■ El Mirador de Heródoto
“Las publicaciones indexadas, aparte de dar certeza de la información, permiten a los miembros de la comunidad científica, utilizar los conocimientos como referentes de sus trabajos y promover su utilización por la sociedad para el fin que fueron hechos. Corresponde a la comunidad científica promover la difusión de los hallazgos científicos, confiados en la calidad de una revista, en la veracidad de su información, completando así, el ciclo investigativo, que culmina con su publicación, logrando el objetivo fundamental que consiste en comunicar la ciencia”
Rosalba Bueno. Las revistas arbitradas, Universidad de Carabobo, Venezuela, 2011
Es común para los investigadores, en cualquier terreno de la ciencia, encontrar revistas contentivas de datos equivocados, conceptos obsoletos, uso de técnicas inadecuadas en la investigación, fuentes de consulta erróneas, etc. Y qué decir de los errores de redacción o sintácticos que desvirtúan la veracidad de la información. Los profesionales con experiencia en el tema de este tipo de revistas, descartarán la información; los menos expertos, si no tienen los antecedentes necesarios para discernir si la información es correcta, pueden dejarse llevar por planteamientos y conocimientos erróneos, reflejándose en ocasiones en las actividades profesionales que estén desarrollando. Lo anterior, hace que surja desde hace varios años la necesidad de respaldar la información que se publica en las revistas denominadas arbitradas, ya que estas contemplan normas editoriales que dan fe de la veracidad del contenido.
Haciendo acopio de varios conceptos de diferentes instituciones, incluyendo el del Sistema de Clasificación de Revistas Mexicanas de Ciencia y Tecnología del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), concluyo que las revistas científicas o académicas arbitradas son el canal formal de comunicación que tiene como objetivo principal la difusión del conocimiento generado en cada campo o disciplina de investigación, estructuradas con un criterio amplio sobre la evaluación imparcial, con alta capacidad sobre el escrutinio de los temas, con un pensamiento independiente, crítico y con alto sentido de los códigos de ética, lo que da origen al arbitraje. Una revista arbitrada está respaldada por una serie de normas y políticas editoriales internacionales que le dan consistencia y certifican su calidad en los contenidos y en los procesos de revisión y edición.
El concepto de “revista indexada”, se refiere a las arbitradas que con publicaciones periódicas de carácter científico y tecnológico, están contenidas en las bases de datos de organismos reconocidos mundialmente, como: Science Citation Index (SCI); Social Science Citation Index (SSCI); Art & Humanities Citation Index (A & HCI). Además, contar con su inscripción en registros de publicaciones nacionales e internacionales (ISSN), presentar en sus páginas principales las características de su equipo editorial, los derechos de autor, la periodicidad de la publicación, los formatos de presentación (impresa o electrónica), los idiomas que se aceptan, el período máximo para correcciones, códigos de ética, entre otras.
Todas estas bases de datos son administradas por el Institute for Scientific Information (ISI) de Filadelfia, que publica el Journal Citations Reports el cual contiene una serie de indicadores estadísticos basados en las citas de artículos. Estos indicadores permiten asignar un factor de calidad – el Impact Factor- a cada revista y por tanto, también, al trabajo de cada investigador. Las revistas que se encuentran en este tipo de directorios, pueden considerarse arbitradas.
Al inicio comenté sobre el origen y causa por la que surgen las revistas arbitradas. Ahora es más fácil entender por qué no es tan sencillo publicar en ellas, pues los requisitos son muchos y todos encaminados a certificar la veracidad de la información. La revista si es reconocida como arbitrada e indexada, somete sus artículos a la revisión de expertos en el tema que se está tratando. Cada artículo debe ser examinado al menos por dos profesionales que se les conoce como árbitros, generalmente son externos al comité editorial; poseen una honestidad, reconocimiento y credibilidad nacional o internacional; han publicado artículos referentes al tema en cuestión en revistas arbitradas y de alto impacto, por lo cual conocen bien los procesos de revisión y la responsabilidad que están desempeñando.
Las normas para la publicación de los artículos establecen las características en cuanto a la estructura de los trabajos: que el título de un artículo proporcione un panorama concreto de su contenido y no rebase cierto número de palabras; que contenga un resumen y palabras clave; que su contenido tenga una utilidad práctica; indicar el orden de las menciones de autoría en función de la participación que tuvieron, adjuntar direcciones completas institucionales y personales para que se pueda establecer contacto; contenido completo de citas y referencias bibliográficas; un número de páginas máximo, el tamaño y tipo de letra, numeración de figuras, orden de la bibliografía, etc. Los investigadores de alto nivel, no temen a estos requisitos, los exigen.
Cuanta más alta es la calidad de los artículos que se publican, mayor es la responsabilidad de la revista, su imagen depende de los investigadores que son la esencia donde reside su naturaleza y prestigio.
A propósito de la nueva atmósfera política mundial, comparto esta reflexión de Enrique Pichon-Rivière: “En tiempos de incertidumbre y desesperanza, es imprescindible gestar proyectos colectivos desde donde planificar la esperanza junto a otros”.
Así se observa el mundo desde El Mirador de Heródoto. ■
*Presidente de la Relac
