■ Representa un golpe a la libertad de expresión, que es necesaria para hablar de verdadera democracia
■ La periodista señaló la corrupción en gobierno de Peña Nieto con la llamada Casa Blanca
A decir de jóvenes periodistas zacatecanos el despido y la salida del aire de Carmen Aristegui y sus colaboradores, además de lamentable y preocupante representa un “golpe” al periodismo crítico y la libertad de expresión, necesarios para hablar de verdadera democracia.
Este domingo en la noche la empresa de noticias MVS anunció el cese de su relación laboral con Aristegui, periodista que en semanas anteriores dio a conocer conflictos de interés y corrupción en el gobierno de Enrique Peña Nieto con la llamada Casa Blanca.
Al respecto, Alonso Chávez Landeros, conductor del espacio noticioso Espacio Abierto, opinó que más allá del aspecto laboral existente el despido de Aristegui manda un mensaje nada alentador para el gremio periodístico de México. Se evidencia que a los poderes que “gobiernan” no les gusta la crítica, ni la investigación periodística y menos que la ciudadanía esté informada.
El reportero consideró que hablar en defensa de Carmen, independientemente si se simpatiza o no con su estilo periodístico, tiene como
trascendente y fundamental defender la libertad de expresión, indispensable para ejercer el oficio de informar.
Por su parte la periodista y también conductora del noticiero Espacio Abierto, Cristina Velasco, opinó que con la salida de Aristegui, ésta perdió su espacio, pero la empresa MVS perdió uno de sus activos más significativos ya que la conductora había rebasado el medio.
Despedir a quien denunció escándalos como la Casa Blanca de Angélica Rivera o a un pervertido líder priísta es una pérdida para los mexicanos en términos del mensaje de censura, represión y falta de libertad de prensa que se envía, agregó Velasco.
La también académica consideró que en una democracia lo primero que debe existir es la libertad de expresión y con el despido de un equipo de periodistas el poder demuestra que el país vive en el mismo viejo sistema, el cual envía claros mensajes como el de “vamos a gobernar y a robar en la impunidad”. Ante ese escenario, Velasco aplaudió a cada uno de periodistas que nunca se han arrodillado ante poder.
César Orta, reportero de prensa escrita, opinó que el caso Aristegui es un claro mensaje del poder hacia los medios de comunicación a quienes advierte que no es admisible un trabajo honesto y crítico. Además, creyó, se muestra como algunas empresas no siempre van a proteger a sus comunicadores pese a sus horas de trabajo y empeño y sin embargo algún día se les podría dar la espalda.
A decir del comunicador, con el despido de Aristegui queda un escenario muy difícil porque ya no se sabe en qué momento molestará la información. Y si se quiere sacar una noticia incómoda para el gobierno, estará el riesgo el despido. Por tanto Orta consideró que la presión social y la solidaridad del gremio es el único recurso que queda ante el escenario de un gobierno empecinado en limitar la libertad de expresión.
Pierden la democracia y las audiencias con el despido de la periodista: Sergio Contreras
En las democracias avanzadas, donde existe “cierta libertad” para los medios de comunicación, apuntó Sergio Octavio Contreras Padilla, presidente del capítulo Zacatecas de la Asociación Mexicana de Derecho a la información (Amedi), estos son “más plurales y ofrecen distintas versiones de la realidad”.
Por el contrario apuntó, en “una democracia endeble, frágil, llena de debilidades, en general los medios están sujetos a intereses económicos principalmente, y políticos, y sobre ellos, comprometen la libertad editorial que a su vez repercute en la información que consumen las audiencias”.
La puntualización, la ofrece en relación a la desaparición del espacio que un grupo de periodistas y líderes de opinión, encabezados por Carmen Aristegui, mantenían desde hace seis años en la empresa de medios MVS.
Lo preferible en una sociedad, añadió, es tener una voz disidente, divergencia de información, canales alternativos o visiones distintas a las que ofrecen los medios que tienen una uniformidad mediática.
El despido Aristegui junto con sus colaboradores, implica una afectación “severa” al espacio de pluralidad de la información pública del país, pues representa “una voz y una forma de hacer noticias muy distinta a la que hacen otros medios”, aun cuando se pueda estar o no de acuerdo con su estilo.
