21.4 C
Zacatecas
jueves, 2 mayo, 2024
spot_img

Hipócrates, el padre de la medicina

Más Leídas

- Publicidad -

Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

■ Comentarios Libres

- Publicidad -

Hoy, 23 de octubre se celebra el Día del Médico. Es una fecha que surge a partir de 1937 para hacerla coincidir con la creación del Establecimiento de Ciencias Médicas en 1833, que fue el antecedente de la actual Facultad de Medicina  de la UNAM, luego que por decreto de Valentín Gómez Farías, se establecieron la Universidad Nacional y Pontificia y la Escuela de Cirugía, fusionándose las carreras de médico y de cirujano.

El doctor Ruy Pérez Tamayo, concibe a la medicina como ciencia, arte y algo más. Señala que desde el siglo XVI, es ciencia gracias a sus métodos y proceder, es arte en el sentido del artesano, ya que esta suma del dominio de conocimientos teóricos y habilidades técnicas, se perfeccionan con el tiempo.

La medicina entre muchos otros, tiene cuatro objetivos fundamentales: promover la salud; prevenir enfermedades; hacer diagnósticos oportunos, tratamientos eficaces y rehabilitación de quienes lo necesitan y contribuir a la creación de ambientes familiares, escolares y laborales favorables al desarrollo humano. Para realizar su cometido, el médico debe ser su agente de cambio y desarrollo social; quien ayude a aumentar la capacidad, organización e incremente la autosuficiencia; quien busque la mayor salud durante el mayor tiempo de las personas; el médico no solo forma parte de la medicina curativa, también es y ha sido una pieza clave en el desarrollo de la salud pública. Su colaboración es vital para difundir la información de ese tipo de salud y programas de educación que promuevan estilos de vida saludables y reduzcan factores de riesgo. También estar dedicado a que hombres y mujeres vivan sanos lo más tarde posible.

De la importancia que como ciencia tiene la medicina para los seres humanos, el doctor Pérez Tamayo refiere a datos hipocráticos que por su trascendencia, los egresados de esta licenciatura enuncian su  Juramento para reconocer los estudios y aportaciones del gran científico.

Nació en el año 460 a C. Fue sacerdote y médico como su padre. En su tiempo los hospitales eran templos cuidadosamente elegidos para obtener las mejores condiciones de aire, luz, agua y abrigo contra los vientos fríos.

Antes que él, nadie había observado la acción del corazón, el movimiento de los distintos miembros, el funcionamiento de los pulmones, el proceso de la digestión, y la manera como el calor se mantiene en nuestro cuerpo en relación con la salud y las enfermedades. Hipócrates puso atención en ello y aprovechando sus resultados ideó un nuevo sistema terapéutico.

Por las observaciones y estudios realizados en algunos enfermos, dedujo la manera de curar enfermedades similares. Tuvo gran número de discípulos a quienes les dio enseñanzas teóricas, prácticas y de experimentación. Uno de sus descubrimientos más importantes, fue el que en determinadas dolencias, podían seguirse escuchando ciertos sonidos en el pecho del paciente.

Un dato importante, es que Hipócrates hacía jurar a sus discípulos, que respetarían a su maestro como a un padre, que compartirían generosamente entre sí el resultado de todos sus estudios, aportaciones y experimentos, y que se conducirían en su arte con una absoluta honorabilidad.

Todos los alumnos al egresar de las Facultades de Medicina, enuncian el Juramento Hipocrático: Juro por Apolo, médico, Esculapio y por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas poniéndolos por jueces, que este, mi juramento será hasta allá donde tengo poder y discernimiento:

A aquél que me enseñó este arte lo estimaré.

Consideraré a su descendencia como hermanos míos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo.

Instruiré por precepto, por discurso y en todas las formas a mis hijos, a los hijos de aquél que me enseñó a mí, y los discípulos unidos por juramento y estipulación de acuerdo con la ley médica, y no a otras personas.

Llevaré adelante este régimen, el cual de acuerdo con mi parecer y discernimiento será en beneficio de los enfermos y los apartará perjudicio (sic) del error.

A nadie daré una droga mortal, aunque me fuera solicitada. Ni daré consejo a tal fin. De la misma manera no daré a ninguna mujer sustancias abortivas; mantendré mi vida y mi arte alejado de culpa.

No operaré a nadie por cálculos, dejando tal labor a quienes trabajan en esta práctica.

En cualquier casa en la que entre será para beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario o corrupción y lascivia con las mujeres u hombres libres o esclavos.

Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión o fuera de ella, escuche o vea en la vida de los hombres que no tenga que hacerse público, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de ellas.

Ahora, sí cumplo este juramento y no lo rompo, que los frutos de la vida y del arte, sean míos, que siempre sea honrado por todos los hombres y que ocurra lo contrario si lo rompo y soy perjuro.

Por eso, Hipócrates es el padre de la medicina, aunque algo de su Juramento ha sido ya rebasado. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -