México, DF. Más de 39 mil integrantes de la comunidad universitaria exigieron a quienes «indebidamente» mantienen la ocupación del auditorio Che Guevara a devolverlo de inmediato a la institución y manifestaron que la solución al conflicto relacionado con ese recinto -que está tomado por diversos colectivos desde septiembre de 2000- compete al conjunto de la comunidad.
Se trata de 39 mil 159 personas -entre estudiantes, trabajadores y académicos- miembros de 17 facultades, cinco escuelas, 20 institutos, 13 centros, nueve planteles del bachillerato e integrantes de dependencias administrativas de la UNAM se adhirieron al pronunciamiento del Consejo Técnico de la Facultad de Filosofía y Letras en el que se demanda que quienes actualmente ocupan el espacio lo liberen de inmediato. Dicho documento también contó con el apoyo de todos los consejos técnicos (28) de todas las escuelas, facultades y áreas de investigación.
El reciente conflicto por el control del recinto inició el pasado 19 diciembre cuando un grupo autodenominado “anarquista” u «okupa» ingresó por la fuerza al auditorio para desalojar a los integrantes de los colectivos “estudiantiles y sociales” que mantuvieron la ocupación durante los últimos cuatro años. Pero el lunes 3 de marzo jóvenes con los rostros cubiertos –según versiones ligados a los grupos expulsados en diciembre– actuaron de manera similar y volvieron a tomar el foro. Aunque, horas más tarde, los “anarquistas” retornaron y tras un enfrentamiento se quedaron una vez más con el control del mismo. Hasta ahora, no cualquier persona puede ingresar a ese foro, pues sólo se permite el acceso a personas con una visión «autogestiva» y «autónoma», sin que se den detalles de qué significado se le da a esos conceptos.
Frente a ello, los más de 39 mil universitarios manifestaron su certeza de que la restitución de las funciones que le son inherentes al auditorio concierne a toda la comunidad universitaria. Asimismo, expresión un rechazo enérgico a todo acto de violencia.
En el documento, que está dirigido a la comunidad universitaria y a la opinión pública, externaron su convicción de que este problema compete al conjunto de la Universidad, «pues el recinto ha sido un espacio académico, cultural, de análisis y debate de los asuntos que interesan al país, de primordial importancia en la historia de nuestra casa de estudios, y debe volver a serlo».
Además expresaron su determinación de sumarse a los esfuerzos para generar las condiciones necesarias e instrumentar los mecanismos universitarios que conduzcan a la solución de este problema.
