La creación de las áreas de cultura de la universidad ha sido un pilar fundamental en la transformación cultural de la sociedad zacatecana. Los diferentes programas académicos de la Unidad Académica de Arte y Cultura, son el soporte de eventos como el festival cultural de Zacatecas.
Esaúl Arteaga Domínguez, primer director de la
Escuela de Música de la UAZ.
La memoria histórica de la Universidad mantiene un seguimiento del comportamiento de la pandemia a consecuencia del Covid 19. Con cierre al 7 de julio, en el mundo se registraron 11,829,760 casos confirmados y 544,163 fallecimientos. En México las cifras alcanzaron 268,008 infectados y 32,014 defunciones. A pocos días de iniciada la semana el número de contagiados en Zacatecas se disparó a 1,198 contagiados y 129 fallecidos. Nuestro comportamiento influye mucho en la elevación de las curvas, valoremos nuestras acciones.
Como parte de nuestra identidad como universitarios, debemos tener presentes las fechas significativas de la BUAZ y en las efemérides de julio, aunque sin fecha representativa, recordar los cuarenta y cinco años de la agrupación musical Huayrapamushka es una responsabilidad ineludible.
Para recordar algo de su historia, retomo partes del muy recomendable documento “El Huayrapamushka y el movimiento social de los setenta” de Esaúl Arteaga Domínguez, otro integrante del grupo y un “clásico” en nuestra BUAZ, pues también cumple sus cuarenta y cinco años de servicio docente.
En dicha fuente, Arteaga describe a detalle los antecedentes, consolidación y desarrollo de la agrupación de la que, a manera de invitación a conocer esta parte histórica de nuestra institución, señalo algunos datos sobresalientes. En la primera parte nos relata una amistad nacida en París en 1972, entre una gran bailarina francesa de flamenco, Marie Annick Morisse, y el artista zacatecano Ismael Guardado, quien, en ese entonces, realizaba estudios de artes plásticas en el país galo. Ambos se conocieron por el ambiente artístico que compartían y decidieron conformar un dueto musical, interpretando canciones latinoamericanas y música tradicional mexicana, pues, aunque sus profesiones eran distintas, compartían una gran pasión por la música de Latinoamérica y su significancia como representación de las causas de las sociedades oprimidas.
“Habiendo recibido toda esa influencia musical, Annick e Ismael decidieron viajar a México en 1972 y, en Zacatecas, impresionaron gratamente con canciones bolivianas, argentinas, música llanera de Colombia, Venezuela, y temas tradicionales mexicanos. De tal manera que se puede afirmar que el dueto de Annick e Ismael constituyó el antecedente inmediato del conjunto Huayramushka”, describe el autor.
En tierras zacatecanas Morisse se integra en 1973 al Instituto Zacatecano de Bellas Artes como maestra de danza flamenca “(…) y es bajo el amparo de esta institución que inicia a dos de sus alumnos en la ejecución de música latinoamericana, Javier del Muro Escareño y Francisco Javier Saldaña, ellos serían los primeros integrantes del grupo Huayrapamushka”. Posteriormente se integran José Joaquín Correa y Carlos García Sánchez, quienes conformaron la agrupación fundacional.
“El nombre de Huayrapamushka se lo dio la fundadora, Annick. La palabra tiene su origen en la lengua quechua que hablan los indios en una zona de los Andes y ella lo tomó de una hermosa novela del escritor Jorge Icaza. El libro trata de los huayrapamushkas, hijos de español con madre indígena, que eran rechazados por unos y otros; se consideraba que habían llegado con el viento, que eran hijos de nadie, hijos del viento, explica Arteaga en su documento.
Realizaban presentaciones en diferentes espacios de la ciudad, así como en teatros como el del IMSS. Luego, sucedió una separación del grupo dado que Annick y Joaquín Correa se trasladaron a San Luis Potosí, por lo que terminó siendo un dueto formado por Javier del Muro Escareño y Laura García Medina.
“Lo que vino a dar una cohesión definitiva a la agrupación, fue el hecho de que sus integrantes fueron reconocidos como personal al servicio de la Universidad, en junio de 1975, gracias al apoyo definitivo del entonces Rector, Jesús Manuel Díaz Casas, quien no sólo definió una relación laboral de los integrantes del Huayrapamushka con la Universidad Autónoma de Zacatecas, sino que, además, les dotó de una cantidad importante de instrumentos musicales, equipo y vestuario. En ese entonces, el conjunto estaba integrado por Carlos García Sánchez, Javier del Muro Escareño, José Joaquín Correa y Esaúl Arteaga Domínguez, quienes difundían la música de diferentes pueblos de América Latina”. Es así que el autor señala a julio de 1975 como punto de partida en la etapa de Huayrapamushka como agrupación universitaria.
Los Huayras, una institución musical a la que han pertenecido personajes como
Verónica Dávila Navarro, Aída Martínez, Rosa María Rodríguez, José Román Jiménez Pérez, entre otros muchos valiosos profesionales de la música, representan el espíritu de los pueblos latinoamericanos con sus grabaciones. Hoy en día sigue difundiendo temas que denuncian la realidad de muchos pueblos en los que se sufre pobreza y profundo atraso, desigualdad social y migración forzosa, por mencionar algunos contextos. Los integrantes actuales son Adrián Villagómez, José Antonio Duéñez, Alejandra Aguilera, Ignacio Rosales Encina, José Manuel Pinedo (director) y Esaúl Arteaga.
Ya que recordamos un poco más sobre esta agrupación, los invito a dar lectura a la segunda parte para comprender mejor y valorar sus logros.
Así se observa el mundo desde el Mirador de Heródoto.
*Cronista de la UAZ
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