La realización del Encuentro Virtual primero, y después del taller “Captura del Estado, macrocriminalidad y derechos humanos”, impartido por el Dr. Luis Daniel Vázquez Valencia, co-organizado por el Comité de Participación Ciudadana, del Sistema Estatal Anticorrupción de Zacatecas, y la Unidad Académica de Desarrollo y Gestión Pública de la BUAZ, nos ha dejado un conjunto de reflexiones teóricas y práctico-empíricas, sobre las que deberíamos continuar trabajando de manera sistemática, ampliando y profundizando las perspectivas que ofrecen; se trata de temas estratégicos, los abordados en el taller, puntos de inflexión desde donde replantearnos el rumbo y las estrategias que actualmente seguimos… ¿Qué forma política debemos generar colectiva e individualmente? Desde la perspectiva de la -(re)construcción/ (re)invención/ (re) creación- de una paz cimentada en la verdad y en la justicia, a través de cuyos emprendimientos lográramos -como imagen- objetivo- y como política prefigurativa, salir de esta espiral sin fin, de violencia depredadora -en diversos órdenes- donde -entre otros factores- la impunidad, la corrupción -captura del Estado- y los fenómenos macrocriminales juegan papeles decisivos, tanto que, de no tenerlos en cuenta como ejes centrales de nuestra acción colectiva, estaríamos condenándonos a continuar perdiendo -aceleradamente- lo que da forma y sentido civilizatorio al proyecto de vida que valoramos especialmente, ¿nos limitaremos a levantar acta como testigos y partícipes de su naufragio, de la creciente gravedad de su irremediable pérdida?
¿Por qué razón, desde la perspectiva de las políticas estatales de los sistemas anticorrupción, y desde, esa otra vertiente, la de las políticas de combate a la corrupción propias del poder ejecutivo, no se ha dado un seguimiento a estos fenómenos situándolos como ejes centrales del debate público, y elementos esenciales para diseña e implementar las estrategias dedicadas a construir la paz, (-con verdad y justicia-)?
Si bien existe un calibrado conjunto de herramientas que forman parte de la política anticorrupción, cuya estrategia general consiste en “cerrar las brechas” por donde las acciones de corrupción e impunidad buscan los modos de persistir en su perniciosa reincidencia, lo cierto es que sin dejar de reconocer esfuerzos y significativos resultados, la situación que vivimos está más cerca del cuadro descrito en el famoso cuento corto de Monterroso “Cuando despertamos, el dinosaurio todavía estaba ahí”, que de la meta de erradicar las tendencias propias de un orden crimilegal en expansiva consolidación.
Quizás eso se deba a que la “axiomática” de este tipo de políticas, a pesar de que sean evidentes sus buenos dividendos, correctamente aplicados, (terreno este último, donde seguimos debiendo y donde queda aún mucho por hacer, sobre el que seguimos empeñados en avanzar) sea una “axiomática” que viene limitada desde su mismo diseño, y consecuentemente, impacta en la implementación, recortando sus posibles alcances; y, entonces, sea también necesario, a la luz de los elementos que revisamos en el taller arriba mencionado, repensar la política (y, añadiría como disgresión, repensar “lo político”, y elucidar lo que significa esta diferenciación, aunque se trata de otra línea de reflexión, ajena al taller, que no abordaré ahora), y, -retomando el hilo-, llevar esa “axiomática” más allá de sus límites, rediseñando al menos una parte menor quizás -pero clave- de los conceptos y definiciones, de las prioridades, estrategias, líneas de acción…
En efecto, si revisamos la elucidación ofrecida en torno a los fenómenos vinculados al concepto de macrocriminalidad, de acuerdo con Vázquez Valencia, tendría cuatro características centrales: a) una estructura ternaria (conformadas en redes) de políticos, empresarios y criminales (y en donde el nexo entre empresarios y delincuencia organizada se daría a través del nodo político); b) cuyas acciones implican la comisión de múltiples delitos; c) multiplicación de sus víctimas y d) basándose en un tipo de gobernanza criminal. En donde dicha Gobernanza Criminal implica que esas redes… 1) Gobiernan donde controlan 2) definen las decisiones (políticas) que se toman, -ojo- privilegiando aquellos aspectos que les interesan, dejando que el Estado desempeñe en lo demás su trabajo, y 3) recurriendo a diversos tipos de violencia para hacer efectiva esa gobernanza criminal. (Vázquez Valencia, 2022).
Para proceder, retomando esos mismos planteamientos, se requiere hacer Análisis de Contexto para identificar esas tramas de poder; documentando su enraizamiento y sus formas de operar podemos comprender los modos en que esos entramados de poder estarían generando un orden “crimilegal” paralelo (una especie de variación de la noción de “Estado profundo”) o substitutorio, (pasando de la captura del estado a “la disputa por la soberanía”), y en ese tenor, continuar el proceso de análisis, considerando las formas de desmantelar esas redes, lo que implicaría poner en práctica todo un conjunto de medidas, que asegurarían mediante “estrategias inteligentes” su efectivo desmantelamiento.
De este modo, de acuerdo con Vázquez Valencia, se estaría apuntando a las “causas eficientes” que convierten al supuesto Estado de Derecho, en su versión perversa, basada, en suma, en la autorización del crimen a través de la impunidad activa.
Por último, desde esta perspectiva para seguir con el proceso de construcción de paz, ese desmantelamiento de las redes debe tener dos articulaciones desde lo nacional y lo local (incluyendo un componente internacional); descapturar al Estado se puede solo haciendo palanca con las partes del Estado dispuestas a realizar esta “reingeniería”, supliendo las funciones de las redes macrocriminales, sin generar “vacíos de poder” y (2) contemplar a los altos mandos y a la base criminal, así como incluir un tratamiento desde abajo y desde lo local, que comprenda la desmovilización por sector, reinserción social, desarme, entre otros elementos que sitúan el objetivo y propósito principal de esta valiosa contribución, de Vázquez Valencia, en el ámbito de la justicia transicional, y sobre la cual en otro momento, será importante volver.
Espero haber despertado el interés, a estas alturas prácticamente “existencial” de los lectores de este texto, en los contenidos del Taller que realizamos, estamos seguros de que dándole continuidad a ese tipo de líneas de investigación nos aportarán insumos de gran utilidad para ampliar, enriquecer/ complementar la agenda anticorrupción en Zacatecas.
