Respecto al comunicado de la conferencia del Episcopado Mexicano con fecha del 24 de abril, que hace señalamientos al culto a la Santa Muerte, la narcocultura y en contra de la eliminación del Juicio de Amparo; José Enciso Contreras, investigador y cronista, considera que el alto clero adolece de autoridad moral para desatenderse del hecho de que, en un país con tanta violencia, la vasta mayoría de las personas generadoras de violencia se consideran católicas.
El historiador también argumenta que los llamamientos a no promover la cultura de la muerte con “entidades más supersticiosas de lo normal” y a dejar de hacer apología “del mal oficio del narcotráfico” son positivos, pero llegan un poco tarde; entrando en contradicción con las actitudes que la Iglesia ha tenido anteriormente de “voltear la vista” ante este tipo de prácticas, y de ser “la principal promotora de la superstición”.
A la Iglesia le hace falta autoridad moral para criticar las políticas del Estado, señala Enciso, en un país que es un 90 por ciento poblado por católicos, la Iglesia no se puede desentender de la conducción religiosa de sus feligreses, de los políticos corruptos, personas violentas y población carcelaria, que en su mayoría profesan la fe católica.
Nadie puede estar en contra de la paz, al que el comunicado llama, sin embargo, la Iglesia mexicana haría bien en mostrar más congruencia y comprometerse realmente en el combate contra la pobreza y la marginalidad, y promoviendo que “sus feligreses se ajusten a los preceptos católicos, los cuales no incluyen andar matando gente y secuestrándola”, como pasa en la cotidianeidad.
Enciso Contreras también considera que este comunicado ha sido menos inflamatorio que otros, considerando que viene de un clero vinculado a la clase política. También es un error pensar que la Iglesia Católica es monolítica y no contiene en su seno una diversidad de opiniones políticas y expresiones de las luchas sociales, matiza el historiador.
