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viernes, 26 abril, 2024
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■ Alba de Papel

Don Carlos Salmón, el último gran artífice de la marquetería

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Por: ALMA RITA DIAZ CONTRERAS •

Don Carlos, distinguido personaje zacatecano, hombre de familia, amoroso padre, abuelo, bisabuelo y amigo de quienes lo conocieron, amante de la fiesta brava, artista marquetero, falleció el pasado fin de semana a los 89 años.

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Junto a sus hermanos, Rubén (1921-2015) y Jesús (1926-2019), aprendió el oficio de la marquetería de su orgulloso padre Don Jesús Salmón Chávez (1894-1966), quien a principios del siglo pasado, creó una actividad pionera de fomento al empleo en la cabecera municipal de Guadalupe, a través de la elaboración de muebles y pisos de madera, hechos de forma artesanal, que alcanzaron prestigio internacional, debido a la belleza de los acabados y la calidad de su confección.

Una historia de trabajo y tradición en marquetería comenzó en 1923, en el antiguo lugar que hoy ocupa la presidencia municipal, cuya demanda gestó una empresa de producción que, a la par de la Compañía Industrial de Refractarios, fueron las mayores empleadoras de aquella época, y que, por su perfil, también fincaron una identidad que hoy forma parte esencial de la memoria y la riqueza cultural del municipio de Guadalupe.

La marquetería es un trabajo artístico o decorativo en madera, cuya matriz de diferenciación está en la incrustación de trozos de nácar, oro, plata y otras maderas, formando dibujos y calados de impactante simetría y una belleza particular, que permiten hacer una artesanía única y compleja, que lamentablemente,  ya está en peligro de extinción en muchas regiones de México, en particular, en Guadalupe, Zacatecas, donde adquirió fama mundial, al ganar, en 1929, el primer premio en un concurso español de carácter internacional.

Las maderas que la familia Salmón Álvarez llegó a utilizar fueron más de 35 chapas entre agrito, nogal, caoba y ébano, siempre con un elevado rigor que marcó el oficio de la marquetería, como representativo de Guadalupe, en el mapa artesanal de la nación mexicana, con grandes honores para el estado de Zacatecas.

Un padre ejemplar, pilar de inspiración y tres hijos excepcionales que mantuvieron vivo el arte de la marquetería, con retratos, muebles y cajitas musicales que han quedado en la historia y cuya tradición, lamentablemente, muere con ellos, porque a pesar de su deseo, de que nuevas generaciones aprendieran el oficio, los pocos esfuerzos que se han hecho, ninguno ha concretado su rescate y divulgación.

Con añoranza, seguiremos observando la belleza del trabajo de marquetería que realizaron en la Ciudad de México en edificios monumentales como Palacio Nacional, la Secretaría de Hacienda, el Antiguo Palacio de Lecumberri y el Museo Nacional de Antropología e Historia, entre otros.

Por tanto, merecen ser recordados con respeto y gratitud, dado que enaltecieron el patrimonio cultural intangible de Zacatecas, con ellos termina una generación de marqueteros originales y creativos, con un gran amor por su tierra zacatecana.

En esta reveladora historia familiar, Don Carlos Salmón Álvarez se casó con Doña Elma de la Torre (fallecida en 2017), tuvieron ocho hijos: Carlos, Gerardo, Rodolfo, Fabiola Carolina (murió de seis meses de edad), Elma Lucía, José Antonio, Fabio Enrique y Zayra Carolina, más 16 nietos y 17 bisnietos. Todos han emprendido un camino y hecho una vida.

Tuvo una breve incursión en política como presidente municipal en los años setenta, no le gustó, lo suyo era el emprendimiento, la fiesta de toros (por muchos años sostuvo amistad con Eloy Cavazos), su familia y la conversación generosa en torno a su origen, a su padre, al gran ejemplo que fue y cómo le inculcó el amor por el trabajo haciéndolo fructificar.

Solía rememorar los tiempos difíciles que se presentaron en el curso de su vida, y cómo, con valentía, tuvo que desandar el camino hasta lograr las metas que se había fijado, siempre desde su habilidad negociadora y su mente creativa.

Hoy celebramos a Don Carlos, con respeto y reconocimiento, por su contribución al enriquecimiento del patrimonio cultural de Zacatecas porque nos deja su biografía del lenguaje, su espíritu luchador y amistoso, así como la creatividad de sus manos de artista. Descanse en paz en el camino de vuelta a sí mismo.

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