■ Dedican homenaje al fundador y guitarrista de AC/DC, Malcom Young, al segundo día del evento
■ Recuerdan trabajadores de la cultura el dilema que enfrentan con aplicación de ley laboral
El segundo día del festival de Guitare en scène. La soirée estuvo dedicada a un homenaje a Malcolm Young, fundador y guitarrista de AC/DC, quien desde abril está retirado a causa de una enfermedad no especificada por los miembros del grupo. Young es una de las leyendas vivientes del rock metalero desde hace más de cuarenta años.
Steve Vai, nacido en Estados Unidos de Norteamérica en 1960, fue el estelar de la velada. Con su concierto en Saint-Julien-en-Genevois, recién llegado de Japón, cerró su tour mundial de dos años. Esta fue la única presentación que realizó en Europa y con ella alcanzó la cifra de 237 conciertos. Por esta razón, su concierto duró dos horas para, a partir de ahora, comenzar una pausa de dos años y meterse al estudio a componer y a descansar. Esta aparición de Vai no hizo más que confirmar su estatuto de monstruo de la guitarra. Si bien Vai era el estelar de la noche, el ambiente lo calentó el joven grupo australiano Airbourne. El show metalero, con estilo heredero del ACDC consiguió reunir a los jóvenes y viejos alrededor de los slams.
Airbourne puede parecer, por sus caritas de niños buenos sin tatuajes ni cicatrices, una parodia de ACDC, de Led Zeppelin o Deep Purple, pero lo cierto, al menos eso dicen los críticos, es que los metaleros australianos han conseguido actualizar un género que parecía destinado a las noches de oldies de discotecas y bares.
La segunda noche del festival la cerró el grupo de Eric Sardinas con sus bluses más tradicionales y su voz rasposa. Igual que los demás grupos, Sardinas retomó algunos fragmentos de la guitarra de Young y terminó su concierto a las dos y media de la mañana manteniendo la bandera en lo más alto, tal como lo dejaron Vai y Airbourne.
Deep Purple termina el festival y los intermitentes reivindican
Espectacular fue la tercera aparición del guitarrista Steve Morse y primera vez con su grupo Deep Purple en el tercero y último día del festival Guitarras en Escena en Saint-Julien- En-Genevois.
Su primera asistencia fue en 2012 cuando el guitarrista formaba parte del famoso G3 con Joe Satriani y Steve Vai, y en 2013 fue el organizador del Jam que reunió, bajo el ritmo de Eric Clapton, a Mark Harman, Chris Spedding, Vicente Amigo, Uli Jon Roth, Henry Spinetti, Dave Bronze y al cantante Barry Johnson.
Ahora, en la edición 2014 del festival fronterizo, Morse y la legendaria banda Deep Purple –considerada junto a Led Zeppelin y Black Sabbat, los padres del Hard rock- se encargó de clausurar el festival y de abarrotar la escena del Chapiteau a pesar de la lluvia torrencial que cayó durante todo el día en la región de la Saboya francesa.
Smoke on the water y Hush fueron los temas que cerraron la presentación del grupo creado en 1968 y que fueron coreados en todo el terreno del festival, más allá de la Carpa. Así, Deep Purple extiende sus dominios alrededor del Lago Leman y se despega del Festival de Montreux de donde es un invitado anual.
El mensaje reivindicativo
Además de los conciertos, o más bien intercalados entre ellos, hubo un recordatorio lanzado por los intermittents del espectáculo (término en francés que se refiere a los trabajadores de la cultura, los cuales no tienen contratos fijos durante el año: compositores, músicos, actores, directores, técnicos, y otros) para que el público los apoye y tome consciencia de su situación.
Desde el gobierno del presidente Nicolas Sarkozy a los trabajadores del espectáculo se les comenzaron a quitar derechos de seguridad del empleo al colocarlos en el mismo régimen que los empleados de tiempo completo, sin tener en cuenta la especificidad de su profesión. Es decir, que a un actor, por ejemplo, por trabajar en una obra de teatro durante dos horas no se le toma en cuenta la preparación de la misma (argumento, adaptación, escenarios, montajes, musicalización, ensayos y otros gastos) y su salario se le paga en correspondencia a las horas “efectivas”.
Esto generó que desde el año 2003 los trabajadores del espectáculo se movilizaran en las calles reclamando la anulación de la ley. Ahora, con el gobierno de Francois Hollande la aplicación del decreto se hará efectiva y las movilizaciones han vuelto.
En junio los trabajadores del espectáculo amenazaron con una huelga general en Francia lo que generaría la anulación de los festivales veraniegos de música, teatro y cine. Sin embargo, el gobierno ha retomado el caso y ha comenzado las negociaciones para subsanar algunos de los aspectos de la ley que más afectan la seguridad del empleo y ha conseguido apaciguar los ánimos.
Así, con una mezcla de excelente música y recordatorios gremiales, el Festival Guitarras en Escena cerró una nueva edición y nos dejó con ganas de volver el próximo año.
