A nuestro visitante distinguido
Francisco García Vargas
¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! pero en lo hechos, esos vivas quedan lejos de representar la algarabía que debemos sentir los mexicanos por preciarnos de ser libres y presuntamente independientes. Aunque como todos sabemos, históricamente el día 15 de septiembre se celebraba gracias al cumpleaños de Don Porfirio Díaz y de ahí, pasamos al aniversario de nuestra independencia que hasta hoy, parece ser más una celebración de forma que de fondo. Así, y por un breve ramillete de horas, retomamos el patriotismo y el orgullo nacionalista que nos sirve más para el ausentismo laboral y en el caso de Zacatecas, para ir a zapatear a la Fenaza al calor de unos alcoholes y al son de una tambora. Peor aún, en prácticas nada patrióticas hemos sucumbido ante los extrajeros haciéndonos nuevamente dependientes, por ejemplo, nadie menciona la deuda externa de México y el compromiso pactado a la espalda del pueblo, que nos obliga a garantizar con nuestros recursos naturales el pago de los intereses y la deuda misma, que habrán de pagar con su sudor y trabajo, mis tataranietos y, los de Usted y todos lo mexicanos. Estamos endeudados por varias generaciones y nadie nos advierte de ello; ahora, las reformas estructurales facilitarán este atraco a la Nación ya que el cuerno mexicano de la abundacia ha demostrado lo fuerte que es, pues sostiene desde hace varias generaciones a una clase dominante que levanta la nariz cuando se dignan a pasar entre la gente, mirándonos como Dios a los conejos. Creo que en una gran mayoría, los mexicanos seguimos atados a otras formas de exclavitud, principalmente vinculada al hambre y a la pobreza en la se encuentran heroicamente sobreviviendo, más de 60 millones de personas, incluyendo muchos niños héroes que trabajan, que no ríen ni disfrutan su niñez, ya que son explotados y obligados a cumplir jornadas laborales como los grandes, mientras nuestra clase política, trabaja poco y gana mucho, disfruta los dones y los frutos de la abundancia mexicana en la medida que le tiran las migajas al pueblo. Sin duda, todo el sistema está perfectamente enmarcado para promover el incremento de la miseria y la distracción de los ciudadanos que cada vez más, tiene a la mano, los elementos de domesticación televisiva con programas violentos y llenos de bonitos y encueratrices que luego pasan a la política demostrando lo barato y lo fácil que resulta ser Diputado (Carmen Salinas). Tenemos además en el menú social, una amplia gama de posibilidades de domesticación social como el miedo y la justicia para pocos, ya que los que pueden salir con fianza o evitar pisar los recintos inherentes a la procuración (Poder Ejecutivo) y administración (Poder Judicial) de justicia, lo hacen sin menor empacho, mientras que los más jodidos pueden sentarse por años en la soledad de sus celdas, a esperar el turno que los devuelva a la libertad y a los brazos de sus seres queridos. A veces creo que la dama de la justicia debiera quitarse la venda de los ojos para que vea el desastre que hasta ahora ha generado en nuestra sociedad, ya que incluso, hasta la balanza que sostiene en su mano está oxidada pues tiene décadas inclinándose a favor de la clase en el poder, a favor de nuestros gobernantes, sus familias, sus queridas y queridos, hasta llegar a sus tataranietos que endulzarán sus paladares con las mieles de su ineptitud, de su corrupción y sus injusticias. Pasando por la domesticación religiosa, sugiero que se promueva la educación y formación de verdaderos guías y líderes espirituales y generadores de profundos cambios sociales como los que nos dieron patria, ya que está visto que de roba limosnas y pederastas, estamos hartos. Propongo en este sentido, otra forma de conmemorar la Independencia de México: después de gritar muy fuerte por Miguel Hidalgo, por mi Generalísimo José María Morelos y Pavón, por Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende, Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, también gritemos así: ¡Vivan los pobres que trabajan para sostener a la clase política de México! ¡Vivan las mujeres que sostienen a sus familias y que se parten el lomo para brindar educación y progreso para sus hijos! ¡Viva la clase trabajadora que soporta en sus espaldas, jornadas de trabajo extenuantes para enriquecer a los capitales nacionales y extranjeros¡ ¡Vivan aquellos que contribuyen al fortalecimiento de la Nación atrincherados en cada rincón, en cada municipio y comunidad de México! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! ■
*Doctor en Derecho y Ambientalista
