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jueves, 25 abril, 2024
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Vigencia de derechos: eje de la lucha política global

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

La historia de la humanidad tiene como uno de sus ejes principales las luchas sociales y políticas orientadas a construir un Estado que garantice la vigencia de los derechos, transformando de paso a los súbditos en ciudadanos; no existen ciudadanos ni bienestar sin vigencia de derechos. Hoy tenemos la tecnología disponible para observar en tiempo real las batallas que se libran en todo el mundo entre quienes desean ampliar la vigencia de los derechos y quienes intentan reducirlos a letra muerta. Desde mi punto de vista, esta es la esencia de la política en el mundo en la actualidad. Ese es el contenido de la lucha entre izquierda y derecha hoy.

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Sólo para tenerlo presente vale recordar que los derechos que componen la ciudadanía plena en los estados democráticos modernos se pueden clasificar en tres conjuntos, propuestos originalmente por Thomas H. Marshall:

Ciudadanía civil. Se compone de los derechos para la libertad individual: libertad de expresión, pensamiento y religión, derecho a la justicia y derecho a la propiedad y a establecer contratos válidos.

Ciudadanía política. Consiste en el derecho a participar en el ejercicio del poder político como miembro de un cuerpo investido de autoridad política o como elector de sus miembros.

Ciudadanía social. Abarca todo el espectro, desde el derecho a un mínimo de bienestar económico hasta el de compartir plenamente la herencia social y vivir conforme a los estándares predominantes en la sociedad. En los textos de derechos reconocidos por las Naciones Unidas, éstos son denominados “económicos, sociales y culturales”, e incluyen, por lo tanto, el derecho de los pueblos indígenas a sus prácticas y expresiones culturales: a su “herencia social”, para utilizar la expresión de Marshall.

Una lucha política relevante para el propósito de este artículo es la que se ha venido librando en Estados Unidos durante todo el mandato del presidente Barack Obama, entre su gobierno apoyado por el partido demócrata y la oposición republicana. Las medidas propuestas por ambas partes para enfrentar los problemas de la agenda del país del norte demuestran claramente la vigencia en este siglo de la dicotomía izquierda-derecha.

Los republicanos proponen recortes profundos al gasto social del gobierno, sobre todo en los ramos de salud, seguridad social y educación. Los demócratas proponen aumentar los impuestos a quienes más ganan, especialmente a las ganancias en la bolsa de valores y reducir los gastos militares, para que el Estado pueda garantizar los derechos sociales. Los primeros dominan ahora en las dos Cámaras del Congreso y los segundos cuentan con la Presidencia de Barack Obama y su poder de veto.

Los republicanos deducen sus propuestas del principio fundamental del neoliberalismo de avanzar hacia el Estado mínimo, o sea, aquel que sólo tenga la función de garantizar la seguridad del propio Estado, de su territorio y sus habitantes. Es la concepción que se convirtió en dominante durante el gobierno de Ronald Reagan en EU y el de Margaret Thatcher en Inglaterra, quien afirmaba con frecuencia: “Sólo existen personas y familias, los derechos sociales son un invento de los intelectuales”. Con ello justificó su política agresiva de desmantelamiento de los derechos sociales y del Estado de Bienestar, construido paso a paso durante buena parte del siglo XX.

El problema para los neoliberales del mundo es que hoy ya están a la vista de todos los resultados de sus recetas económicas, y lo que se observa es un grave deterioro en la convivencia social y en el medio ambiente, porque el capitalismo salvaje resultó una economía para los amigos y la democracia devino en el gobierno de y para las corporaciones.

Después de 33 años de que los gobernantes mexicanos le han impuesto la doctrina neoliberal al pueblo de México podemos afirmar que la pieza clave para ello fue el desplazamiento del PRI a las posiciones tradicionalmente panistas olvidando el nacionalismo revolucionario. No debemos olvidar que el partido blanquiazul nació para combatir la herencia del General Lázaro Cárdenas. A partir de que Miguel de la Madrid asumió la presidencia de la república, todas las reformas contenidas en el Consenso de Washington han sido aprobadas con el concurso de ambos partidos, con lo cual se convirtieron en realidad los sueños de los fundadores de la doctrina neoliberal. En los hechos esos dos partidos han cogobernado todo este tiempo y existen las bases reales para que puedan dar paso a la integración de un solo partido. Con la firma del Pacto por México se crearon las condiciones para que también pueda incorporarse a ese hipotético partido neoliberal lo que queda del PRD.

Las confrontaciones políticas en EU, en Europa, en América Latina y por supuesto en el México de hoy muestran nítidamente que la vigencia de los derechos es lo que está en el centro de la disputa. En Zacatecas también es esa la clave para entender la huelga universitaria, las movilizaciones de los maestros, de los médicos y las enfermeras, campesinos etc. y esa confrontación también marcará las elecciones del 7 de junio. Cada persona decidirá en qué trinchera se ubica.

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