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viernes, 17 mayo, 2024
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Una Xóchitl recargada

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Se escenifico el segundo de tres rounds en la pelea por la presidencia del país. En esta ocasión vimos a una Xóchitl Gálvez, la panista que también se arroga la candidatura de los ciudadanos, abanderada también del PRI salió en plan reloaded, una Xochitl recargada.

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Hablar sobre quien ganó el segundo debate es ocioso. Siempre gana a quien le vamos. Quien tiene nuestras simpatías y por quien de antemano ya decidimos por quien votar. Los analistas, la comentocracia y medios que desfilaron en el pos debate vieron ganadora a dama del falso huipil. Falso porque se enfunda blusas holgadas en forma de huipil y no esa prenda sencilla de tela de algodón u otra más barata que usan nuestras indias.

Ya lo había anunciado.  Esta vez no les haría caso a sus asesores. Buscaría ser más auténtica presentándose ser ella misma y no una Xóchitl desfigurada, nerviosa e insegura. Espada en ristre, dejó de lado el traje sastre con el que se vio encorcetada y a disgusto. En el segundo debate vistió como acostumbra. Se atavió con ropa holgada y con la lengua más suelta de lo que acostumbra. Sabedora que va muy atrás en las encuestas hasta por 20 puntos de desventaja de su contrincante puntera, la hidalguense desde el inicio asumió la ofensiva. Hizo caso omiso de las preguntas y temas planteadas por los moderadores y se lanzó a atacar con acusaciones sin pruebas, con mentiras y calumnias buscando que la Sheinbaum se enganchara. La candidata del prian llegó en plan belicoso. Picuda, pues. Provocadora parecía dispuesta a entablar un pleito de lavadero o como una peleonera de molino. Serena y fría la candidata morenista ante los ataques guardo la compustura.  No volteaba ni verla lo que provocaba el coraje de que no podía disimular quien la interpelaba. Solo respondió con ataques certeros. Ante la insistencia de llamarla mentirosa por parte de la panista, la científica reviro calificándola de corrupta sustentando su acusación al señalar a la señora del huipil como la jefa de “priandilla inmobiliaria” por aquello de que siendo alcaldesa de la Delegación Miguel Hidalgo incurrió en conflicto de intereses al beneficiarse con los permisos para construir pisos en departamentos para su venta por encima de los permitidos por la norma. De igual forma la acusó de beneficiarse de contratos millonarios siendo funcionaria de gobiernos panistas. La Gálvez insistió en culpar a Claudia de la caída de la Línea 12 del Metro, la caída del Colegio Rébsamen y conminándola a responder si demandaría judicialmente a los hijos de López Obrador por supuestos negocios relacionados con la obra del Tren Maya. Era tal su insistencia que lo hacía con la cara llena de ira y hay quienes afirman que su rabia se tornó en una expresión de odio. Esta actitud de la prianista es la que llevó a sus comentaristas y apoyadores a decir que ganó el debate. Pero, mientras la rezagada en la competencia presidencial atacaba con descalificaciones como la de llamar a la morenista narco candidata sin aportar una brizna de prueba y recurrir a argumentos cortos; su adversaría empleaba su tiempo en dar a conocer sus propuestas argumentándolas con datos y razones más serías. Por eso es que al evaluar el debate se recurrió a dos varas inclinándose la mayoría de los balances por el estilo de ponderar más los ataques. Esto hizo que el ciudadano de a pie pudiera contrastar cuál de las candidatas se le ve más empaque de presidenciable en términos de su seriedad, capacidad de gobernar y de congruencia. 

El tema de economía y finanzas se prestaba para conocer los planes y proyectos de las candidatas. La prianista mas empeñaba en seguir con sus reiterados taques cual disco rayado tratando de presentar a su adversaria como deshonesta, no aportó nada. Lo más que llegó a soltar fue la ocurrencia populista de no cobrar impuestos a quienes ganan menos de 15 mil pesos mensuales. En este atribulado y empobrecido país en el que todos de forma progresiva debemos pagar impuestos.

En cambio, la candidata de Morena quien a lo largo del evento refirió los logros de la actual administración, mencionó el crecimiento económico observado en la pos pandemia, el mercado laboral sólido con la disminución de la taza del desempleo y el alza de los salarios mínimos, la eliminación del outsorsing, el abatimiento de la informalidad y la superación de la pobreza en más de cinco millones de mexicanos.  Estos indicadores le servirán como plataforma para despegar su gobierno en el que pretende impulsar focos de desarrollo regionales, consolidar el proyecto del ferrocarril transismico, el Tren Maya y la Refinería de dos Bocas. Amén de echar a andar proyectos ferroviarios y carreteros que reactiven la economía y fortalezcan el bienestar con equidad de la población. Hablar de números y estadísticas para quien no es un especialista resulta meterse a un terreno resbaladizo. El porcentaje de 3.5 de crecimiento en el sexenio, corresponde más bien al del último año.

Falta un último raund. Independientemente de lo que ocurra no marcara tendencia en la carrera por la presidencia. Los dados están echados, las cartas están sobre la mesa y es poco menos que probable que la puntera pierda la ventaja. Tendría que ocurrir una catástrofe. En el tercero veremos lo mismo: una aspirante rezagaba que atacará a su rival con descontones, mentiras y calumnias y quien va adelante cuidando su ventaja. Mainez seguirá utilizando el foro que le da la pantalla en la que lo proyecta a nivel nacional en horario estelar. Para él y el dueño de la franquicia naranja todo lo que escurra es miel: podrán incrementar el número de diputados y verán crecer la bolsa de sus prerrogativas con un presupuesto más gordo.   

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