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jueves, 2 mayo, 2024
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La paz pasa por la justicia social, nunca por las armas ni la represión

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Por: Víctor Santa Rita Villa •

Ante la impotencia, imposibilidad y necesidad imperiosa de concretar las contra reformas (porque sus patrones los narcoempresarios y buitres del FMI y la OCDE se los están exigiendo para aflojarles más lana), el cobarde y pusilánime gobierno ejerce acciones de infame bajeza.

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Todo esto evidencia el hambre y necesidad de acaparar los recursos económicos por parte del Ejecutivo federal y del mismo modo, su carencia total de razón y de elementos jurídicos (obviamente que no sean los creados al vapor y con el único fin de eliminar los derechos del magisterio), su incapacidad de resolver asuntos de cualquier orden sin el uso de la fuerza, el chantaje e incluso el asesinato y su carácter deshumanizado dilapidador de bienes nacionales y alineado a los intereses de empresarios y organismos extranjeros.

De no ser así, las faltas por las que el gobierno acusa a los dirigentes del movimiento magisterial oaxaqueño debieron ser atendidas de inmediato y no como se realizan, en este momento, en el que se federaliza el IEEPO por “decreto de Gabino Cué”, siendo no sólo tardías, sino evidentemente con el único fin de nulificar la defensa de la educación oaxaqueña. Con dolo, como una venganza infantil y mediocremente orquestada, que en lo breve redundará en mayor represión, asesinato y ataques a la paz pública por parte de quienes se dicen estar “facultados” para “salvaguardarla” como son los cuerpos de sicarios y mercenarios de las “fuerzas del orden” bajo indicaciones de todo el podrido aparato gubernamental.

No obstante los ataques al magisterio no son cuestión de hoy, llevan años y en lo cercano, han sido meses de constantes embates hacia los docentes que defienden sus derechos y la educación gratuita. En primera instancia Carlos X. González Guajardo comienza con los primeros ataques de esta embestida al magisterio de Oaxaca, lanzando injurias y acusaciones de enriquecimiento ilícito hacia la dirigencia del movimiento magisterial oaxaqueño, exhibiendo, según él, una preocupación “auténtica”, por la manera en la que se administran los recursos del erario, aunque no es así cuando se trata de la condonación de millones de pesos en impuestos a su empresa Kimberly Clark de México.

Muy conveniente resulta estar bajo cobijo de una “organización sin fines de lucro” pues además de fungir, de manera muy lucrativa, como vocero de los empresarios que pugnan y presionan por hacerse de la educación pública, da la posibilidad de mentir y realizar acusaciones falsas para convencer al público cautivo de los aparatos de televisión. El verdadero peligro para México son empresarios como González Guajardo, que con probables nexos con el narco, navega con bandera de “benefactor”, mientras que en realidad, se trata solo de un yuppie más buscando hacerse de dinero muy fácil a costa de actos bastante ilícitos, pero camuflables y de huecos legales, estructurados muy a modo para satisfacer sus nefandos fines.

Se yerguen sobre la educación la sombra de tiempos muy infames y sobre el pueblo, las garras de un gobierno ajeno a la nación, a la patria y al bienestar común, que en su diestra blande un cúmulo de leyes diseñadas para aniquilar los derechos y un aparato de asesinos que responderán como perros de presa a la orden de sus dueños, los “gobernantes” y el empresariado mexicano y extranjero.

Los gobiernos simplemente no cambian, continúan con sus campañas de entreguismo y sumisión hacia los capitales, cambiará el monigote de sonrisa, de peinado, antes pelón, ahora con copete, la propaganda es la misma desde hace más de 70 años, pero el modelo permanece intacto y la entrega de los bienes nacionales a los particulares se ha acelerado en las últimas tres décadas.

Lo que sí ha cambiado es la brutalidad con la que se reprime al que lucha, ahora no hay el más mínimo recato ni preocupación, simplemente no les incomoda que el mundo se entere con la saña que reprimen y la gente, está demasiado cansada, ciega, atemorizada o apática para buscar soluciones por sí misma y todo aquel que se atreve a luchar, ve muertos sus esfuerzos y a su propia estirpe en las manos de un gobierno, que es hoy es un mercachifle que vende gente y sus derechos y un sicario que lo mismo asesina a maestros, estudiantes o niños.

La paz pasa por la justicia social, nunca por las armas ni la represión, esto debe recordarlo “el gobierno”. ■

 

*Profesor de primaria y disidente.

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