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viernes, 26 abril, 2024
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Debate público, un ejercicio cada vez más común

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

A nivel nacional, desde el inicio del gobierno de la cuarta trasnformación en el 2018, se debaten de forma pública y constante las grandes reformas, programas y políticas públicas que para algunos significan el retroceso, pero que para otros representan un cambio profundo en beneficio del país y de todos los mexicanos.

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Las consultas ciudadanas han sido fuertemente criticadas por la hoy oposición, centrando la discusión en el gasto que se ha realizado para el ejercicio de cada una de estas, pasando por alto la importancia de invertir en fomentar el involucramiento del ciudadano en el quehacer político y público, fortaleciendo el ejercicio ciudadano al dejar de lado la pasividad y el desinterés en la toma de decisiones, evitando que nuestros políticos legislen o tomen decisiones administrativas que perjudiquen o afecten el interés colectivo, que se corrompan y que mantengan la corrupción como una constante de su desempeño.

El constante debate sobre lo público y lo político, resulta sano para el fortalecimiento de cualquier modelo democrático, sobre todo para el modelo participativo en el que se busca involucrar de forma permanente al ciudadano en la toma de decisiones, es decir, que las decisiones recaigan realmente en la ciudadanía a través de sus representantes populares y en caso de no ser atendidas sus exigencias, pueda revocarse el mandato.

Desde el 2018, los mexicanos nos hemos mantenido inmersos en el debate público sobre las políticas, programas y obras de gobierno, las grandes reformas que se proponen en el legislativo tanto a nivel federal como a nivel local, fortaleciendo nuestro modelo democrático y al mismo tiempo cambiándolo de aquel en el que votábamos y esperábamos que nuestros representantes tomaran decisiones que nos beneficiaran sin exigirles la rendición de cuentas a aquel en el que tenemos la oportunidad de participar en ejercicios donde se nos consulte si deseamos algunas grandes obras o no, o si deseamos que nuestros gobernantes continúen a la cabeza en la toma de decisiones, así de profundos han sido los cambios que estamos experimentando como nación y como ciudadanos.

Las redes sociales también juegan un papel fundamental para lograr un cambio en el modelo democrático de México, por una parte los grandes medios y los medios independientes de comunicación, juegan su papel de brindar información a los ciudadanos, algunos con datos verdaderos y análisis serio sobre el gobierno, otros hasta con información falsa que fomentan la polarización, pero por otra parte el ciudadano tiene a su alcance acceso a infinitas fuentes de información sobre el acontecer diario en la vida pública y política del país, lo que impulsa el intercambio de puntos de vista en las redes sociales, así como en los encuentros casuales, en las reuniones familiares, de amigos, etc.

Uno de los grandes cambios que impulsa a nivel federal el gobierno de la cuarta transformación, es prescisamente lograr que el debate público se mantenga de forma constante para evitar que la desinformación impulsada por los intereses de las grandes empresas detrás de los medios de comunicación, formen, como lo hicieron durante años, la opinión pública del ciudadano en torno a sus intereses, lo que ha logrado evitar que millones de mexicanos respaldemos propuestas de cambios disfrazadas de un interés colectivo pero que resultan ser en beneficio de unos cuantos.

Los mexicanos hoy en día, debatimos sobre la reforma eléctrica para lograr reconocer si es benéfica para todos o no, debatimos sobre la cancelación de un aeropuerto y la construcción de otro, debatimos sobre si una reforma eléctrica beneficiará al país o si el rechazo a la misma es atendiendo a intereses de unos cuantos, analizamos si los gobiernos realmente nos representan o no, convertimos el debate público en una actividad cada vez más permanente y común, dejando atrás un modelo político en el que nuestros funcionarios, representantes, políticos, empresarios, periodistas, comunicadores, etc, se servían con la cuchara grande mientras la gran mayoría de los mexicanos padecíamos las consecuencias de su corrupción.

Hoy en día aún queda mucho camino por recorrer, los grandes cambios que hoy se impulsan traerán resultados quizás dentro de algunos años más, sin embargo, la participación ciudadana, el constante debate sobre lo público, son la clave para arrinconar a esa clase política que tanto daño le ha hecho al país, alejándolos de la toma de decisiones, evitando que continúen sirviéndose del pueblo.

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