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sábado, 18 mayo, 2024
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El viejo problema del agua y la vivienda

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Por: QUITO DEL REAL • Admin •

El son del corazón

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Como nunca, el día de hoy se ha movilizado por el agua una gran cantidad de pobladores de la Ciudad de México: 4 y medio millones, en 13 de sus 16 delegaciones. Es común observar que personas de diferentes sectores sociales fraternizan en la calle, mientras esperan la pipa con el ansiado chorro de agua que disipará, aunque sea brevemente, las necesidades más inmediatas de la familia.

El lenguaje de las cubetas sin agua es una curiosa novedad que nos presenta, con su acento infantil y chocante, el dirigente de esta gran ciudad, después de asignar a sus técnicos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) y a los titulares de las diversas delegaciones políticas, el asunto irracional de tener que explicar a la gente que no se abrirán los conductos centrales de agua durante 5 días. Hoy, desde su púlpito, sólo pide que el asunto no se politice y que, por favor, la gente se la lleve tranquila y guarde calma.¿Está en sus cabales el doctorcito Mancera? ¿En verdad quiere que pensemos que es un pusilánime, mientras reincide en hacernos violines con sus discursos? ¿Cómo pide que no se politice el problema, si decidió dar mantenimiento a la totalidad del Sistema Cutzamala sin un diseño para mitigar sus efectos? Creo que reincide en su método candoroso, para pasarse de listo.

Las obras son necesarias, pero es evidente que las necesidades de la gente no pasaron por la cabeza del dirigente de la ciudad; es obvia su pasividad y desconocimiento de los problemas más peliagudos de las zonas pobres de esta urbe. Es que él sólo piensa en ser presidente de la República.Aquí la pregunta clave podría haber sido: ¿es posible dar mantenimiento al Sistema Cutzamala, sin tener que cerrar simultáneamente las llaves para todas las delegaciones? ¿Hubiera sido posible hacer un trabajo fino, de alternancia, donde nadie se hubiera visto exceptuado de este vital servicio?El tiempo nos alcanzó. La gravedad del problema, falta de agua y planificación urbana, previsto pero no atacado desde la época de Ernesto P. Uruchurtu, ahora se multiplica porque, a través de los años, su imposible solución únicamente ha encimado una gran diversidad de ineptitudes. Éstas son un sedimento ulcerado que demuestra cómo la clase política, empollada en el PRI y reaparecida en el PRD, actuó con desapego y con el solo interés de enriquecerse.

Sin agua, pero con muchos políticos corruptos

Por lo pronto, los profesores de las escuelas oficiales no le dieron vuelta al problema y suspendieron las clases por dos días. Esto no tiene sentido. Imagine usted los baños sin agua, los mingitorios cubiertos y las tasas pletóricas, sin poder desalojar los fétidos olores que se desprenden del salón de sanitarios. No hay bebederos, no hay forma de regar los patios ni de echarle una trapeadita a los salones. Los padres de familia no quieren, al menos en este periodo, a los vendedores que se plantan en los accesos de las instalaciones escolares.

Aguas con las enfermedades, dicen. Esta sequía provocada por las decisiones de Mancera, puede atraer una epidemia y entonces sí, la ciudad comenzaría a experimentar una dimensión conflictiva superior, capaz de rebasar en un tris el cacareado programa Médico en su Casa, impulsado por el jefe de Gobierno. De extenderse una crisis sanitaria, comenzaríamos a transitar por la vereda del conflicto político y de la violencia.

Los que están más alertas son los habitantes de Ixtapalapa, una delegación que creció sin agua. Así nomás. Desde que los fraccionadores más ladrones del país engañaron a las familias que buscaban un pedazo de tierra dónde vivir, hace 50 o 60 años, y aún en la actualidad, el problema es el mismo: no hay agua. Pero cuando hay, ésta es poca y sale un líquido espeso, muy sepia, parecido al atole.

En este problema, la inmensa área de Ixtapalapa es la de más riesgo, porque sus diversas administraciones delegacionales de los últimos quince años, encabezadas por el PRD con sus variados elencos políticos compuestos por gente inútil, sólo pusieron el ojo en los asuntos que les dejaban dinero. Donde pongo el ojo, saco la lana.

No hablo nomás porque sí. Observe como llegó ese grupo de aventureros a su Delegación y cheque cómo salieron. Tierra y cielo: de la precariedad lumpen a la comodidad burguesa. No cantan mal las rancheras, porque el eje de su trabajo siempre fue, es y será, ser cómplices de la especulación inmobiliaria y testigos interesados de los giros negros, el narcotráfico y la corrupción oficial galopante.

Monreal debuta: es nuevo aliado de los desarrolladores

Como es evidente, el problema del agua está subsumido en la deficiente planificación urbana. La corrupción de los desarrolladores y los funcionarios que autorizan la construcción de edificios y viviendas, son el verdadero lastre, en cuya conciencia va cargada la pudrición de sus transas.

¿Para qué quieren tantos edificios de departamentos de lujo? ¿Para qué la construcción de torres de gran altura? ¿Por qué reiteran en obras urbanas que no benefician a los ciudadanos? ¿Hasta dónde quieren llegar los inversionistas, con obras que sólo compran los ricos?

El poder financiero internacional, y en él la banca norteamericana, desea invertir su capital ocioso, muchas toneladas de billetes sin respaldo, en grandes construcciones, porque es el tipo de especulación que los protege ante las irregularidades sorpresivas del mercado. Les garantiza un ciclo de capital completo, con una utilidad neta de casi 45% más de su inversión original y, además, suele ser un paraíso idóneo para lavar dinero, proveniente de fuentes informales o de ingresos delictivos.

Los dirigentes de los corporativos internacionales del dinero son los que, al final de cuentas, gobiernan sobre los diversos elencos de políticos corruptos, que merodean en los pliegues de las relaciones del mercado para pillar algún beneficio marginal que los haga millonarios. Los políticos neoliberales mexicanos, formados en las tesis colaboracionistas de la vetusta socialdemocracia, se alimenta del pellejo del cerdo, no del montalayo, pieza para los emprendedores inteligentes y creativos.

Acerca de la próxima construcción de la Torre Colón, Ricardo Monreal declaró, con esa dicción configurada para esconderse en la mentira sin dejar pistas: “En los próximos meses, habrán de anunciarse inversiones por cerca de dos mil millones de dólares, no estamos peleados con los que invierten, con los empresarios que generan empleos, con lo que estamos peleados es con la corrupción, con la depredación, con inversionistas sin escrúpulos” (SDPnoticias, 13 de enero de 2016).

Pero el periódico Excélsior publicó, el 13-1-16, un reportaje donde se hacía referencia de una torre de 309 metros de altura y 65 pisos, diseñada por el prestigiado despacho de Javier Sordo Madaleno. Este proyecto incluye un hotel, departamentos de lujo, restaurantes y oficinas.

¿Escuchó bien? “Este proyecto incluye un hotel, departamentos de lujo, restaurantes y oficinas”. ¿Y la vivienda popular? ¿Y las soluciones habitacionales para los pobres? Bien, gracias.

El señor Monreal se estrena como ariete de “los que invierten”, es agente de “los empresarios que generan empleos”, en contra de los “inversionistas sin escrúpulos”. Pero no hay de otro tipo.

Monreal siempre baja con ellos la cerviz, disfrazado de chivita baladora. ■

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