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jueves, 2 mayo, 2024
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México, el país que lleva el mayor ritmo de crecimiento en desigualdad: Meyer

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Por: ALMA ALEJANDRA TAPIA • Araceli Rodarte •

■ Latinoamérica pasó de tener 44% de pobres a 28% en los últimos 10 años; en nuestra nación hay 44%

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■ El escritor analiza en Synergia por qué en 30 años se han estancado los indicadores de desarrollo

¿Qué tendría que ocurrir para sincronizar a México con el resto de los países de América Latina? Es una pregunta que constantemente le hacen al historiador y analista político, Lorenzo Meyer, quien dice, no tener una respuesta, sólo sabe que en este momento la oficial es la aplicación de las reformas estructurales, pero, él “como Santo Tomás, hasta no ver, no creer”.

El escritor, quien participó en el programa Synergia de La Jornada Zacatecas Tv, conducido por Marco Flores Inguanzo, analizó por qué este país a lo largo de tres décadas se ha estancado en sus indicadores de desarrollo. Mientras que Latinoamérica en los últimos 10 años, pasó de tener 44 por ciento de pobres a 28 por ciento, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en México hay 44 por ciento de pobres.

En tanto, Argentina, Chile e incluso Venezuela son los países donde más ha disminuido la pobreza. Asimismo, el Latinobarómetro arroja que en América Latina en general aumenta el apoyo a la democracia por parte de su población; Venezuela, Chile y Ecuador son los más avanzados; en este país se disminuye 17 por ciento para llegar al apenas 37 por ciento de la población quien tiene confianza en su democracia.

Ante esos datos, Lorenzo Meyer dijo que si bien en el mundo el problema del crecimiento en desigualdad es algo que no se ha podido explicar, México es el país que lleva el mayor ritmo de crecimiento de desigualdad, en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), nadie va más arriba que nosotros.

Lo cual se explica en el fracaso de la economía mexicana a partir de 1982, momento de la crisis del modelo económico que había tenido un buen resultado; no mucha igualdad, pero sí crecimiento. Desde la época de Lázaro Cárdenas hasta el 82, el promedio de crecimiento de este país fue de poco más de seis por ciento anual; en la actualidad es de 0.6 por ciento Per Cápita, comenta.

El también catedrático del Colegio de México (Colmex) opinó que el fracaso en gran medida obedece al hecho de que esta nación tuvo el sistema autoritario más exitoso del siglo 20, con lo cual se arraigó un grupo económico poderoso que es una oligarquía. No es gratis que quien hasta hace poco era el hombre más rico del mundo hizo su fortuna de 73 mil millones de dólares aquí. La concentración del ingreso, explica también, la desigualdad de los mexicanos y la situación de mediocridad económica desesperante.

De modo que mientras que en otros países de América Latina se ha dado un ciclo democratizador y se empiezan a abandonar los modelos neoliberales, la ortodoxia de otros sexenios ha sido la regla, se sigue con el proyecto de Carlos Salinas y la trampa del Tratado de Libre Comercio (TLC).

Meyer se sorprende incluso al analizar que con la transición, el PAN sigue en la misma ortodoxia. Hoy regresó el PRI y no tiene ningún viso de terminar con la parte dogmática de la economía neoliberal.

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Marco Torres aludió a las alternancias hacia la izquierda en países como Bolivia, Uruguay y Ecuador donde los resultados han sido favorables, mientras que en México con el PAN se fue a la derecha, a lo que el autor de Nuestra Tragedia Persistentes dijo que no necesariamente hay relación entre el crecimiento y estancamiento.

Se refirió a Colombia donde la derecha se mantuvo y no tuvo el desastre de México; Perú tiene uno de los momentos más interesantes en crecimiento económico. Aquí se sigue en la dinámica del TLC y pareciera, no hay manera de salir.

A pesar de que desde Estados Unidos ya se cuestiona el modelo neoliberal sostenido en México. Paul Krugman, premio Nobel de Economía ha dicho en reiteradas ocasiones la necesidad de volverle a dar al Estado su papel para que se introduzca dentro del mercado, y quiebre las tendencias naturales del mercado hecho para darle más a quien más tiene y viceversa.

De modo que el bajo crecimiento económico, las condiciones de pobreza y otras situaciones que derivan ese escenario explican como la propia Secretaría de Gobernación capta a través de encuestas la decepción mexicana en altos grados.

Meyer aludió a encuestas de la Segob en las que se le pregunta a una muestra representativa de ciudadanos si ¿México es una democracia? y 34 por ciento dice sí, 33 por ciento puede que sí o puede que no, y el porcentaje restante considera que no.  Generalmente los satisfechos, dijo, son aquellos cuya economía neoliberal los ha beneficiado y eso impidió el viraje del PRI a la izquierda, comenta. Ellos son quienes se opusieron a que el peligro para México llegara a la Presidencia.

Al tener una mala calidad de la democracia, no se puede aspirar a tener mejores indicadores en crecimiento, comentó al referir que el caso de Venezuela llama su atención porque según la Cepal, es ese país el que más ha disminuido la pobreza, sin embargo tiene un problema político francamente de la patada, están hechos unas bolas. Pero a consecuencia del chavismo y su política de intervención en los proceso del mercado, se ven cambios.

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Mientras que aquí los salarios mínimos están muy por debajo del de China, México incluso es de los países que tiene el más bajo del mundo, de ahí que la subcultura del narcotráfico en parte se explica por la falta de opciones en la economía neoliberal donde el que está abajo ahí se quedará por los siglos de los siglos.

Salvo el caso del narcotraficante, El Chapo Joaquín Guzmán Loera, que de pasar la primaria llegó a Forbes con mil millones de dólares, sí se puede hablar de una movilidad económica, aunque perversa, mientras que la generosa y saludable, no se verá ni de chiste.

Si bien el presidente Enrique Peña Nieto ha justificado su política en las reformas estructurales que las presenta como la salvación, Meyer insistió que hasta no ver, no creer. En primer lugar porque para los mexicanos las reformas no son importantes en su vida diaria, además para el gobierno la única importante es la Energética, que no es más que la transferencia de lo que queda de hidrocarburos a los privados.

Pareciera que la esperanza está fincada en que haya una especie de milagro externo; es decir, que capitales extranjeros lleguen, exploten a fondo la riqueza petrolera y derrame y poco a la sociedad.

Recordó que entre 1913 y hasta principios de los años 20, México fue el segundo gran exportar mundial del petróleo, y eso no dejó nada.

A decir del historiador, no se puede por tanto dar una respuesta única de lo que tendría qué hacer México para salir adelante del atraso, puesto que son varios aspectos los que han detenido la transición democrática, entre los que está el TLC, el pobre mercado interno, que sólo se voltee a ver la exportación, cuando otras países como Brasil se vuelve a la reindustrialización y volverse a sí mismo al dejar de mandar sus productos a China.

Lo que tendría que suceder es un proceso muy lento, que para alguien de mi edad es tan lento que ya perdió sentido, pero una persona más joven sí hay razón con el cambio de la cultura cívica de la sociedad mexicana, al organizarse fuera de los partidos, con movimientos sociales ponga presión a una clase política que se va a resistir.

Se tratará entonces de una especie de lucha muy prolongada, que no se ve cuándo pueda llegar a un buen fin, sobre todo porque la participación ciudadana es baja; 70 por ciento de los jóvenes no han participado en ningún tipo de organización civil o política, aunque pueden hacerlo muy rápido, tal es el caso del #YoSoy132, el cual salió de la noche a la mañana, finalizó.

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