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viernes, 3 mayo, 2024
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Proyecto no realizado en el sexenio que agoniza

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ • admin-zenda • Admin •

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El lunes 16 de enero del año 2011, se difundió la noticia sobre la creación del metrobús en nuestra ciudad. Fue recibida con agrado porque reflejó la buena y necesaria intención gubernamental, por atender un cada vez más grave y peligroso problema que por años, viene representando para la sociedad el transporte público. No sería por supuesto la solución total, pero sí al menos ayudaría a disminuirlo.

Hay diferencias entre el transporte urbano que circula por el centro de la ciudad y el de aquel que se realiza sobre el bulevar Adolfo López Mateor. Al respecto existen tres puntos de riesgo. 1.- El que se localiza en la parte interior del puente a desnivel a un costado del edificio que albergó a la Financiera Rural. 2.- El que existe entre la escuela primaria Constituyentes de 1857 y 1917, que en algunas ocasiones se prolonga hasta la contra esquina de la ferretería El Triángulo Surtidor, y más allá hasta el Hotel María Conchita. 3.- El puente peatonal que conduce a las Escuelas de Derecho e Ingeniería de la UAZ.

Las rutas que circulan  por esos tres puntos son: 9, 11, 13, 14, 16, 17 y los rojos de Guadalupe, Zacatecas.

Cuando el operador detiene la unidad para el descenso y ascenso de usuarios en esos puntos, y agotada esta tarea, no pone en marcha la unidad de inmediato como debiera ser, sino por el contrario, prácticamente la estaciona por varios minutos. Pero además, también se pueden contar hasta cinco camiones a la vez, y muchos de ellos se encuentran en forma sesgada, porque como los choferes vienen  jugando carrera entre ellos, es una forma de impedir la circulación. Esto obstruye peligrosamente el carril derecho del bulevar. No son pocas las ocasiones en las que al poner en marcha el autobús, sin ninguna direccional y de manera improvisada e irresponsable, se incorporan al carril correspondiente, sin considerar que los automovilistas, por la velocidad con que circulan tienen dificultad para frenar, lo que podría provocar un accidente de lamentables consecuencias.

Aunado a lo anterior, cabe señalar el comportamiento del operador hacia los usuarios. Para comenzar, por lo general lleva música altisonante y con sus acompañantes, va platicando en un lenguaje grotesco. Sobrepasa la capacidad del autobús y sólo grita: “…háganse pa´ atrás, recórranse…” Y así, continúan subiendo pasaje.

Se presentan ocasiones en las cuales no se respetan cuando las personas ascienden al primer escalón y el operador da marcha de inmediato a la unidad, con el riesgo de provocar algún accidente. Las condiciones de los camiones dejan mucho que desear. No cuentan con lo indispensable como es lo que ayuda para apoyar las manos al descender y ascender. Muchos no cuentan con escalones, o con los que cuentan, además de encontrarse en malas condiciones, son muy altos. Muchas veces no se respetan las señales de tránsito.

Por todo lo anterior, fue que en aquella fecha la noticia de la creación del metrobús en nuestra ciudad, tuvo buena aceptación, porque se llegó a pensar que por fin se daría un buen servicio de transporte público a la población.

Inicialmente se manejó que el proyecto comprendería 16 kilómetros y medio, que van desde la comunidad Martínez Domínguez en Guadalupe, Zacatecas, incluyendo el bulevar. Tal proyecto, se dijo, que contemplaba algunos beneficios: menor costo en el servicio; traslado en el menor tiempo; mayor capacidad en las unidades; transitarían menos vehículos (¿?) y disminuirían las sustancias tóxicas (¿?).

Obviamente, de haber cristalizado ese proyecto, solo comprendería los kilómetros que se mencionan, pues resultaría sumamente difícil que por la accidentada topografía de nuestra ciudad, pudiera darse ese tipo de transporte en el centro de ella.

Una preocupación. Existe un tramo que se localiza entre el edificio del Hospital ISSSTE y el que albergó lo que fuera Financiera Rural, que tiene como fondo un lote baldío amurallado con tablas. Sobre él lo que fue la banqueta, es ahora una ligera capa de material, de tal forma que cada vez que los peatones circulan por ella, se deteriora y no sería raro que en poco tiempo ocurriese un accidente.

Bien por el proyecto. Bien por las autoridades locales que en aquel año, recién estrenaban sus cargos con un mes y cuatro días. Bien porque representó un esfuerzo de ellas, por lograr que Zacatecas contara con un medio de transporte público que respondiera a sus necesidades.

Volviendo a la realidad: el sexenio agoniza y en septiembre próximo, Zacatecas tendrá renovación de poderes ejecutivo y legislativo así como de ayuntamientos. Si se realizara un balance de lo se logró, encontrarías que no solo el metrobús  fue un proyecto no realizado, existen  otros de los que por ahora no entrare en comentario. Y, después de cinco años  y medio de aquella noticia, nuestra ciudad continúa sufriendo las deficiencias de un transporte público.

De nada sirven promesas y más promesas. El pueblo tiene hartazgo. Espera resultados inmediatos. Las palabras se las lleva el viento, pero los actos permanecen y convencen. No desea más palabrerías sobre  las caras nuevas que tanto proponen. ■

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