un fotomatón a la entrada” ha comentado un trabajador de la empresa en calidad de anónimo.
Vincent Bolloré, presidente de la Asamblea de Accionarios de la cadena, parece no gustar tanto de estos eventos superficiales y está más interesado en cerrar negocios concretos.
El meollo y peligro del asunto, no es sólo la futilidad de las fiestas que no hubo, sino que Canal+ invertía cerca del 12.5 por ciento de sus beneficios en la compra de películas, cifra que desde este año están renegociando con el festival para reducirla. Esto sería, por supuesto, un fuerte golpe a la economía del festival.
Queridos lectores, cerramos así el cuarto año en que hemos estado enviado notas y comentarios de lo que sucede en el festival de cine más famoso del mundo. Hemos tratado de conservar la línea de informar no únicamente sobre estrellas y películas de competición sino también de los pabellones y categorías paralelas. Esperamos, Lluna y yo, que les haya gustado y volverlo hacer el próximo año.