Sergio Contreras añadió que lo expuesto por MVS como causal del despido primero, de los periodistas de investigación, Daniel Lizárraga e Irving Huerta, por el presunto uso indebido de su marca al vincularla al lanzamiento de la plataforma MexicoLeaks, “fue un pretexto que puso la empresa para poder ejecutar esta acción y terminar la relación con Aristegui”.
“Yo no veo en el fondo como el hecho de que se use una marca para el proyecto MexicoLeaks ponga en riesgo a una empresa, en ese sentido lo veo hasta absurdo hasta cierto punto”, dijo.
Agregó que puestos en una balanza el derecho de uso de una marca comercial y el derecho social a la información, evidentemente el peso se expresa mayormente hacia la posibilidad de garantizar el derecho de las personas a estar informados.
Los medios de comunicación y en este caso MVS, “no es una panadería, no vende tortillas, no vende refrescos”, sino transmite información que puede tener un impacto en la opinión de las personas, expuso, y aunque no sea en sí misma una institución pública, se requiere por la materia que implica, que esta ruptura con Aristegui y su equipo se transparente y se explique a las audiencias, a los mexicanos.
La salida de los periodistas Lizárraga y Huerta, dijo, “es extraña”, pues fueron quienes destaparon el conflicto de intereses que involucra a la esposa del Presidente con grupo Higa respecto a la compra de la casa blanca. Este hecho ha generado grandes sospechas, comentó.
Calificó este despido como totalmente reprobable e injustificado, pues el trabajo de los comunicadores “vino a abonar con esta información que no había sido publicada antes, a la transparencia sobre la manera en cómo opera el sistema político mexicano”.
Independientemente de las especulaciones que se han hecho en torno a lo que se encuentra detrás de este conflicto y que los medios internacionales como el Wall Street Journal, New York Times y la BBC de Londres, entre otros, ya atribuyen a la Presidencia de la República, Sergio Octavio Contreras apunta que de lo que sí se puede estar seguros, es de que detrás de este tipo de problemas, “hay una especie de lazos invisibles que las audiencias no podemos ver y que están relacionados con el dinero y con la política”.
Apuntó asimismo que el despido de los periodistas y el cierre de este espacio en MVS Radio, ha polarizado a la sociedad, y se expresa en redes sociales con cibernautas, periodistas y medios apoyando a Aristegui y asimismo de manifestaciones a favor de su despido.
“Por otro lado hay un ejército, que ya se registró esta mañana, de boots o de cuentas falsas en Twitter que están lanzando una serie de ataques a favor de que hayan sido despedidos. No sé quienes están detrás de estas cuentas falsas, pero evidentemente” dijo son cuentas que responden a dichos intereses económicos y políticos.
Expresiones desde los trabajadores de medios de comunicación
Para Melina González, reportera de Imagen, periódico de distribución local, el conflicto entre MVS y Carmen Aristegui, dejó al descubierto el que muchos medios de comunicación en México subsisten de las aportaciones del Gobierno Federal y que éste aún mantiene un conflicto entre el quehacer periodístico y la afectación de sus intereses.
El Gobierno Federal dijo, volvió a demostrar su falta de apertura y congruencia, en tanto que por un lado crea unidades de fiscalización y transparencia y por otro, incide en el despido de personas que afectan sus intereses.
“Y culpo en esto al Gobierno Federal porque resulta bastante sospechoso que se presente este conflicto de intereses que vulnera y termina desprestigiando a Enrique Peña Nieto –el escándalo de la casa blanca-y posteriormente MVS decida rescindir el contrato de Carmen Aristegui”.
Este episodio, dijo, “es una tacha más” para la administración de Peña Nieto que en lugar de ayudarle a ganar credibilidad, “termina reafirmando lo que la mayoría de los mexicanos ya sabemos”.
Por su parte, Silvia Alvarado, reportera para Radio Zacatecas, expuso el despido de Aristegui y el cierre de su espacio informativo como “una derrota más para la libertad de expresión, por parte del Gobierno federal”, pues dijo, en ocasiones éste establece qué se puede decir y qué no “y ya se tiene mandatado quién lo va a decir y cómo lo tiene que decir”.
“Y en esta ocasión, ahora sí que (Carmen Aristegui) era la única que no respetaba las reglas. Fue por la que cobraron cabeza y bastante caro, y ahora sí que a los demás no nos queda más que normarnos en esa fila”.
