- El estudio se realizó en mayores de 15 años y fue solicitado por el ayuntamiento capitalino
- Se plantea realizar una campaña sobre los derechos de las féminas en las zonas rurales
Humberto de Luna, docente de la Unidad Académica de Economía de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), dio a conocer el resultado de un estudio sobre violencia de género solicitada por el ayuntamiento capitalino. El resultado arrojó que 7 de cada 10 mujeres en 22 comunidades reportaron haber sido víctima de alguna forma de violencia.
“La idea es que la población tenga una perspectiva diferente de esto y estos resultados apenas son del entorno rural de la capital, en 22 comunidades, donde se aplicó una encuesta para ver en qué situaciones se encontraban las mujeres”, indicó.
Una de las conclusiones del estudio, dijo, es que la violencia comienza en los hogares y a partir de ella, generada por el esposo, hijos, suegros, cuñados, se transmutan hacia otro ámbito hasta adquirir violencia institucional o con otro tipo de autoridades.
Puntualizó que no solamente se habla de violencia física, sino también de violencia psicológica y económica, pero cualquiera de sus formas inicia en casa y desde ahí se traslada a otros espacios sociales como la calle, la escuela y en los diferentes niveles de gobierno.
De Luna informó que el estudio se realizó en el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales y arrojó que 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años que fueron entrevistadas manifestaron haber sido víctima de alguna forma de violencia.
A partir de ese estudio se plantea realizar una campaña sobre los derechos de las mujeres en las zonas rurales, porque 6 de cada 10 dijeron que desconocían la existencia de alguna instancia que las defienda.
Por ejemplo, las mujeres comentaron que el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), el Ministerio Público o la policía les son más conocidos en comparación con la Secretaría de la Mujer.
Muchas de las mujeres víctimas de violencia mencionaron que es difícil abandonar su pareja por sus hijos, ya que preservan la idea de que estos deben crecer en un entorno de padre y madre.
La forma de violencia más común es la psicológica y la física, aunque también se registraron casos de violencia laboral realizada por compañeros de trabajo o los patrones, lo cual es difícil que las mujeres lo denuncien por temor a ser despedidas.