■ Autoridades educativas no respetan ni la misma ley que ellos aprobaron, señala Amaro
■ Califica de absurdas las acusaciones del gobierno de EPN contra los líderes magisteriales
El régimen de Enrique Peña Nieto se está poniendo en juego con la Reforma Educativa, “ellos saben que si dan marcha atrás” en este tema “se les cae todo el teatrito del conjunto de reformas que supuestamente iban a sacar adelante a México en términos de crecimiento económico, algo que no ha ocurrido”.
No obstante, la historia ha demostrado que los maestros han sido persistentes en sus luchas, aun acosados por la represión. Y en la coyuntura actual “no van a cejar porque en este momento la defensa de la educación pública lo vale”, sostuvo el historiador René Amaro Peñaflores.
Luego de las detenciones el pasado fin de semana de los dos líderes más importantes de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE), Rubén Núñez y Francisco Villalobos, quienes fueron acusados por la PGR, respectivamente, por los delitos de lavado de dinero y robo de libros de texto gratuitos, el docente investigador en el Posgrado en Historia de la UAZ, expuso que la diferencia del régimen porfirista y el de Enrique Peña Nieto, es que aquel “por lo menos formalmente respetaba la ley”.
La historiografía ha dado cuenta de un Porfirio Díaz “mucho más legalista”, no así el caso de Enrique Peña Nieto, quien no respeta la propia Ley General Profesional Docente.
Además de referir el tratamiento que daba el dictador Porfirio Díaz a sus enemigos políticos, entre ellos el destierro a Valle Nacional, un elemento que parece repetirse en el caso de Rubén Núñez, quien aprehendido en los límites de Ecatepec con la Ciudad de México, fue encarcelado en el Cefereso de Hermosillo, Sonora; al igual que Manuel Mireles, quien también fue desarraigado de su original Michoacán para aprisionarlo en ese estado norteño, René Amaro Peñaflores agregó que en el caso de los maestros, puede encontrarse una experiencia histórica cercana hacia finales de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado.
“Ahí nos encontramos con que también el Estado golpeó a los maestros, a algunos los encarceló, los asesinó”.
Recordó como en 1981, Misael Núñez Acosta, maestro del entonces Distrito Federal e integrante de la CNTE, fue muerto, y no obstante, la organización siguió en la lucha fortaleciéndose, diversificándose y complejizándose cada vez más.
En aquel momento los docentes de la Coordinadora, fundada en diciembre de 1979, daban la lucha en el periodo de Miguel de la Madrid, teniendo como escenarios de su auge político, los estados de Morelos, Hidalgo y la Ciudad de México.
Se enfrentaban contra el “charrismo”, el sistema corporativo en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
“Entonces era una lucha contra esta estructura que venía ahogando la democracia. Evidentemente que en torno a ello estaba el problema salarial y de un régimen que realmente asfixió económicamente a los maestros”.
Pero hoy está en juego la educación pública en todos los niveles, y “ahí está la CNTE como una instancia de la sociedad civil que plantea una reflexión crítica sobre estas políticas que son parte de ese contexto neoliberal”, dijo.
Comentó en concordancia con lo expuesto por el especialista en Educación y crítico de la Reforma Educativa, Hugo Aboites, que la Reforma Educativa, establece que los maestros no van a ser despedidos, pero Aurelio Nuño Mayer “está tomando la parte de la misma que castiga con la evaluación. Esto es lo grave, que no están respetando ni la misma ley que ellos aprobaron”.
Socialmente también acotó, el maestro había sido un agente ideológico del Estado, una función que subyace en la Educación, pero por lo menos en el caso de la fracción que refiere a la CNTE, organización que desde su fundación se constituyó en un ente de reflexión y crítica, se busca “hacer pedazos a los docentes”.
El académico calificó de absurdas las acusaciones que ha esgrimido el gobierno de Enrique Peña Nieto contra los líderes magisteriales de la disidencia, y observó que no habiendo encontrado formas legales para combatirlos, lo que propone es “no respetar los derechos laborales de uno de los sectores más importantes en la historia de México, que son los maestros de Educación básica”.
