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viernes, 3 mayo, 2024
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El reposicionamiento de las bibliotecas públicas en Zacatecas

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Por: SIMITRIO QUEZADA •

Durante mucho tiempo, las bibliotecas públicas han sido un tema terciario: muchos periodistas no las consideran como fuente, ni siquiera dentro de la fuente de Educación, e incluso bastantes profesores dejaron de considerarlas dentro de sus cotidianas asignaciones de tareas a alumnos. Con todo, es posible reposicionar a las bibliotecas públicas en el primer cuarto del siglo 21 mediante un liderazgo basado en el ejemplo, donde el coordinador estatal sea el primero en arremangarse para cargar cajas, jalar cables, ofrecer visitas guiadas, promover la lectura. Liderazgo basado en valores, sobre todo la honradez y la integridad. Quien coordina una o varias bibliotecas públicas debe ser persona seria y plena de responsabilidad, que no ponga la biblioteca pública y el presupuesto de ésta al servicio de intereses particulares. Debe ser honesto y ejemplar.

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El líder bibliotecario –trátese del coordinador estatal, municipal o el bibliotecario de una comunidad– debe ser buen y muy activo gestor. Su atención debe estar en las necesidades físicas y de capacitación, salariales e incluso sindicales. Debe saber motivar a los integrantes de su equipo y promover entre ellos la armonía. Debe saber reconocer a cada cual y además encauzarlo en las responsabilidades donde cada uno puede desarrollar el propio talento.

El líder bibliotecario debe ser lector voraz y permanente. Debe saber reseñar un libro y recomendarlo efectivamente. Debe saber suplir a cada integrante del equipo y conocer el funcionamiento de cada área de la biblioteca. El líder bibliotecario debe privilegiar el trabajo de equipo y también ser leal a éste.

 

Desafío, campañas y objetivos

En medio de la transición de la lectura de lo físico a lo electrónico, con muchachos que insisten en que no tienen tiempo para leer aunque dedican en promedio dos horas diarias a la lectura de estados en Facebook y Twitter, o jóvenes que presumen cargar su biblioteca de tres mil libros digitales que rara vez leen, o estudiantes que recalcan que no necesitan ir más al centro bibliotecario porque ahora todo puede “googlearse”, la biblioteca pública debe convertirse en espacio de interactividad y tecnología; ya no bodega de libros con silencio marcial.

A partir de este noviembre de 2016, en el gobierno estatal de Zacatecas nos unimos a la celebración del día nacional e internacional del libro, en noviembre y abril, con sendas semanas estatales “de la biblioteca y el libro”. Privilegiamos en ellas la promoción de las diversas áreas de las que se compone una biblioteca pública mediante un convite y muestra: lo que los anglosajones llaman “Open house”. Promovemos conversatorios, obras teatrales y una permanente vinculación con alumnos de Escuelas Normales, al asumir que los futuros profesores pueden ser desde ahora promotores de nuestras bibliotecas.

Ante nuevas generaciones que se informan por internet y ya no el televisor, hemos enfatizado nuestra presencia en redes sociales más que en boletines de prensa. El trabajo cotidiano a resaltar no es sólo el del bibliotecario que atiende a usuarios: también difundimos la labor del personal de Procesos Técnicos, Módulo de servicios digitales, Sala Braille y Encuadernado, entre otras áreas.

Para 2021 nos hemos planteado cinco grandes objetivos:

  1. Aumentar en 50% (respecto al primer semestre de 2016) el número de usuarios.
  2. Aumentar en 30% (respecto al período citado) el número de expedición de credenciales de préstamo a domicilio.
  3. Instalar al menos 12 bibliotecas regionales (con características de Biblioteca Modelo) dentro del estado, financiadas con recursos propios.
  4. Instalar 3 Salas Braille en las bibliotecas donde las estadísticas oficiales nos muestren mayor índice de concentración de personas con discapacidades.
  5. Nivelación salarial para bibliotecarios del estado (lo que implica constante cabildeo con administraciones municipales para que acuerden, a partir de enero de 2019, que el salario mínimo para el personal en bibliotecas sea 4 mil 600 pesos mensuales).

Otros proyectos son aumentar el registro de zacatecanos en la plataforma Digitalee, renovar el acervo bibliográfico mediante la asignación de recursos para ello, establecer pequeñas cinetecas en los centros bibliotecarios, impulsar el programa de donaciones e instaurar en 2020 el proyecto “Biblioteca dominical” en al menos las 12 bibliotecas regionales y la central estatal.

 

Atención a prelectores: las ludotecas

Nuevas generaciones asoman y debemos convencer a sus integrantes de que las bibliotecas son también sus hogares. Debemos atraer a los prelectores y persuadir a sus padres de las ventajas de formarse en bibliotecas públicas. Creemos que esto se logra mediante el juego. Por eso en Zacatecas impulsamos en un primer momento el Programa Estatal de Instauración de Ludotecas Regionales (Peilur), que contempla el equipamiento de una ludoteca mediana con valor comercial de 25 mil 800 pesos en cada una de las 12 bibliotecas regionales, y que después se vio fortalecido con dos proyectos más: Instauración de Ludotecas dentro del programa migrante 3×1, donde en un primer acuerdo logramos gestionar 37 ludotecas también medianas; e Instauración de Ludotecas Básicas, donde con recursos propios obsequiamos conjuntos de 18 piezas con un valor comercial de 8 mil 300 pesos en bibliotecas de comunidades alejadas o colonias urbanas con necesidades especiales.

Respecto a este último programa, buscamos para 2018 etiquetar un fondo de 830 mil pesos para llevar 100 ludotecas básicas a igual número de comunidades rurales.

 

Conclusión

Reposicionamos a las bibliotecas públicas logrando, en primera instancia, que éstas vuelvan a ser reconocidas como protagonistas del proceso educativo, sobre todo al atender a autodidactas y demás personas no sujetas a la educación formal. En Zacatecas, desde hace 11 meses trabajamos en volver a poner a las bibliotecas en el centro de la agenda pública y destacar el “blindaje” de éstas contra la delincuencia.

Buscamos que en las sesiones de legisladores vuelva a hablarse de bibliotecas, que regresen a los discursos de los gobernantes, que sean consideradas de nuevo en los Programas operativos anuales. En Zacatecas buscamos que las generaciones de lectores formadas en bibliotecas públicas regresemos al menos un poco de lo mucho que ellas nos dejaron. Desde hace once meses la cruzada ha comenzado. ■

 

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