32.5 C
Zacatecas
martes, 21 mayo, 2024
spot_img

Vida académica, administrativa y estudiantil de la UAZ en los años noventa (parte 5)

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Juan Manuel Rivera Juárez •

A lo largo de la existencia de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), todo lo que no funciona como es debido ha resultado del dominio público, en cambio, lo positivo, lo que es digno de reconocimiento, si bien es cierto que no pasa desapercibido, no tiene la misma resonancia. Quienes han ejercido la libertad de expresión, concentrándose en la denuncia de las anomalías, han encontrado, en nuestra Universidad, un campo fértil, porque no se les ha limitado en lo más mínimo ese derecho. Por el contrario, quienes han pretendido utilizar esa misma libertad para analizar, sin prejuicios, la realidad, han enfrentado muchos obstáculos para encontrar la información objetiva que se deriva de un registro completo y veraz de la vida universitaria. Se ha sospechado de todo y de todos, lógicamente, si los universitarios no creemos en la Universidad, la sociedad tampoco. Han tenido razón los que sostienen que en la UAZ son más los que cumplen que los que no lo hacen, y que las conductas indolentes son de una minoría.

- Publicidad -

Pero no basta saberlo, lo importante es demostrarlo. En este orden de ideas, en octubre del año de 1990, el rector de la Universidad, Francisco Flores Sandoval, propuso la creación de un banco de datos conforme a las siguientes bases:

  • Intercomunicación de unidades de cómputo de cada escuela o dependencia con un banco central de datos sobre la vida universitaria.
  • Los directivos de cada unidad universitaria asumirán la responsabilidad del suministro de datos conforme a una calendarización establecida.
  • La captura de información se realizará de acuerdo con un catálogo de datos previamente discutido y aprobado por la comunidad universitaria.
  • La información registrada en el banco de datos estará disponible para cualquier persona que lo solicite.
  • Las autoridades universitarias divulgarán, al concluir cada semestre, un informe general de lo registrado en el banco de datos (patrimonio, gasto ejercido, tiempo contratado VS tiempo trabajado, proyectos concluidos e iniciados, acciones de servicio social, etc.)

Enfatizó que la propuesta, además de voluntad y transparencia, reclamaba un gran esfuerzo colectivo, que de lograrlo se daría un gran paso en el propósito de que la sociedad observe los procesos internos y conozca el verdadero funcionamiento de la Casa de Estudios. En respuesta a una de las propuestas de reorganización de la vida institucional, realizada por el Rector Flores Sandoval, los funcionarios universitarios y directores de escuelas y facultades, en octubre de 1990, afirmaron que: La Universidad Autónoma de Zacatecas es una institución con acreditada vocación de compromiso social, y, por lo tanto, su viabilidad depende de la credibilidad que obtenga ante la sociedad. 

A principios de la década de los 90 era una realidad la insuficiencia en el financiamiento oficial que dificultaba enormemente el eficaz cumplimiento de los fines institucionales. Las deficiencias en el ejercicio presupuestal generaban un clima de autodescalificación que afectaba por igual a los funcionarios y a la misma institución, encubriendo, ante la opinión pública, la causa principal de las dificultades económicas. En ese contexto, la propuesta de la Rectoría, de instituir la declaración individual de situación patrimonial, constituyó la oportunidad de demostrar, ante propios y extraños, el compromiso de honestidad en la administración de los recursos financieros de la Universidad, en consecuencia, se manifestó y firmó lo siguiente:

  • Solicitamos que la Universidad, a través del abogado general, tramite en lo inmediato lo conducente para que presentemos nuestra declaración patrimonial ante la Contraloría de la Federación.
  • Proponemos que en la tercera fase del Congreso se legisle al respecto para que lo que ahora es un acto voluntario se convierta en obligación permanente de todo administrador universitario.

En octubre del mismo año se planteó un programa productivo para los comedores estudiantiles. Se propuso que trabajaran, como un fideicomiso estudiantil, el proyecto para los comedores haría posible la participación de la comunidad universitaria, el aprovechamiento de las instalaciones de la institución y la práctica académica, económica y social. Así lo explicaba el Dr. José Luis Chan Castañeda, responsable del Gabinete Universitario de Estudios y Proyectos Productivos, al comunicar que, en la pasada visita presidencial, dicho fideicomiso fue autorizado con un monto global de mil 301 millones de pesos (cantidad en la que aún no se reflejaba el nuevo Sistema Monetario implementado por el Gobierno de México en 1993, con el que se decidió quitar tres ceros al peso mexicano para operar con cantidades de moneda simplificada).

El alumnado universitario se caracterizaba por ser de bajos recursos económicos, por lo que dicho sector realizaba un gran esfuerzo para permanecer en la institución. La UAZ ofreció servicio en los comedores universitarios “prácticamente sin cargo a la economía de los estudiantes”. No obstante, dicha prestación ya no era posible mantenerla debido a la crisis económica que atravesaba la Universidad y el país. Para enfrentar la situación, alumnos e institución se solidarizaron para plantear este proyecto de inversión, con la finalidad de abastecer de materia prima a los comedores estudiantiles. Mediante el programa productivo se pretendía:

  • Generar en los comedores la mayor parte de los productos de consumo (carne, huevo, frijol y tortillas).
  • Mantener la base económica del fideicomiso a través de la comercialización de excedentes en el mercado local.
  • Generar recursos para premiar, con una beca económica semestral, a los alumnos más destacados académicamente.

Se precisaba que, para alcanzar los objetivos que hicieran visible su funcionamiento, los estudiantes se debían comprometer a aportar 400 horas de trabajo por una beca de comedor. En tanto que el compromiso de la Universidad era permitir el usufructo de su infraestructura de producción: tierras agrícolas, agua de riego, talleres de procesamiento de carne, casetas para la producción de carne de pollo y huevo, así como personal docente para dirigir y asesorar en los trabajos productivos. Para poner en marcha el proyecto, se constituyó un Consejo de Administración, integrado por estudiantes cuya función principal sería acordar las decisiones correspondientes al fideicomiso en función de la reglamentación que para ese efecto fuera elaborada y aprobada. De igual forma, se conformó un Comité Técnico, el que sería responsable de la planeación, ejecución y control de las actividades productivas y comerciales.

Los reglamentos elaborados y aprobados para el correcto funcionamiento del fideicomiso fueron:

  • Funciones y atribuciones del Consejo de Administración.
  • Funciones y atribuciones del Comité Técnico.
  • Instrumentos de selección para el otorgamiento de becas al comedor estudiantil.
  • Controles para el Consejo de Vigilancia.

La aplicación del fideicomiso sería de acuerdo con los siguientes conceptos:

  • Producción de carne: bovina, de aves y caprina.
  • Producción de huevo.
  • Producción de frijol.
  • Producción de tortilla (considerando la instalación de una planta de tortillas).

Sé parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes: http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz.

*Docente Investigador de la Unidad Académica 

de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT

[email protected].

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -